Buenos Aires, 29 de noviembre de 2023 (OPS/OMS). En el marco del proyecto Trabajando Juntos para Combatir la Resistencia Antimicrobiana que cuenta con el apoyo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de Sanidad Animal y el financiamiento de la Unión Europea, la Comisión Nacional de Control de la Resistencia Antimicrobiana (CoNaCRA) puso en marcha un estudio piloto para la gestión de antimicrobianos vencidos o en desuso domiciliarios.
“El propósito de este proyecto es colaborar en la disminución de la contaminación del ambiente que pueden producir medicamentos como antibióticos, antiparasitarios y antifúngicos que están en los hogares ya sin uso”, indicó la representante de OPS en Argentina, Eva Jané Llopis.
“De manera tradicional -agregó- se relacionó a la resistencia antimicrobiana con la salud humana y los hospitales, pero es una problemática multifactorial que incluye también a la sanidad animal, a la agricultura y al ambiente”.
Cuando las bacterias, hongos y parásitos sufren cambios al estar expuestos a los antimicrobianos se produce la resistencia a estos. Como resultado, los medicamentos se vuelven ineficaces, las infecciones persisten en las personas, y se incrementa el riesgo de propagación.
La consultora internacional en Resistencia Antimicrobiana de OPS, Genara Romero Thomas, explicó que en la región de América Latina y el Caribe, la gestión deficitaria de efluentes cloacales e industriales de grandes centros urbanos y el uso masivo de antibióticos tanto en entornos clínicos como en producción animal y agrícola intensiva, son factores a tener en cuenta respecto de la dimensión ambiental de la Resistencia Antimicrobiana (RAM).
“Así mismo -continuó- los ámbitos de la agricultura familiar campesina, que incluyen la cría de animales a pequeña escala y la consecuente contaminación de origen fecal, contribuyen a generar ambientes muy propicios para su diseminación”. Por esta razón, la RAM supone una amenaza cada vez mayor para la salud pública mundial y requiere medidas por parte de todos los sectores del Gobierno y de la sociedad.
Para la implementación del proyecto piloto se convocaron a 100 farmacias comunitarias de nueve jurisdicciones del país: Buenos Aires, Corrientes, Entre Ríos, Jujuy, Mendoza, Salta, San Juan, Santa Fe y Tierra del Fuego.
Estas farmacias ya cuentan con un cesto destinado a depositar antimicrobianos vencidos, en desuso o con envase en mal estado en formato cápsula, comprimido o solución. También se pueden dejar cajas y envases vacíos pero en ningún caso agujas, gasas, barbijos, elementos cortantes o pruebas diagnósticas.
Los antimicrobianos serán trasladados según los circuitos instituidos por las farmacias. Del mismo modo, el tratamiento y disposición final se realizará mediante los procedimientos habituales de las empresas contratadas por las farmacias.
El proyecto incluye acciones de educación y comunicación a la población, así como señalética específica instalada en las farmacias adheridas. Está liderado por la CoNaCRA a través de la Coordinación de uso apropiado de antimicrobianos del Ministerio de Salud de la Nación y de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) en conjunto con la Confederación Farmacéutica Argentina (CoFA).