Montevideo, 16 de noviembre de 2020.- A diario contribuimos, y sin quererlo, con la resistencia a los antimicrobianos. Cuando nos administramos un antibiótico para tratar un resfrío o gripe con la intención de resolver un malestar, aumentamos el problema. Porque los antibióticos no curan las afecciones virales, sino las bacterianas. Lo mismo sucede con la producción animal; es contraproducente la práctica de suministrarlos en animales sanos para prevenir enfermedades.
Resulta natural que los microorganismos - bacterias, virus, parásitos, hongos - presentes en humanos, animales, alimentos, el medio ambiente, se tornen más resistentes a los fármacos. No es natural, ni deseado, que influyamos y aceleremos el proceso mediante un uso inadecuado y excesivo.
La resistencia a los antimicrobianos es una amenaza sanitaria global que va en aumento. Genera altas repercusiones: pone en peligro los objetivos de desarrollo sostenible, los tratamientos de las infecciones comunes y de las potencialmente mortales.
Uruguay integra junto con Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Paraguay y Perú el proyecto “Trabajando juntos para combatir la resistencia a los antimicrobianos”. La Organización Panamericana de la Salud, la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura, la Organización Mundial de Sanidad Animal, y la Unión Europa, se han unido para colaborar con la iniciativa. El enfoque es “Una Salud”, la mirada es integral; porque nuestra alimentación y salud son interdependientes y se vinculan a los ecosistemas en los que coexisten. Una mala práctica en uno de los componentes afecta en los otros.
En cuanto a la salud humana, existe un trabajo colaborativo entre los Ministerios con el objetivo de mejorar la prevención y control de las infecciones a nivel hospitalario. Se procura favorecer la vigilancia, apoyar la creación de listas de medicamentos, esenciales y directrices de tratamientos. A nivel de salud animal e inocuidad de alimentos, se promueve el compromiso sobre el uso responsable de antimicrobianos.
Para dimensionar el problema, debe tenerse en cuenta que el 50% de los antibióticos son prescritos, distribuidos o vendidos de manera inapropiada. Y en América, un 80% de los países los comercializan sin estar indicados por un profesional. La resistencia antimicrobiana causa 700 mil muertes anuales.
La preocupación sobre esta amenaza se incrementa con la pandemia por el SARS-CoV- 2 que causa la Covid-19, debido a que algunos pacientes podrían desarrollar infecciones bacterianas secundarias al virus al ser hospitalizados para tratar el coronavirus.
Para obtener una lista completa de los materiales de comunicación disponibles, visite el sitio web de la
Semana Mundial de Concienciación sobre el Uso de Antimicrobianos 2020.
