Montevideo, 7 de abril de 2021.- Hoy se conmemora el día Mundial de la salud, y la Organización Mundial de la Salud procura favorecer un acceso equitativo. Bajo la consigna: “construir un mundo más justo y saludable”, convoca a los países miembros a trabajar junto con las comunidades, a recopilar datos fiables y abordar las desigualdades.
En un contexto de gran tensión del sistema de salud con motivo de la pandemia, Uruguay preserva el valioso capital del acceso y la cobertura universal en salud, con un conjunto asegurado de prestaciones que es amplio, con búsqueda de calidad homogénea y protección financiera. Aun así, resulta clave y vigente el desafío de que enfermar no signifique empobrecer. Y, para evitarlo, se ofrece una respuesta a varios niveles que contempla desde el acceso a una consulta básica con el médico, el control de enfermedades crónicas, una cama en CTI, hasta procedimientos de alta tecnología.
Es necesario indicar que en este marco de respuesta a COVID-19 con atención a distancia, restricciones en el contacto físico y la presencialidad, surgen nuevas e imprevistas barreras desde lo institucional o lo subjetivo, al acceso oportuno y la calidad asistencial. Es un imperativo ético y un desafío organizacional, generar los arreglos institucionales y logísticos para cumplir con el seguimiento de los pacientes que presentan condiciones crónicas, requieren controles en salud como niños y embarazadas, o por patologías diferentes a COVID-19.
Un mundo más justo, que en este día promueve la OMS, más que nunca configura un determinante de la salud, y es necesario para evitar sufrimiento y muertes precoces asociadas a inequidades sociales, económicas, de género o generacionales. Los familias y comunidades más vulnerables, que están expuestas a mala alimentación, acceso inadecuado a servicios básicos, viviendas insalubres y exclusión social, tienen una mayor probabilidad de enfermar y fallecer. Según el Instituto Nacional de Estadística el registro de pobreza fue de un 11,6 % en 2020 y es fundamental generar condiciones para revertirla y prevenir su efecto deletéreo sobre la salud de las personas.
Desde que fuera declarada la emergencia sanitaria por COVID-19, el sistema de salud ha mostrado robustez y resiliencia. Con récord de casos activos y de fallecidos, la respuesta a los pacientes con coronavirus aún es en el 96% en los domicilios y en el primer nivel de atención. Solo el 4% ingresa al hospital. Además, los dispositivos de internación y cuidados intensivos, al igual que los vacunatorios, están en expansión y los profesionales se capacitan para los desafíos a los que están enfrentados.
Para ejemplificar, 4 mil enfermeros/as y vacunadores se inscribieron a un curso virtual sobre la vacunación contra la Covid-19, organizado por la OPS y la Facultas de Enfermería de la Universidad de la República, desde febrero.
El personal de la salud se encuentra exigido al máximo en diferentes ámbitos de la atención sanitaria y de las acciones de salud pública. La atención clínica en diferentes niveles de complejidad, la vigilancia epidemiológica, el rastreo de contactos, el hisopado, el análisis de muestras, la comunicación de resultados, están en los límites para asegurar oportunidad y calidad homogénea. Hay un desempeño por encima de la normal expectativa, en tareas que poco se conocían hace un tiempo y de las que tanto hoy se habla, opina y polemiza. Los trabajadores de la salud afrontan estrés, angustia y son también protagonistas del resultado de una rápida vacunación contra la COVID-19.
El día mundial de la salud se estableció como recordatorio de la fundación de la Organización Mundial de la Salud el 7 de abril de 1948. Como organismo multilateral se dedica a promover el derecho a la salud, colaborando con los estados miembros en la definición de las políticas de salud y facilitando la evidencia científica en el campo sanitario y sus múltiples determinaciones. El ejercicio de este derecho pasa hoy por una mirada colectiva y multidimensional, con decisiones en el campo de la salud pública, además de que se asuman los compromisos individuales que todos/as tenemos con la salud de todos/as.