La Región de las Américas ha hecho grandes progresos en la reducción de la mortalidad y la morbilidad infantiles utilizando intervenciones basadas en pruebas y nuevos conocimientos y tecnologías. La neumonía, la malnutrición y las enfermedades prevenibles mediante vacunación como causas de mortalidad también han disminuido significativamente. A pesar de estos logros, los avances dentro de los países han sido desiguales. La exclusión social persistente, las desigualdades de género, clase y etnia y las diferencias generalizadas aumentan el riesgo de muerte en niños de todas las edades. También tienen efectos perjudiciales en el desarrollo cognitivo, emocional y educativo de los niños y constituyen uno de los principales retos para la Región. Invertir en la infancia es invertir en capital humano y en las generaciones futuras. Es también obligación de los Estados asegurar que cada niño cumpla con su derecho a vivir, sobrevivir, desarrollarse, aprender, jugar y participar. Los niños de la Región de las Américas son su mayor activo, y el reconocimiento y la protección de sus diferentes necesidades y derechos humanos son esenciales para un desarrollo efectivo.
- La tasa de mortalidad infantil disminuyó en la región del 67%, de 53,8 a 17,9 por 1.000 nacidos vivos entre 1990 y 2015.
- La mayoría de las muertes infantiles actuales son neonatales o mortinatas, a nivel regional y nacional debido a la reducción significativa de las muertes postneonatales.
- Las infecciones de las vías respiratorias bajas y las enfermedades diarreicas continúan siendo causas importantes de años perdidos debido a la muerte, enfermedad o discapacidad (AVAD) en menores de cinco años. Representan el 11% y el 6,7% del total de AVAD, respectivamente.
- Las afecciones neonatales (malformaciones congénitas, infecciones y complicaciones de la prematuridad) representan la mayoría de los años perdidos.
- Las enfermedades infecciosas (infecciones respiratorias, diarrea, tuberculosis, meningitis, entre otras) son el segundo grupo de causas de muerte.
- La infección por el VIH y el cáncer están aumentando en el rango cuando se comparan los datos de 1990 y 2013 en la región.
- Las lesiones de tráfico y las lesiones no intencionales se encuentran entre las principales causas de muerte entre los niños de 5 a 14 años en América Latina y el Caribe.
- El trastorno depresivo mayor, el trastorno de conducta y los trastornos de ansiedad fueron las principales causas de discapacidad a nivel mundial y en la región entre niños y adolescentes en 2013. Otras causas prevenibles de discapacidad en la región son la anemia (16% de las DL), los trastornos auditivos y oculares (4,6%) y las enfermedades desatendidas como las enfermedades por anquilostomas (alrededor del 3%).
- Un total de 4,1 millones de niños de 3 a 4 años y de ingresos bajos y medios en la región (18,7% de la población total de la región de infantes de esas edades) experimentaron un bajo desarrollo cognitivo y/o socioemocional en 2010.
El potencial del sector de la salud para garantizar que los niños puedan prosperar es enorme. Cumple un papel más decisivo y una mayor contribución a la equidad y el desarrollo sostenible, asegurando no solo una cobertura efectiva y la calidad en las intervenciones de salud, pero también para contribuir a garantizar el desarrollo integral de la infancia.
El énfasis en el desarrollo del niño en la primera infancia está creciendo en la Región. Junto con el enfoque en reducir la mortalidad infantil prevenible, ya se está produciendo un cambio hacia una perspectiva de desarrollo humano. Diecinueve países de la región han formulado políticas, normativas y planes nacionales para asegurar su aplicación del desarrollo del niño.
Cada vez más, se promueve en la región una comprensión amplia de la salud y el desarrollo de los niños a diferentes edades en las dos primeras décadas de vida, que va más allá de la supervivencia, reflexiona sobre la diversidad de su familia y sus circunstancias de vida, y aplica una visión holística que considera no solo el crecimiento físico sino también las dimensiones social/emocional y lingüística/cognitiva del desarrollo de los niños. Se han identificado en la región, planes y programas para mejorar el crecimiento y desarrollo de los niños, que involucran: apoyo y orientación a padres y cuidadores; prácticas de crianza de los hijos; servicios de guardería; servicios de salud con intervenciones para el desarrollo del niño; estrategias nacionales de salud infantil que incluyen a los padres u otros cuidadores masculinos, entre otros.
En concordancia con la agenda 2030 de los Objetivos del Desarrollo Sostenible y la Estrategia Mundial para la Salud de las Mujeres, los Niños y los Adolescentes, se está recomendando al sector salud enfoques más integrados y colaborativos para abordar las desigualdades en la región en el ámbito social, dimensiones ambientales y económicas del desarrollo. El crecimiento y desarrollo saludable y óptimo de un niño también requiere un hogar seguro, un vecindario seguro y protección contra la violencia y la disciplina dañina.
En septiembre de 2012, los Estados miembros de la OPS aprobaron una Estrategia y un Plan de Acción quinquenales para la Salud Integral del Niño, que abogan por un enfoque integrado, intersectorial y basado en los derechos para la salud y el desarrollo del niño. Más recientemente, la OPS se alinea a la nueva Estrategia Mundial para la Salud de la Mujer, el Niño y el Adolescente centrada en cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible del Milenio, que incluyen un objetivo específico para la salud: "Garantizar una vida sana y promover el bienestar de todos a todas las edades." Se centra en la protección de las mujeres, los niños y los adolescentes que viven en entornos humanitarios y frágiles y en la realización de su derecho humano a gozar del grado máximo de salud que se pueda lograr, incluso en las circunstancias más difíciles.
Para cumplir con los desafíos de los ODS en las Américas, el Plan de Acción para la Salud de las Mujeres, Niños y Adolescentes 2018-2030 fue adoptado por los Estados Miembros proponiendo un enfoque integrado de curso de vida para abordar los desafíos y barreras comunes que enfrentan estas poblaciones, y para construir la salud y el bienestar en el tiempo y a través de las generaciones.