Gonorrea es una infección de transmisión sexual (ITS) frecuente y no logra ser contenida, por diferentes causas, entre las que se encuentra la resistencia a los antibióticos que ha desarrollado la bacteria que la produce llamada: Neisseria gonorrhoeae.
Para disponer de datos claros, de la resistencia a los antibióticos o antimicrobianos (RAM) la OPS en Uruguay donó un multi-inoculador al laboratorio nacional de referencia, que efectuará un estudio de susceptibilidad a los antimicrobianos de las cepas de Neisseria gonorrhoeae que se detecten en la población de Uruguay en la red de laboratorios del país.
Esta donación se realiza en el marco del Proyecto: Trabajando juntos para combatir la resistencia a los antimicrobianos” liderado por la OPS en estrecha colaboración con la FAO y OIE y financiado por la UE, y que tiene como objetivo general de tres años (2020-2022) contribuir a combatir la RAM mediante el apoyo a los países en la implementación de sus Planes de Acción Nacional.
La vigilancia de la RAM es una de las actividades básicas de control sobre las infecciones en general y el laboratorio nacional de referencia del Departamento de Laboratorios de Salud Pública (DLSP) tiene la capacidad de hacer las pruebas para confirmar la resistencia en las cepas microbianas aisladas y realizar las investigaciones y síntesis microbiológicas.
El multi-inoculador o replicador de Steers “es un instrumento de precisión que permitirá estudiar la amplia colección de cepas que tiene conservadas el laboratorio”, valoró la directora del Laboratorio de Salud Pública, Dra. Ma. Cristina Mogdasy, para después generar nuevos tratamientos de las infecciones.
Uruguay está alineado a la Estrategia mundial del sector de la salud definida por la Organización Mundial de la Salud –OMS-, contra las infecciones de transmisión sexual (ITS) 2016-2021. La infección por N. gonorrhoeae (gonorrea) es una de ellas y está incluida como ITS de alta prioridad, debido al riesgo cada vez mayor que representa la gonorrea intratable (causada por la resistencia a los antibióticos antigonocóccicos tradicionales ), lo que ocasiona una preocupación cada vez mayor, puesto que quedan menos opciones de tratamiento.
OMS fijó objetivos para la reducción de estas infecciones hacia el 2030, en consonancia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas. En lo que respecta a la infección por N. gonorrhoeae, la meta es una reducción para el 2030 en la incidencia mundial de 90% en comparación con la línea de base del 2018. Para alcanzar estos objetivos, la estrategia de la OMS estableció varios hitos para el año 2020: procurar que 70% de los países cuenten con sistemas de vigilancia de las ITS y que 70% de los países informen sobre la resistencia a los antimicrobianos (RAM) de N. gonorrhoeae.