Candida auris, un patógeno emergente
El pasado 6 febrero de 2021, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) emitió una alerta epidemiológica motivada por el aumento de brotes de Candida auris asociados a la atención sanitaria en el contexto de la pandemia por la COVID-19, en la que recomienda, para la región de las Américas, fortalecer acciones para la detección precoz de este microorganismo y la notificación de casos de manera eficaz.
También la oficina de OPS Colombia lideró el foro ‘Candida auris: un patógeno emergente. Acciones y prevención en Colombia’, el martes 9 de febrero de 2021, en donde se analizó el impacto de esta levadura del género Candida, identificado por primera vez en Japón, hace 10 años, y que se ha propagado rápidamente, causando infecciones en más de 30 países a nivel mundial.
Se trata de un hongo emergente unicelular con unas características particulares, como explicaron los conferencistas invitados al Foro, entre las que están su diseminación en los servicios de salud y en pacientes con sistemas inmunes debilitados, y su capacidad para sobrevivir en superficies por largos periodos de tiempo.
La doctora Patricia Escandón, coordinadora del grupo de Microbiología de la Dirección de Investigación en Salud Pública y referente del laboratorio de Micología del Instituto Nacional de Salud (INS) de Colombia, explicó que este hongo es “causante de infecciones graves del torrente sanguíneo, que pueden llegar a ocasionar la muerte del paciente, en especial de aquellos que están críticamente comprometidos, tanto, que uno de cada tres pacientes con infección invasiva por C. auris puede morir”.
Otra de sus principales características, afirmó la especialista, es su alto grado de resistencia a los antifúngicos comúnmente utilizados para tratar otras especies del género Candida (polienos, azoles y equinocandinas). “Se ha encontrado que, en algunas regiones del mundo, es resistente a los tres tipos de tratamientos antimicóticos disponibles”, precisó.
Por esto, resulta fundamental ampliar el conocimiento del personal sanitario sobre los hongos en general, y este en particular, como destacó el doctor José Oñate, presidente de la Asociación Colombiana de Infectología (ACIN), para quien este tipo de encuentros contribuyen a un mejor diagnóstico, al uso de terapias adecuadas y a una reducción de costos en salud.
Así mismo, esto deriva en un menor riesgo de resistencia antifúngica y de efectos secundarios por el uso de terapias inadecuadas.
Un gran reto
Por su parte, el doctor Jorge Cortés, profesor titular del departamento Medicina Interna de la Universidad Nacional e infectólogo del Hospital Universitario Nacional, aseveró durante su intervención en el Foro, que Candida auris representa un reto enorme para los sistemas de salud, dado que suele presentarse en brotes y es multirresistente, por lo que se requiere que esta información se tenga a la mano en los hospitales y que se diferencie entre colonización (piel, tracto gastrointestinal, recto, ano, o cualquier otro sitio) e infección, y entre candidiasis invasiva versus no invasiva.
El objetivo es el control oportuno de brotes, como explicó el doctor Carlos Álvarez, epidemiólogo clínico e infectólogo, coordinador para Colombia del estudio Solidaridad de la OMS, para quien, “la rápida identificación de la C. auris en pacientes hospitalizados es particularmente importante para que las instituciones puedan tomar precauciones especiales para detener su propagación”.
Además, hay que tener en cuenta que existen factores de riesgo que predisponen a la infección por este hongo, entre los que destacan las comorbilidades como diabetes, intervenciones quirúrgicas recientes, catéteres venosos centrales, pacientes con otitis y quienes se encuentren o hayan recibido tratamiento con antibióticos de amplio espectro.
Por eso, se requiere una estricta vigilancia epidemiológica en los hospitales, porque si bien hasta ahora no se reporta en Colombia ninguna muerte atribuida a este hongo, su circulación sigue creciendo.
Si se detecta a tiempo y se utilizan terapias adecuadas, esto, sin duda alguna, “disminuye el riesgo de mortalidad”, precisó el especialista, quien llamó la atención sobre el momento actual, en donde hay mayor probabilidad de coinfecciones entre hongos y bacterias en pacientes con COVID-19, lo que conlleva la necesidad de “tener personal preparado y las condiciones higiénicas ideales, para reducir ese riesgo de coinfecciones”.
Por todo ello, resulta clave “conocer el comportamiento epidemiológico de este hongo, detectarlo precozmente y notificar los casos de manera oportuna, así como realizar más investigaciones sobre tratamientos y fortalecer las estrategias de control”, puntualizó el doctor Guillermo Gonzalvez, asesor de enfermedades transmisibles de la OPS Colombia, durante la clausura del foro ‘Candida auris: un patógeno emergente. Acciones y prevención en Colombia’.
Un mensaje final de los expositores estuvo relacionado con el incremento de las medidas sanitarias en el entorno hospitalario: una estricta higiene de manos antes del contacto con el paciente, antes de una tarea aséptica, después de la exposición a fluidos corporales, después del contacto con el paciente, después del contacto con el entorno del paciente, y limpieza, desinfección y esterilización óptima de superficies.