Montevideo 15 de junio de 2023. De cada 10 bebés nacidos, 1 es prematuro, y cada 40 segundos muere 1 de ellos. Las tasas de nacimientos prematuros no han cambiado en la última década en ninguna región del mundo. Los efectos de los conflictos, el cambio climático y el COVID-19 están aumentando los riesgos para las mujeres y los bebés en todo el planeta.
Estos son algunos de los datos que se desprenden de la segunda edición de la publicación Nacidos demasiado pronto: una década de acción sobre la prematuridad (Born too soon: Decade of action on preterm birth), que cuenta con aportes de expertos y expertas de OMS/OPS, UNICEF, UNFPA y March of Dimes, entre otras instituciones.
El informe incluye estimaciones actualizadas de la OMS y UNICEF, preparadas con la London School of Hygiene and Tropical Medicine, sobre la prevalencia de los nacimientos prematuros. En general, constata que las tasas de nacimientos prematuros no han cambiado en ninguna región del mundo en la última década, con 152 millones de bebés vulnerables nacidos demasiado pronto entre 2010 y 2020.
Los nacimientos prematuros son actualmente la principal causa de mortalidad infantil, y representan más de 1 de cada 5 de todas las muertes de niños que se producen antes de cumplir los 5 años. Los supervivientes de un parto prematuro pueden sufrir consecuencias sanitarias de por vida, con una mayor probabilidad de discapacidad y retrasos en el desarrollo.
En este contexto, es urgente actuar para mejorar la prevención de los nacimientos prematuros, así como mejorar la atención a los bebés y las familias afectadas.
Además, el informe señala que, con demasiada frecuencia, el lugar donde nacen los bebés determina si sobreviven o no. Sólo 1 de cada 10 bebés extremadamente prematuros (<28 semanas) sobrevive en los países de renta baja, frente a más de 9 de cada 10 en los países de renta alta. Las enormes desigualdades relacionadas con la raza, la etnia, los ingresos y el acceso a una atención de calidad determinan la probabilidad de nacimiento prematuro, muerte y discapacidad, incluso en los países de ingresos altos.
El sur de Asia y el África subsahariana registran las tasas más elevadas de nacimientos prematuros, y los bebés prematuros de estas regiones se enfrentan al mayor riesgo de mortalidad. Juntas, estas dos regiones representan más del 65% de los nacimientos prematuros del mundo.
El asesor en Salud Perinatal del Centro Latinoamericano de Perinatología – Salud de la Mujer y Reproductiva (CLAP/SMR), Pablo Durán, recordó que en la región de las Américas, cerca de 1 de cada 10 bebes nacidos es prematuro. Ello representa más de un millón de recién nacidos cada año.
El informe también destaca que los efectos de los conflictos, el cambio climático y los daños medioambientales, la COVID-19 y el aumento del coste de la vida están incrementando los riesgos para las mujeres y los bebés en todas partes. Por ejemplo, se calcula que la contaminación atmosférica contribuye a 6 millones de nacimientos prematuros al año.
Los riesgos para la salud materna, como el embarazo en la adolescencia y la preeclampsia, están estrechamente relacionados con los nacimientos prematuros. Esto subraya la necesidad de garantizar el acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva, incluida una planificación familiar eficaz, con una atención de alta calidad durante el embarazo y en el momento del parto.
“También en nuestra región las complicaciones de la prematuridad son la primera causa de muerte infantil y representan la principal causa que contribuye a la carga de enfermedad y discapacidad en la infancia. Es por eso que la prevención de los nacimientos pre término debe ser el primer objetivo”, expresó el asesor del CLAP/SMR, quien también señaló que “Lamentablemente esto [prevenir la prematuridad] no siempre es posible, por ese en necesario, también, tener estrategias claras para abordar las posibles complicaciones que pueda generar, de modo de viabilizar el desarrollo óptimo y el bienestar tanto de los bebés como de sus familias”.
Por su parte, la directora del CLAP/SMR, Suzanne Serruya, manifestó que “Este es un tema extremadamente importante para el centro. En la región aún tenemos mucho para mejorar con relación a la salud del recién nacido y, sin dudas, el correcto abordaje de la prematuridad es una pieza clave”. Además, señaló que regionalmente existen importantes insumos y guías con información basada en evidencia sobre las estrategias que deben desarrollarse e invitó a los países a apropiarse de estas recomendaciones para mejorar sus indicadores.
Acciones propuestas por Nacidos demasiado pronto
- Aumento de las inversiones: Movilización de recursos internacionales y nacionales para optimizar la salud materna y neonatal, garantizando que se preste una atención de alta calidad cuando y donde se necesite.
- Aplicación acelerada: Cumplimiento de los objetivos nacionales de progreso mediante la aplicación de las políticas nacionales establecidas para la atención materna y neonatal.
- Integración intersectorial: Promover la educación a lo largo del ciclo vital; apoyar inversiones económicas más inteligentes, con cofinanciación entre sectores; reforzar las respuestas de adaptación al clima a lo largo del ciclo vital; y avanzar en la coordinación y resiliencia de los sistemas de emergencia.
- Innovación impulsada localmente: Invertir en innovación e investigación a nivel local para mejorar la calidad de la atención y la equidad en el acceso.
Grupos de familias involucrados y liderando procesos
En la última década también ha crecido el activismo comunitario en torno a la prevención del parto prematuro y la mortinatalidad, impulsado por redes de familias, profesionales de la salud, el mundo académico, la sociedad civil y otros. En todo el mundo, los grupos de familias afectadas por partos prematuros han estado a la vanguardia de la defensa del acceso a una mejor atención y del cambio de políticas, así como del apoyo a otras familias.
También con relación a este tema existen experiencias en la región. De hecho, desde el CLAP/SMR, se viene trabajando en una red de organizaciones de familias de prematuros que, actualmente, cuenta con 21 grupos en 15 países de la región.
Para Durán, el involucramiento de las familias es fundamental y es una perspectiva que todos los centros de salud que atienden a recién nacidos deben incorporar. “Las familias son parte crucial de los cuidados. Deben estar acompañadas, informadas y, sobre todo, deben ser escuchadas en sus necesidades para avanzar realmente en una atención de calidad, que ponga al recién nacido, su familia y su comunidad en el centro”.