En las Américas, el número de personas con diabetes se ha multiplicado casi cuatro veces desde 1990.
Ginebra / Washington D.C., 14 Noviembre del 2024 (OPS/OMS) – Según los nuevos datos publicados por The Lancet con motivo del Día Mundial de la Diabetes, el número de adultos que viven con diabetes en todo el mundo ha superado los 800 millones, es decir que la cifra se ha cuadruplicado desde 1990. El análisis, realizado por NCD Risk Factor Collaboration (NCD-RisC) con el apoyo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), pone el acento en la magnitud de la epidemia de diabetes y en la necesidad urgente de adoptar medidas más enérgicas a escala mundial para hacer frente tanto al aumento de las tasas de la enfermedad como a la brecha terapéutica cada vez mayor, en particular en los países de ingreso mediano bajo.
“En los últimos tres decenios, hemos asistido a un incremento alarmante de la diabetes, que es el reflejo del aumento de la obesidad, a lo que hay que sumar los efectos de la comercialización de alimentos poco saludables, la falta de actividad física y las dificultades económicas”, declaró el Director General de la OMS, Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus. “Los países deben adoptar urgentemente medidas para controlar la epidemia mundial de diabetes. Y esto pasa por promulgar unas políticas que promuevan una alimentación saludable y la actividad física y, sobre todo, por disponer de unos sistemas de salud que ofrezcan servicios de prevención, detección temprana y tratamiento».
Según el estudio, la prevalencia mundial de la diabetes en los adultos pasó del 7% al 14% entre 1990 y 2022. Los mayores aumentos se dieron en los países de ingreso mediano bajo, donde las tasas de diabetes se han disparado mientras que el acceso al tratamiento sigue siendo bajo. Esta tendencia ha provocado unas marcadas desigualdades a nivel mundial: en 2022, casi 450 millones de adultos de 30 años o más —alrededor del 59% de todos los adultos con diabetes— seguían sin recibir tratamiento, es decir, que el número de personas sin tratamiento se ha multiplicado por 3,5 desde 1990. El 90% de estas personas viven en países de ingreso mediano bajo.
El estudio revela además que existen importantes diferencias a escala mundial en las tasas de diabetes: en las regiones de la OMS de Asia Sudoriental y el Mediterráneo Oriental, la prevalencia de la diabetes entre los adultos de 18 años o más ronda el 20%. Estas dos regiones, junto con la Región de África, presentan las tasas más bajas en cuanto a la cobertura del tratamiento de la diabetes, y menos de 4 de cada 10 adultos con diabetes toman medicamentos hipoglucemiantes.
La diabetes en la Región de las Américas
El estudio revela que, en las Américas, 112 millones de adultos (13% de la población adulta) viven con diabetes, lo que representa casi cuatro veces más el número de adultos que vivían con diabetes en 1990 (30 millones de adultos, 7% de la población adulta). En el Caribe, la prevalencia es incluso mayor, alcanzando el 20% de la población adulta.
Garantizar el acceso al tratamiento sigue siendo un desafío en la Región de las Américas, donde se calcula que 43 millones de personas con diabetes (mayores de 30 años) sin acceso a tratamiento, lo que pone de manifiesto la urgente necesidad de ampliar el acceso a los servicios de atención primaria.
La iniciativa de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) Mejor atención para las ENT: Acelerar acciones en la atención primaria de salud, es una iniciativa basada en la evidencia que proporciona a los Estados Miembros la orientación normativa necesaria para fortalecer sus servicios de atención primaria con el fin de mejorar el acceso y la calidad de la atención de las enfermedades no transmisibles, incluida la diabetes.
La OPS también apoya a los países en la implementación de la vía clínica de la diabetes tipo 2, un recurso técnico estandarizado dirigido a mejorar la calidad y la eficiencia de la atención en salud para las personas con diabetes tipo 2 en el nivel de atención primaria de salud.
Los Fondos Rotatorios de la OPS, un mecanismo de compra conjunta que permite a los países de las Américas acceder a vacunas de calidad, medicamentos esenciales y suministros de salud pública a precios asequibles, también ofrece medicinas de alta calidad para la diabetes, como insulina, metformina y glicazida, así como los glucómetros y suministros relacionados.
Compromiso de la OMS con la respuesta mundial a la diabetes
Para hacer frente a la creciente carga de la diabetes, la OMS también ha presentado hoy un nuevo marco mundial para el seguimiento de la diabetes. Este producto es un paso clave en la respuesta mundial, dado que proporciona orientaciones exhaustivas a los países para que midan y evalúen la labor de prevención, la atención, los resultados y los efectos de la diabetes. Mediante el seguimiento de una serie de indicadores clave, como el control de la glucemia, la hipertensión y el acceso a medicamentos esenciales, los países pueden mejorar las actuaciones específicas y sus iniciativas en materia de políticas. Este enfoque normalizado empodera a los países para que determinen de manera eficaz las prioridades a la hora de destinar recursos, impulsando así importantes mejoras en la prevención y el tratamiento de la diabetes.
El Pacto Mundial contra la Diabetes de la OMS, que se puso en marcha en 2021, incluye la aspiración común de reducir los riesgos de diabetes y lograr que todas las personas a las que se diagnostique esta afección tengan acceso a servicios de atención y tratamiento equitativos, integrales, asequibles y de calidad. La labor emprendida en el marco del Pacto también promoverá la prevención de la diabetes tipo 2, debida a la obesidad, una dieta poco saludable y la falta de actividad física. Ese mismo año, además, la Asamblea de la Salud aprobó una resolución sobre la diabetes en la que se instaba a los Estados Miembros a dar más prioridad a la prevención, el diagnóstico y el control de la diabetes, así como a la prevención y el tratamiento de factores de riesgo como la obesidad.
En 2022, la OMS estableció cinco metas mundiales en relación con la cobertura de la diabetes que deben alcanzarse, a más tardar, en 2030. Una de estas es garantizar que el 80% de las personas diagnosticadas con diabetes tengan un buen control de la glucemia. La publicación que se ha dado a conocer hoy pone de manifiesto la magnitud y la urgencia de las medidas necesarias para avanzar en los esfuerzos que han de permitir cerrar la brecha.
El año entrante, 2025, brinda una oportunidad inmejorable para encauzar las medidas encaminadas a combatir el alarmante aumento de la diabetes en todo el mundo con la celebración de la cuarta reunión de alto nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la prevención y el control de las enfermedades no transmisibles (ENT), que tendrá lugar en septiembre. La cumbre reunirá a jefes de Estado y de Gobierno para que definan una robusta visión en lo que respecta a la prevención y el control de las enfermedades no transmisibles, incluida la diabetes, a través de un compromiso colectivo para abordar las causas fundamentales y mejorar el acceso a la detección y el tratamiento. Mediante la armonización de los esfuerzos para alcanzar los objetivos de 2030 y de 2050, esta reunión de alto nivel supondrá un punto de inflexión en la tarea de fortalecer los sistemas de salud mundiales, incluida la atención primaria de salud, y detener el aumento de la epidemia de diabetes.
Notas para los redactores
El estudio publicado hoy ha sido elaborado por NCD Risk Factor Collaboration (NCD-RisC), una red mundial de más de 1500 investigadores y profesionales, en colaboración con la OMS. Se trata del primer análisis mundial de las tendencias tanto en lo que respecta a las tasas de la diabetes como a la cobertura del tratamiento y se basa en datos procedentes de más de 140 millones de personas de 18 años o más que participaron en más de 1000 estudios realizados entre poblaciones de todos los países. A fin de obtener una imagen más precisa de la epidemia mundial de diabetes, el estudio recurrió a una metodología actualizada para medir la prevalencia de la diabetes en poblaciones que ya habían participado en estudios anteriores.