8 Mayo 2024
“Los microbios patógenos pueden ser enemigos peligrosos y resistentes y aunque es imposible predecir su emergencia individual en tiempo y lugar, sí debemos estar seguros de que nuevas enfermedades microbianas aparecerán”.
Esta frase de expertos del Instituto de Medicina de la Academia Nacional de Ciencias (Estados Unidos) sobre ‘amenazas microbianas a la salud’, de 1992, no solamente sigue vigente, sino que nos invita a permanecer alertas frente a los peligros que enfrenta la humanidad, en una era creciente de resistencia antimicrobiana y en donde más que nunca, es urgente realizar un trabajo multi e interdisciplinario con el enfoque de ‘Una Salud’.
El propósito no es otro, indica el doctor Carlos Arturo Álvarez Moreno, infectólogo colombiano, asesor de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y consejero científico nacional para las Ciencias de la Salud y la Vida, que poder identificar rápidamente esos peligros y avanzar en mecanismos de prevención y en tratamientos más adecuados y oportunos.
Esa fue la experiencia vivida con la pandemia por la COVID-19 y con el virus de la viruela símica, que nos obligaron a actuar de inmediato, pero, a la vez, a trabajar en equipo, con estrategias globales para determinar la circulación del virus, reforzar la vigilancia y el rastreo de contactos, y la detección temprana de posibles brotes epidémicos.
Es lo que sucede también con otros microorganismos como el virus Nipah (NiV), considerado una enfermedad zoonótica emergente, “transmitida por los murciélagos frugívoros del Viejo Mundo (por ejemplo, especies de Pteropus) a los humanos a través de animales infectados (los mismos murciélagos o los cerdos) o de alimentos contaminados con saliva, orina o excrementos de animales infectados e, incluso, entre personas a través del contacto directo con alguien infectado”, indica la OMS.
Un poco de historia
El virus Nipah comenzó a hacerse famoso hace más de 20 años, especialmente en 1998 y 1989, con casos en Malasia (en Kampung Sungai Nipah, de donde deriva su nombre) y en Singapur, cuyo foco de transmisión fueron los cerdos; posteriormente se han reportado casos en India, Camboya, Ghana, Filipinas, Indonesia, Madagascar, Tailandia y Bangladesh.
Datos de la OMSA indican que en septiembre de 2023, el Ministerio de Salud y Bienestar de la Familia del Gobierno de la India notificó seis casos de infección por el virus de Nipah confirmados por laboratorio, dos de ellos mortales, en el distrito de Kozhikode, en Kerala.
Como lo sucedido en el distrito de Kerala llevó al cierre de algunos municipios cercanos a esta área, las poblaciones del mundo entraron en alerta al ver nuevamente cuarentenas y prohibiciones, y el tema volvió a adquirir gran relevancia.
Así, los casos de Kerala, a excepción del primero cuya fuente de infección se desconoce, han estado relacionados con contactos familiares y hospitalarios. Los reportes de la OMS indican que, al 27 de septiembre de 2023, se habían rastreado 1.288 contactos de los casos confirmados bajo vigilancia por un periodo de 21 días, y se ha determinado que este es el sexto brote del virus de Nipah en la India, desde 2001.
Mayor conocimiento
La transmisión del virus Nipah, explica el doctor Álvarez, ocurre cuando los murciélagos (reservorios) llegan cerca de árboles frutales, los cuales terminan principalmente contaminados con sus excretas; esto conlleva que los cerdos se contaminen al consumir las frutas que caen de los árboles. Y de allí pasa a los humanos, como se encontró en el caso de Malasia. También pueden contaminarse otras especies como caballos.
Existe riesgo directo para el humano cuando esas frutas contaminadas que caen de los árboles son consumidas por las personas sin haberlas lavado ni desinfectado previamente y de forma adecuada; por contacto directo con animales infectados, y de humano a humano, por contacto directo con fluidos corporales, como orina, saliva y heces.
En el estudio ‘Transmisión del virus Nipah: 14 años de investigaciones en Bangladesh’, realizado por un equipo global multi e interdisciplinar, se pudo establecer que en este último caso, “los cónyuges de los pacientes se infectaron con más frecuencia que otros familiares o contactos, y que el riesgo de infección aumentó con una mayor duración de la exposición a fluidos corporales”.
En esencia, se conoce que el virus tiene un periodo de incubación de 4 a 14 días, y se asocia con una inflamación del cerebro (encefalitis); aunque suelen presentarse síntomas inespecíficos, relacionados con fiebre, dolor de cabeza y de garganta, tos, dificultad para respirar y vómitos, y al agravarse, puede haber desorientación, somnolencia, convulsiones y pérdida del conocimiento.
La mortalidad, indica el doctor Álvarez, oscila entre 40 a 70%, y quienes sobreviven quedan con secuelas importantes como la posibilidad de tener convulsiones de forma periódica y trastornos de la personalidad.
Manejo actual
No existen tratamientos autorizados disponibles para la infección por el NiV y el abordaje se relaciona con cuidados de apoyo, hidratación y manejo de la sintomatología.
Sin embargo, existen tratamientos inmunoterapéuticos (terapias con anticuerpos monoclonales) que actualmente se encuentran en desarrollo y evaluación. Uno de esos anticuerpos monoclonales (designado como m102.4) ha completado los ensayos clínicos de fase 1 y se ha utilizado con carácter compasivo, comenta el doctor Álvarez. En tanto, el uso de algunos antivirales no es tan eficaz en humanos como sí en primates.
Concluye el experto colombiano que en este caso del Nipah aplica muy bien el concepto de ‘Una salud’, dado que hay una relación directa entre lo que es salud humana, animal y ambiental, y esto nos lleva a trabajar de manera integral para lograr una aproximación completa a la realidad, a partir de una vigilancia epidemiológica global, y de definir estrategias efectivas para prevenir y evitar la propagación de esta y futuras pandemias.
Tenemos que aplicar las lecciones aprendidas en relación con lo que vivimos con la pandemia por el COVID-19, entre otras, la necesidad de trabajar en conjunto con una gobernanza global para avanzar hacia el control de las pandemias, esfuerzos como los que vemos en el caso del virus Nipah, concentrado en Asia, pero que nos lleva a todos a estar alertas.