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Fortaleciendo la comunicación de riesgos en comunidades indígenas de Costa Rica

9 de agosto, 2021 - En la lengua indígena Ngäbere, Elicia Bejarano, de la comunidad Abrojo Montezuma, en el cantón de Corredores, Puntarenas, en Costa Rica, invita a otros de su comunidad a vacunarse: “pongámonos la vacuna en contra de COVID-19 para que (el virus) no nos afecte gravemente”, pide.

Elicia fue una de los líderes que participó en los diálogos y talleres de capacitación en comunicación de riesgos impulsados por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y las Asociaciones de Desarrollo Indígena en ocho comunidades indígenas, con el fin de mejorar las capacidades de comunicación sobre COVID-19 y las vacunas a nivel local, responder a las principales dudas sobre el tema y compartir material informativo para ser adaptado o distribuido en las comunidades.

En Costa Rica, 104.143 personas se autoidentifican indígenas, lo que corresponde a un 2,4% del total de los habitantes del país. Se dividen en ocho pueblos: Bribri, Cabécar, Terraba, Brunca, Gnäbe, Chorotega, Huetar y Maleku, y habitan en 24 territorios indígenas reconocidos por el Estado. 

Si bien no se tienen datos sobre la cantidad de personas indígenas que han adquirido el virus SARS-CoV-2, la pandemia ha afectado desproporcionadamente a este grupo, que ya traía una situación de vulnerabilidad histórica. La brecha digital amplió el aislamiento generado por los confinamientos. Las mujeres, que son cuidadoras y formadoras en su comunidad, se vieron más expuestas al virus; las dificultades financieras hicieron más difícil seguir las medidas de protección recomendadas para evitar la propagación aumentando el riesgo de infección. Sin embargo, para algunas comunidades como los Boruca, la caída del turismo significó el regreso al cultivo de semillas y el recordatorio de los saberes ancestrales.

"De la tierra venimos, en ella vivimos y a ella regresaremos a la hora de morir... las semillas han salvado al pueblo y le han dado una esperanza para salir adelante", afirma Eduardo Rojas, del Comité Comunitario COVID-19 de Boruca.


 

La vacunación a pueblos indígenas: una prioridad familiar en Costa Rica

La vacunación en zonas rurales y particularmente en comunidades indígenas se inició en las primeras semanas de marzo de 2021. Pero en la primera semana de julio, el Gobierno y la Comisión de Vacunación hicieron a la vacunación prioritaria para todas las personas mayores de 12 años en territorios indígenas bajo el entendido de que el abordaje de la salud en territorios indígenas debe ser enfocado a la familia.

Así, los talleres en comunicación de riesgos impulsados por la OPS y dirigidos a líderes comunitarios de gobiernos locales, así como a agrupaciones comunitarias que trabajan en la respuesta a la pandemia fueron una oportunidad para fortalecer sus capacidades a la hora de comunicar a nivel local, en su idioma, basado en sus creencias y respetando sus saberes

Se espera que los participantes lideren ahora procesos de comunicación de riesgos sobre COVID-19 y vacunación en sus comunidades, y que, con su intervención, la vacunación en las comunidades indígenas avance de manera paulatina, sin dejar a nadie atrás.

La iniciativa es parte del proyecto Apoyo para el abordaje de la COVID-19 en comunidades indígenas de Costa Rica", que inició en 2020 y continua en 2021 a través del fortalecimiento de las competencias de las comunidades para organizarse y responder ante la emergencia. Este año, el proyecto incluye el fortalecimiento de las agrupaciones de respuesta comunitaria con el fin de que puedan actualizar sus planes de acción contra COVID-19, con énfasis en la comunicación de riesgos y la promoción de las vacunas contra COVID-19.


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