Montevideo, 6 de noviembre de 2024. Las intervenciones de autocuidado se encuentran entre los enfoques más prometedores para abordar los desafíos que plantea el acceso a servicios de salud asequibles, aceptables y de calidad en la actualidad. Al reconocer a las personas como agentes activos en el manejo de su salud, las intervenciones de autocuidado en salud sexual y reproductiva ofrecen oportunidades para fortalecer la atención primaria de salud como parte de una atención integral e integrada en todo el curso de vida de las personas.
Del 23 al 25 de octubre de 2024, se llevó a cabo en Bogotá, Colombia, un innovador taller organizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) a través del cual se abordó el concepto de “autocuidado” en salud sexual y reproductiva y sus implicancias en la potencial aceleración de la reducción de la mortalidad materna. Se identificaron intervenciones recomendadas por la OMS, que ya se realizan exitosamente en la región y otras que podrían comenzar a desarrollarse. Con la participación de representantes de Ministerios de salud de 12 países de la región que fueran priorizados en la necesidad de acelerar la reducción de la muerte materna se presento una caja de herramientas desarrolladas por OMS y OPS para esta implementación del autocuidado.
Autocuidado como herramienta para la reducción de la mortalidad materna
La directora del Centro Latinoamericano de Perinatología – Salud de la Mujer y Reproductiva (CLAP/SMR), de la OPS, Suzanne Serruya, expresó que estas intervenciones están en línea con la Estrategia para acelerar la reducción de la mortalidad materna que presentó el director de OPS, Jarbas Barbosa, en junio de este año. “Es necesario adoptar un enfoque preventivo, de promoción de la salud y basado en el curso de vida, con modelos de atención centrados en las mujeres, las familias y la comunidad, donde el autocuidado juegue un papel preponderante”, expresó.
La directora del CLAP/SMR recordó que existe una gran inequidad en la región y la mortalidad materna afecta, mayoritariamente, a las mujeres que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad. “El autocuidado, permite reducir brechas de acceso y equidad que afectan de manera desproporcionada a las personas y comunidades más desatendidas”.
Del taller participaron representantes de los ministerios de los 12 países prioritarios identificados en la Estrategia para acelerar la reducción de la mortalidad materna, puntos focales de OPS vinculados servicios de salud y salud sexual y reproductiva, equipos técnicos de los ministerios y representantes de la sociedad civil y academia.
Desafíos a nivel global
Manjulaa Narasimhan, responsable del área de autocuidados en HRP, unidad del Departamento de Salud Sexual y Reproductiva e Investigación de la OMS recordó que una de cada 5 personas de la población mundial vive actualmente en una crisis humanitaria, en la que los sistemas de salud se enfrentan al reto de prestar servicios esenciales. Las condiciones de salud sexual y reproductiva se encuentran entre las principales causas de muerte y enfermedad entre las mujeres en edad fértil en todo el mundo. “El autocuidado es una oportunidad. Es importante que las personas conozcan sus derechos, se empoderen y tengan la posibilidad de gestionar aspectos de su propia salud. Debemos fortalecer las instituciones, ser más eficientes y más innovadores”.
El creciente número de eventos asociados al cambio climático; los conflictos armados; el desplazamiento forzado de personas; el desplazamiento de personas migrantes, a veces en condiciones muy precarias; la falta de profesionales de salud, particularmente en algunas zonas donde, justamente, habitan personas en situación de vulnerabilidad fueron algunos de los desafíos que se señalaron.
El autocuidado favorece el acceso a la salud, disminuye la sobre carga en los servicios de salud, promueve el uso de la telesalud y nuevas tecnologías y, sobre todo, empodera a las personas poniendo el foco en sus propias necesidades.
Violeta Ross, integrante del Consejo Mundial de Iglesias en Ginebra, Suiza, y como portadora de VIH, hizo hincapié en la evolución de las tecnologías de la salud. “Ahora existe el auto test de VIH. Cuando a mí me diagnosticaron no existía. La ciencia ha avanzado mucho en el campo de la salud y los y las usuarias tenemos la oportunidad de acceder a intervenciones que antes eran impensadas. Por eso es importante que las comunidades participen, conozcan y se involucren. Yo celebro que se realicen este tipo de encuentros”, expresó.
Además, la activista señaló que existen resistencias por parte los equipos de salud porque “Hay una falsa idea de que esto compite con lo que los sistemas de salud hacen. Pero no, las intervenciones de autocuidado son complementarias. Se trata, más bien, de favorecer el acceso”.
Autocuidado en la región de las Américas
El asesor en Salud Sexual y Reproductiva de OPS, Rodolfo Gomez Ponce de León, señaló que intervenciones como pruebas de embarazo domiciliarias, auto test de VIH y HPV, autocontrol de la glucemia y la presión arterial; anticoncepción de emergencia y autoinyectable subcutánea entre otras, son ejemplos de prácticas de autocuidado. “En la región ya se están implementando estrategias de autocuidado, aunque no siempre se identifican de esa forma. Esta reunión fue útil para echar luz sobre algunas prácticas exitosas que ya se están desarrollando. Es importante que los países conozcan estas prácticas, identifiquen qué es útil para cada realidad, y logren incorporarlas a sus planes y estrategias”.
Antes de finalizar el tercer día de taller, se solicitó a los participantes que hicieran una valoración de la experiencia, destacando que podrían aplicar en sus propios países. Entre las ideas que surgieron se destacan: continuar reflexionando y compartir las ideas y conceptos que se presentaron con los sectores de salud de sus países para poder seguir avanzando; mostrar la evidencia existente sobre el tema para derribar mitos que aún están presentes; incluir el autocuidado como herramienta para contribuir a la reducción de la mortalidad materna; proporcionar insumos de autocuiado a las comunidades e incorporar aspectos de género e interculturalidad; trabajar en el empoderamiento de los individuos, familias y comunidades; establecer alianzas estratégicas para continuar avanzando y profundizando las transformaciones existentes.
En síntesis, las intervenciones de autocuidado promueven la participación activa de las personas en su atención en salud y facilitan la autodeterminación, la autoeficacia, la autonomía y el compromiso con la salud. El autocuidado centrado en las personas refuerza el papel que cada individuo tiene en la gestión de su propia salud, poniendo la salud y el bienestar de las personas en el centro de todas las intervenciones.