9 de agosto de 2021.
En la Región de las Américas, la población indígena está constituida por más de 62 millones de personas, poseedoras de una gran diversidad de idiomas, culturas y tradiciones.
Hasta julio de 2021, 617 mil personas pertenecientes a pueblos indígenas en la región fueron infectadas por la COVID-19 y casi 15 mil murieron por complicaciones relacionadas a esta enfermedad desde el comienzo de la pandemia.
La COVID-19 ha expuesto y exacerbado muchas desigualdades que ya existían, afectando de manera desproporcionada a poblaciones como las comunidades indígenas, que ya sufrían pobreza, discriminación o inseguridad financiera.
Con la llegada de las vacunas para prevenir la COVID-19, en especial la enfermedad grave y la muerte, se encendió una luz de esperanza para controlar la pandemia. Diecisiete países de la región han incluido a los pueblos indígenas en la lista de grupos prioritarios para la vacunación, entendiendo sus vulnerabilidades y el valor comunitario que impera en sus territorios.
Aquí, una serie de experiencias que abordan, de la mano de las comunidades, iniciativas para acercar la vacunación a los pueblos indígenas, muchos de los cuales viven en zonas remotas y aisladas de Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Honduras y Paraguay.