Los esfuerzos de los fabricantes de bebidas alcohólicas por aumentar sus ventas atrayendo a los consumidores más jóvenes conducen a pautas de consumo de alcohol nocivas para la salud, aseveraron los expertos que asistieron a la mesa redonda "Alcohol, enfermedades crónicas no transmisibles y salud pública", celebrada esta semana en la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS).
Aunque los fabricantes de bebidas alcohólicas argumentan que sus anuncios publicitarios están dirigidos únicamente a los consumidores que tienen la edad establecida por ley para comprarlas, las investigaciones indican que la exposición de los menores de edad a los anuncios relacionados con el alcohol ha aumentado en casi 70% en el último decenio, dijo el profesor adjunto David Jernigan, de la Escuela de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins.
Además, los consumidores de alcohol más jóvenes adquieren de forma desproporcionada bebidas alcohólicas que pertenecen a algunas de las categorías de mayor venta, como los "alcopops", las bebidas energéticas que contienen alcohol y las bebidas alcohólicas con crema batida. Algunas de estas bebidas contienen el equivalente de cinco raciones de alcohol en una sola lata. Al mismo tiempo, es más probable que los consumidores más jóvenes de alcohol consuman grandes cantidades de alcohol durante períodos de tiempo cortos, una pauta de consumo que aumenta considerablemente el riesgo de lesiones y los efectos nocivos para la salud.
"Los jóvenes de los Estados Unidos no beben una copa de vino con sus padres en la cena. Beben para emborracharse", dijo el profesor Jernigan, uno de los cinco expertos que participaron en la mesa redonda, el 2 de mayo. Este encuentro se centró en la publicidad del alcohol, las pautas de consumo, los problemas de salud relacionados y la respuesta de la salud pública para mitigar los efectos nocivos del alcohol, con énfasis en las enfermedades no transmisibles en la Región de las Américas.
El consumo de alcohol en e las Américas es, en promedio, mayor al 50% que el consumo mundial, y la pauta predominante es beber en exceso de forma irregular, que es el tipo más perjudicial de consumo, explicó el profesor Jurgen Rehm, del Centro de Adicción y Salud Mental en Toronto (Canadá). Agregó que esta pauta de consumo anula los efectos protectores que puede tener en las cardiopatías el consumo moderado de alcohol.
Como resultad de los patrones de consumo perjudiciales, el alcohol es en la actualidad el principal factor de riesgo en las Américas de la carga de morbilidad total —incluidos el cáncer, los accidentes cerebrovasculares, las cardiopatías, la diabetes, la cirrosis hepática y la pancreatitis— y ocupa el quinto lugar entre las principales causas de muerte prematura en todos los grupos de edad y sexo, dijo la doctora Maristela Monteiro, asesora principal de la OPS/OMS en materia de consumo de alcohol y sustancias psicotrópicas. Explicó también que la globalización de la producción y la comercialización de las bebidas alcohólicas han contribuido a que aumente el consumo de alcohol de forma constante en las Américas, al igual que el hecho de que pocos países de América Latina tienen políticas sólidas en materia de venta y publicidad de bebidas alcohólicas.
La profesora adjunta Patrice Vaeth, de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Texas, dijo que el hecho de que es menos probable que las personas que ingieren bebidas alcohólicas cumplan con el tratamiento recomendado por los médicos para las enfermedades crónicas, agrava los efectos que el consumo de alcohol tiene sobre éstas. Su estudio sobre la diabetes en los mexicano-estadounidenses de la zona fronteriza entre México y los Estados Unidos reveló que el consumo de alcohol estaba asociado con la falta de adherencia a las prácticas de prevención de la diabetes, entre ellas, la autovigilancia diaria de la glucosa y los reconocimientos médicos generales anuales.
Los profesionales de la salud pública han estado elaborando políticas y herramientas encaminadas a reducir el consumo y mejorar el tratamiento, a fin de mitigar los efectos negativos del consumo de alcohol sobre la salud, afirmó Thomas Babor, profesor de medicina comunitaria y salud pública de la Facultad de Medicina de la Universidad de Connecticut. Los controles de la publicidad, la comercialización y la disponibilidad del alcohol y, en el sector de la salud, el tamizaje y las "intervenciones breves" incorporadas a los servicios de atención primaria de salud figuran entre las políticas más eficaces. Estas intervenciones permiten a los médicos identificar a los pacientes en riesgo de consumo nocivo de alcohol y recomendarles que reduzcan su consumo, o bien, remitirlos a atención especializada.
Si desea más información, consulte: