Fortalecer la investigación en una epidemia: Zika en América Latina

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La nueva evidencia publicada por los destinatarios de un programa conjunto de pequeñas subvenciones financiado por el HRP* y el TDR**, con el apoyo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), ponen de relieve la valiosa contribución de las investigaciones realizadas en el marco de una epidemia emergente. También pone de relieve la importancia decisiva de fortalecer la capacidad de investigación de base comunitaria en preparación para futuros problemas y emergencias de salud.
 
Un enfoque conjunto de toda la OMS  
 
Construyendo oportunidades durante la epidemia de Zika en las Américas: El caso para el fortalecimiento de la capacidad de investigación, presenta evidencia de equipos de investigación en Brasil, Colombia y Perú, apoyados a través de un Programa Conjunto de Pequeñas Donaciones de HRP/TDR/OPS. 
Zika fue declarada una emergencia de salud pública internacional en 2016, tras los informes de Brasil sobre complicaciones del embarazo y otras malformaciones fetales relacionadas con el virus.
 
Se estima que entre el 5 y el 15% de los bebés nacidos de mujeres infectadas con el virus Zika durante el embarazo tienen indicios de complicaciones relacionadas con el Zika, pero todavía se desconoce el riesgo de anomalías congénitas. Esto tiene amplias repercusiones en las cuestiones sanitarias, sociales y políticas de los países afectados. Un programa de investigación multidisciplinario es esencial para una respuesta integral de salud pública.
 
La coordinación entre los programas especiales de investigación presentados por la OMS y la OPS brindan la oportunidad de identificar brechas en materia de evidencia e informar intervenciones en un entorno de emergencias complicado, al tiempo que se fortalece la capacidad de investigación. 
 
Desigualdades entre las poblaciones
 
Los equipos de investigación utilizaron diversos métodos para abordar las prioridades, como  las características de los pacientes y los resultados del embarazo, la preparación de los profesionales de la salud y el sistema y los comportamientos en torno al acceso y la utilización de la planificación familiar y la atención del embarazo temprano en el contexto del virus Zika.
 
Las evaluaciones de las mujeres afectadas por el virus Zika en el Brasil y Colombia revelaron que el virus está estrechamente vinculado a la pobreza y que las mujeres se ven afectadas de manera desproporcionada. En otro estudio, las madres de niños con el síndrome congénito de Zika informaron de que se sentían culpables y experimentaron una carga desigual en cuanto al cuidado de los niños y la pérdida de empleo.
 
Sus conclusiones refuerzan el conocimiento de la relación entre las enfermedades infecciosas de la pobreza, como el virus Zika, y la salud y los derechos sexuales y reproductivos. Junto con el género, el suplemento destaca otras desigualdades como la raza, la situación socioeconómica, la ocupación, la edad, la discapacidad y la preferencia sexual que pueden influir en la vulnerabilidad de las personas a una epidemia.
 
Fortalecimiento de la investigación de base comunitaria
 
El propio brote de Zika cambió rápidamente durante el período de investigación. Estos proyectos muestran el valor de las investigaciones realizadas en el contexto de una epidemia emergente que pueden ayudar a configurar la respuesta de la salud pública en tiempo real.
 
Dada la naturaleza impredecible de las epidemias, estos proyectos también demuestran lo esencial que es construir una sólida investigación basada en la comunidad en los países de ingresos bajos y medios. Una masa crítica de investigadores puede realizar investigaciones, compartir conocimientos y ayudar a dirigir respuestas eficaces a la epidemia en el futuro.
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* HRP, the UNDP/UNFPA/UNICEF/WHO/World Bank Special Programme of Research, Development and Research Training in Human Reproduction 
 ** TDR, the Special Programme for Research and Training in Tropical Diseases, es un programa mundial de colaboración científica que ayuda a facilitar, apoyar e influir en los esfuerzo por combater las enfermedades de la pobreza. Está copatrocinado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Banco Mundial y la Organización Mundial de la Salud (OMS).