Definición e importancia para la salud pública
Partiendo de que la Atención Primaria en Salud (APS) es un enfoque renovador de los modelos de salud, la formación de los profesionales sanitarios está encauzada a desarrollar su potencial para transformar el modelo tradicional de salud en uno basado en la participación social que pondere los componentes de la salud pública y que rompa con las prácticas convencionales, esto se ha convertido en un imperativo educativo, ya que la educación farmacéutica debe responder a los nuevos paradigmas sanitarios y a las necesidades de salud pública; formando profesionales alineados con estos objetivos y socialmente comprometidos.
La OPS, como oficina regional para las Américas de la OMS, ha liderado una serie de iniciativas surgidas de la evolución experimentada por el farmacéutico en los sistemas de salud. Su tránsito desde un desempeño centrado en el medicamento hacia uno centrado en el paciente y sus necesidades ha sido determinante para incentivar el desarrollo de currículos que respondan a los requerimientos para cumplir eficazmente y competentemente este papel.
El Plan Básico de Educación Farmacéutica (OPS/OMS, 1999) fue la primera propuesta para la formación del farmacéutico de las Américas realizada por un grupo de trabajo formado por representantes de OPS y educadores de Norte, Centro y Sudamérica. El documento se constituyó en una guía que ha orientado las carreras de farmacia de la Región por muchos años hasta su actualización.
A partir de la reorientación de los servicios farmacéuticos propuesta en “El papel del farmacéutico en los servicios de salud” (1988 y 1993), la OPS valora con más énfasis la importancia de orientar la educación farmacéutica hacia la consecución de estas nuevas metas. En las Américas, sobre todo en la década de 1990, hubo varias experiencias en el desarrollo de estrategias de fortalecimiento de los servicios farmacéuticos que representaron un importante marco para redefinir el papel no solo del profesional, sino de los servicios farmacéuticos hacia la garantía de la atención integral, integrada y continua. Estas experiencias pusieron de manifiesto la necesidad de fortalecer la educación farmacéutica de las Américas con las nuevas orientaciones. La necesidad de una filosofía que module la educación farmacéutica hacia el paciente, lleva a la OPS al establecimiento de la Conferencia Panamericana de Educación Farmacéutica (CPEF) que desde 1990 promueve la colaboración entre las escuelas, facultades y departamentos de Farmacia de las Américas. En la primera versión de la CPEF, que contó con la participación de 23 países de las Américas e invitados de Europa y de Estados Unidos, se hace la Declaración de Principios (1).
La OPS reconoce que la educación farmacéutica en las Américas debe ser responsable de formar a sus estudiantes como miembros vitales del equipo de salud, con las competencias requeridas para la entrega de servicios farmacéuticos, oportunos y eficaces, con apego a principios éticos y derechos humanos fundamentales.
Para la OPS los propósitos de la educación farmacéutica, especialmente para las funciones en los servicios farmacéuticos, se apoyarán en la coordinación imprescindible entre la Autoridad Educativa y la Autoridad Sanitaria promoviendo un currículo dinámico y estimulante, que proporcione los elementos necesarios para la actuación profesional centrada en los pacientes y en la comunidad, rescatando los elementos propios de cada país (2).
Referencias
1.Conferencia Panamericana de Educación Farmacéutica. 1990. Declaración de principios. I CPEF. Miami.
2. Conferencia Panamericana de Educación Farmacéutica. 2018. Declaración 2018 de la misión, principios y elementos de la educación farmacéutica en la Región de las Américas XI CPEF. Quito.