Neumonía: la importancia de la adherencia al tratamiento y el buen uso de antibióticos

Neumonía adherencia al tratamiento buen uso antibióticos

10 Mayo 2024

La neumonía es la principal causa de mortalidad infantil en el mundo, indica la Organización Mundial de la Salud (OMS). Solo en 2019 produjo la muerte de 740.180 menores de 5 años, cerca de 250 mil de ellas en América Latina. Es también la más importante dentro de las infecciones respiratorias agudas (IRA), al representar una alta carga de enfermedad en esta población.

Diversos agentes infecciosos (virus y bacterias) pueden causarla: Streptococcus pneumoniae (neumococo) es la causa más común de neumonía bacteriana en niños; Haemophilus influenzae  tipo b (Hib), segunda causa de origen bacteriano; el virus sincitial respiratorio (VRS) es la principal causa de neumonía vírica, y Pneumocystis jiroveci está muy relacionado con neumonía en menores de seis meses con infección por VIH, originando al menos una de cada cuatro muertes por neumonía en lactantes seropositivos a VIH, indica la OMS.

En el caso del neumococo, definitivamente la era vacunal marcó una diferencia en la historia de esta enfermedad y la resistencia del neumococo.

En la era prevacunal, la resistencia antimicrobiana iba en aumento, y cuando se introducen las nuevas vacunas conjugadas PCV7, en 2008, y PCV10, en 2012, hubo una disminución de la resistencia, fundamentalmente por el control del serotipo 14, que era el más resistente en ese momento”, resalta el doctor Germán Camacho Moreno, infectólogo pediatra de la Fundación Hospital Pediátrico de La Misericordia (HOMI), miembro del Grupo de Investigación de Enfermedades Infecciosas de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional y uno de los coordinadores de la Red NeumoColombia.

De igual forma, la OMS reporta cómo la neumonía por neumococo ha disminuido por más de un tercio y las muertes se redujeron un 51% entre los años 2000 a 2015 en los países que introdujeron la vacuna conjugada contra el neumococo, la cual protegía contra los serotipos que más riesgo representan para la salud.

En determinados momentos, el problema puede exacerbarse, con mayor razón si circulan bacterias más resistentes a los antibióticos recomendados para tratar la enfermedad, como la amoxicilina o la penicilina, o cuando las vacunas no tienen los serotipos circulantes de mayor impacto epidemiológico y clínico.

En ese objetivo, países como Colombia, anunciaron la ampliación de su Programa Ampliado de Inmunizaciones (julio de 2022), actualizando la vacuna que se aplica contra el neumococo (10-valente) para pasar a una 13-valente (PCV-13), que incluye serotipos adicionales que han sido relacionados con neumonía, meningitis y otitis.

Más resistente

Con el tiempo, hay una tendencia al aumento en la resistencia del neumococo, debido a múltiples factores, resalta el doctor Camacho, coordinador de la Red NeumoColombia, que reúne a 17 hospitales en cuatro ciudades del país.

Sabemos que hay serotipos como el 1, casi en un 100% sensibles a la penicilina o el 4 y el 7, que son multisensibles. Lo opuesto ocurre con el serotipo 14 el cual es multirresistente, mostrando únicamente 30% de sensibilidad a todos los antibióticos, 10 a 15% de resistencia a una familia de antibióticos; 25% a dos familias y el 2% a cuatro familias de antibióticos. Otro caso es el serotipo 19A, que en el país es multirresistente y ocupa alrededor del 50 al 60% de todos los aislamientos”, indica.

En su presentación ‘Amoxicilina para el tratamiento de neumonía ambulatoria de niños menores de 5 años en Colombia’, la investigadora Luisa Moyano, del Ministerio de Salud y Protección Social (MSPS), explicó los resultados de un estudio transversal dentro de la iniciativa de Investigación Operativa Estructurada y Capacitación (Sort-itSORT-IT), para el abordaje de la resistencia a los antimicrobianos (RAM), según el cual en Colombia hay una baja adherencia para el abordaje del uso de amoxicilina para los casos de origen bacteriano (74% de 215.925 casos estudiados), pese a ser el manejo indicado.

Así mismo, se ha identificado un incremento en la prescripción de antibióticos no recomendados en la guía de práctica clínica, por ejemplo 4% de neumonías virales recibieron antibiótico sin requerirlo, y 4% fueron abordados con más de un antibiótico en el servicio ambulatorio, lo que genera un impacto negativo en la lucha contra la resistencia antimicrobiana.

De ahí la importancia de la vigilancia centinela, que se hace en los hospitales a partir del diagnóstico de neumonía y meningitis, con el apoyo del Laboratorio Nacional de Referencia del Instituto Nacional de Salud (INS), y la vigilancia basada en redes, que analiza no solo el ambiente microbiológico, sino el contexto clínico de los pacientes que tienen la enfermedad. Sin embargo, considera el doctor Camacho, que el neumococo debería ser una enfermedad de notificación obligatoria en todos los escenarios de salud pública, dado que es inmunoprevenible.

El camino es la prevención

La prevención de la neumonía es un componente fundamental de toda estrategia para reducir la mortalidad infantil (ODS 3.2.1), indican la OMS y Unicef en su Plan de Acción Mundial para la Prevención y el control de la Neumonía. Dentro de ese contexto, la vacunación contra el Hib, los neumococos, el sarampión y la tos ferina es la forma más eficaz de contrarrestrarla.

A esto se suma la importancia de una nutrición adecuada, que inicia con la lactancia materna de manera exclusiva durante los primeros seis meses de vida del bebé, lo que no solo ayuda a prevenir esta enfermedad, sino que contribuye en la reducción del tiempo de duración si llega a presentarse.

Un tercer aspecto está relacionado con corregir los factores ambientales, como la contaminación del aire interior y fomentar una higiene correcta en temas como el lavado de manos y la limpieza de los espacios en donde permanecen los niños, sea en el hogar, el jardín infantil o el colegio.

El cuarto es el manejo adecuado de la neumonía, para que todos los niños enfermos tengan acceso a la atención adecuada por personal de salud idóneo y que reciban los medicamentos y el soporte clínico que necesitan para recuperarse.