Un nuevo desafío enfrenta el mundo en la lucha contra el flagelo de la resistencia a los antimicrobianos: el impacto negativo que ha tenido la pandemia por la COVID-19 en esta problemática y que ha derivado en un aumento vertiginoso de nuevos mecanismos de resistencia.
Preocupa “la diseminación de bacterias gram-negativas resistentes a los carbapenémicos, que eran considerados la última línea de tratamiento para infecciones severas”, señaló la doctora Gina Tambini, representante de la Organización Panamericana de la salud (OPS) Colombia, al instalar el evento científico ‘Avances en resistencia antimicrobiana: un enfoque regional y nacional’, en el marco de la Semana Mundial de Concientización sobre el uso de los Antimicrobianos (WAAW, por sus siglas en inglés), con el lema ‘Corre la voz, frena la resistencia a los antimicrobianos’, el pasado 18 de noviembre.
De igual forma, la doctora Tambini calificó la resistencia a los antimicrobianos (RAM) como una amenaza global, que está relacionada “con el uso indiscriminado de agentes antimicrobianos en salud humana y animal, que generan mecanismos de resistencia que incrementan la morbi-mortalidad y los costos de la atención en salud, y que impactan el medio ambiente y las economías, por pérdidas en las áreas de producción agrícola y en la seguridad alimentaria”.
Ante este desafío, se requieren acciones contundentes e inmediatas desde todos los sectores, integrándolos, como lo vienen haciendo desde 2019 la FAO, la OPS y la OIE, con el apoyo de la Unión Europea, “que avanzan en el proyecto tripartito ‘Trabajando juntos para combatir la resistencia antimicrobiana’, donde los ministerios de Salud y Protección Social, Agricultura y Desarrollo Rural, y Ambiente y Desarrollo Sostenible, así como sus entidades adscritas, realizan una labor comprometida y ardua para fortalecer el Plan de Acción Nacional para combatir la resistencia a los antimicrobianos con base en la estrategia ‘Una salud’”, resaltó la doctora Tambini.
Se aceleró la problemática de la RAM
Frente a lo que ha sucedido con la pandemia por la COVID-19, la doctora Pilar Ramón Pardo, líder del Programa Especial de Resistencia a los Antimicrobianos, de la OPS, explicó durante su intervención que “estamos ante un panorama sin precedentes. Es la primera vez que vemos una avalancha tan impresionante en mecanismos nuevos de resistencia diseminándose en la región”.
Sobre este mismo tema, la doctora Carissa F. Etienne, directora general de la OPS, señaló que ese aumento en el número de infecciones resistentes a los antimicrobianos, se debe probablemente a “un uso sin precedentes de antimicrobianos para tratar la COVID-19” y que en las Américas, según los reportes, más del 90% de los pacientes con COVID-19 hospitalizados recibieron un antimicrobiano, a pesar de que solo 7% de ellos presentaba una infección secundaria que justicara su uso.
Adicionalmente, la Encuesta Tripartita de Autoevaluación Nacional sobre la Resistencia a los Antimicrobianos (TrACSS), encontró que 151 países (93%) consideran que la pandemia ha afectado sus planes nacionales de acción o de respuesta a la resistencia a los antimicrobianos, desde lo operativo y desde la implementación misma.
En un balance de la región, la doctora Pilar Ramón explicó que en estos tiempos de pandemia “se incrementó el uso de antimicrobianos 100 veces por encima de los niveles anteriores; en algunos países se retrasó la vigilancia; se percibieron brotes hospitalarios con patógenos multirresistentes o hubo brotes en lugares en donde no se habían presentando antes”.
Ante esta realidad, las autoridades de salud de los países de la región trabajan arduamente para analizar toda la información de los laboratorios de referencia y establecer las alertas necesarias que permitan controlar esta nueva realidad.
El objetivo es “hacer énfasis en la importancia del diagnóstico preciso de las infecciones, la realización de campañas institucionales y de educación para comprender que los antibióticos solo funcionan contra bacterias no contra los virus, y la COVID-19 es causada por un virus, y hasta la fecha no se ha demostrado que ningún antibiótico sirva para prevenirlo o tratarlo”, precisó el doctor Carlos Álvarez Moreno, médico infectólogo, asesor del Ministerio de Salud en el manejo de la pandemia por la COVID-19 y coordinador del Estudio Solidarity de la OMS.
En el segundo día del evento científico ‘Avances en resistencia antimicrobiana: un enfoque regional y nacional’, el 19 de noviembre, el doctor Álvarez lamentó el uso indiscriminado de antibióticos que se hizo especialmente al inicio de la pandemia, cuyo impacto se refleja hoy nivel hospitalario y de la comunidad; el impacto negativo de la misma en los planes nacionales y en los Programas de Optimización del uso de Antimicrobianos (PROA), pero invitó a retomar la senda de la prevención, el manejo adecuado de las infecciones y los altos estándares de seguridad de los pacientes.
Esto requiere, como han señalado los especialistas y conferencistas, de un esfuerzo colaborativo, y en ese contexto, resulta muy positivo el anuncio de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO), la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) que firmaron una agenda con la Unión Europea para extender el proyecto (del que hacen parte Colombia, Argentina, Brasil, Chile, Paraguay, Perú y Uruguay) un año más (hasta 2023) y apoyar con acciones que reduzcan el impacto de la pandemia de COVID-19 en la resistencia a los antimicrobianos (RAM) y prevengan futuras enfermedades emergentes con potencial pandémico.