Buenos Aires, septiembre de 2008 (OPS).- La Organización Panamericana de la Salud (OPS) advirtió a las empresas de alimentos y aceites sobre la relación entre el consumo de ácidos grasos trans (AGT) de origen industrial, con alteraciones del metabolismo de lípidos en la sangre, inflamación vascular y desarrollo de enfermedades cardio y cerebro-vasculares.
Así figura en la Declaración de Río de Janeiro publicada este año por la OPS, que insta a las compañías del sector alimenticio a sustituir los AGT de producción industrial en los alimentos procesados. “Sugerimos que su presencia no debe ser mayor a 2 por ciento del total de grasas en aceites y margarinas; y no mayor al 5 por ciento del total de grasas en alimentos procesados”, indica la Declaración, divulgada tras una reunión convocada por la Organización con autoridades de salud pública y representantes de la industria.
“El camino para llegar ello debe ser definido de acuerdo a la situación de la industria alimentaria y en dialogo con autoridades de salud pública nacionales”, enfatiza la Declaración “Las Américas libres de grasas trans”, suscrita por numerosas empresas de la Región, entre ellas, Cargill, Kraft Foods, Sadia, Granix, Pepsi, Arcor, Mc Cain, Molinos y Mc Donald´s Brasil.
Los ácidos grasos trans están presentes, principalmente, en aceites de fritura, margarinas, mantecas, y grasas industriales (shortenings) utilizadas en la elaboración de productos de repostería, panificación y “snacks”, detallaron expertos de la OPS, oficina regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La Declaración también sugiere establecer incentivos fiscales a la producción agrícola, producción y comercialización de aceites y grasas sustitutos de AGT, asegurar fondos para investigación de tales sustitutos, producir transferencia tecnológica, así como crear incentivos tributarios y crédito preferenciales.
Los asistentes al encuentro también acordaron discutir sobre la publicidad de los alimentos que contienen grasas trans y analizaron la posibilidad de formar equipos de trabajo nacionales en torno a esta temática, con la participación de la industria, científicos y autoridades de salud pública.
“Es deseable que los restaurantes y empresas de servicios de alimentos avancen en los cambios sugeridos e informen sobre contenido de AGT en sus preparaciones”, sostiene el documento, que también recomienda que el etiquetado nutricional de alimentos procesados sea obligatorio incluyendo la declaración del contenido de ácidos grasos trans.
“La alternativa preferida a los AGT deberían ser las grasas insaturadas cis, incluidos los ácidos grasos poliinsaturados de la familia omega-3”, detalla el escrito, gestado en el marco de la Reunión Interamericana, a Nivel Ministerial, en Salud y Agricultura (RIMSA) realizada este año en Río de Janeiro.