Montevideo, 27/10/2020, CLAP/OPS/OMS‒ En medio siglo se han registrado importantes mejoras en la salud de la población de la región de las Américas. Entre estos logros, las tasas de mortalidad infantil y neonatal se han reducido gracias a un mayor acceso a intervenciones y prácticas específicas, la superación de las enfermedades y la incorporación de la perspectiva de derechos en la atención. Sin embargo, quedan importantes desafíos por delante. La mortalidad infantil, si bien se redujo, actualmente se concentra en los bebés menores de 28 días y la contribución de las enfermedades y la discapacidad en niños, vinculada a la prematuridad, es muy elevada.
Algunas cifras que avalan que todavía quedan retos por superar: en 2019, la tasa de mortalidad neonatal en las Américas fue de 7,7 por cada 1.000 nacidos vivos (es decir, más de 110.000 muertes neonatales) y osciló entre 2,3 y más de 3 entre países de la región. Específicamente en América Latina y el Caribe, la tasa fue 1,6 puntos mayor, alcanzando cerca de 13.7000 muertes neonatales. Por su parte, según La tragedia desatendida: el peso mundial de los mortinatos, publicación recientemente lanzada por el Grupo Interagencial de Naciones Unidas para la estimación de la mortalidad infantil, cada año alrededor de 2 millones de bebés nacen muertos en el mundo. Una pérdida que va mucho más allá de la pérdida de vidas, con un efecto traumático en las mujeres y sus familias.
Estos datos podrían agravarse aun más a partir de la pandemia por la COVID-19: el 50 por ciento de los países reportan la interrupción parcial o severa de los servicios de atención a los recién nacido, niños enfermos o servicios para atender la malnutrición.
La evidencia disponible
En este escenario, hay intervenciones probadas, en base a evidencia que podrían mejorar los resultados:
- Se estima que en el mundo se salvarían 1,7 millones de vidas de recién nacidos interviniendo en el acceso a una atención de calidad para esta población, en todas partes, incluso en contextos de crisis humanitaria. La incorporación de servicios especiales y de cuidados intensivos reduciría la mortalidad neonatal a casi la mitad, aunque esos cuidados beneficiaran solo a los recién nacidos pequeños y enfermos.
- Asimismo, el acceso universal a la atención durante el nacimiento salvaría casi tres millones de vidas de mujeres, recién nacidos y mortinatos en todo el mundo, lo que implicaría solamente el costo de 1,15 dólares adicionales por persona en los 75 países con mayor número de mortinatos.
- Para el año 2030, se estima que podrán evitarse dos de cada tres muertes neonatales si se invierten 0,20 dólares adicionales per cápita en los países de ingresos bajos y medios, lo que salvaría 1,7 millones de recién nacidos en todo el mundo.
- Al brindar la atención de calidad intraparto, además, se salvarían también muchas madres y se evitaría la ocurrencia de mortinatos.
- Es fundamental fortalecer e invertir en la atención durante el trabajo de parto, el nacimiento y el primer día y semana de vida, mejorar la calidad de la atención materna y neonatal, llegar a todas las mujeres y recién nacidos para reducir las desigualdades, facilitar la participación de los padres, las familias y las comunidades y promover la supervisión y la rendición de cuentas.
- Asimismo, es necesario el trabajo en asociaciones estratégicas y enfoques innovadores, la comunidad internacional puede transformar todos los aspectos de la atención al recién nacido, desde su disponibilidad y calidad hasta su aceptación y asequibilidad.
Es en este contexto y en el marco de la conmemoración de los 50 años del Centro Latinoamericano de Perinatología, Salud de la Mujer y Reproductiva (CLAP) de la OPS que se realizó el seminario web La salud perinatal y sus consecuencias a lo largo del curso de vida, cuyo objetivo fue presentar y debatir sobre desafíos en relación con el nacimiento, las condiciones perinatales, la prematuridad y sus consecuencias.
El evento contó con la participación de Rahul Gupta, Vicepresidente Senior, Director Médico y de Salud y Director Científico interino de March of Dimes, Linda Adair, Profesora, Departamento de Nutrición de Gillings School of Global Public Health de la University of North Carolina y Cesar Victora, Profesor Emérito de Epidemiología en la Universidade Federal de Pelotas (UFPel). La apertura del seminario estuvo a cargo de Mary Lou Valdez, Directora Adjunta de la OPS.
Gupta se enfocó en la carga de la prematuridad en las Américas y las condiciones adversas en el nacimiento. Por su parte, Adair disertó sobre las implicaciones de las condiciones perinatales y del inicio de la vida en la salud a lo largo de la vida y Victora hizo una exposición sobre la amenaza de la desigualdad y de las adversidades al inicio de la vida en el futuro de niños y niñas, una presentación que desarrolló en base al análisis de investigaciones nacionales y estudios de cohorte de nacimiento en países de renta media y baja.
Puede ser el seminario aquí: