El Ministerio de Salud del Ecuador, instituciones de educación superior y la oficina local de la OPS/OMS organizaron una serie de actividades de formación dirigidas principalmente a docentes y trabajadores de la salud.
En primer lugar, a partir del mes de mayo, se está llevando a cabo una capacitación sobre Primera Ayuda Psicológica (PAP) dirigida a tutores y docentes de 61 Instituciones de educación superior del Ecuador, con 610 participantes. El propósito es brindarles herramientas de fácil manejo para que puedan detectar y brindar apoyo en situaciones de crisis en el contexto de la pandemia. La OPS está colaborando con la organización de cuatro webinars para poder ampliar la discusión y encuadrarla en el contexto local, guiadas por expertos nacionales e internacionales.
Asimismo, tras una interesante experiencia de curso virtual sobre el mhGAP-Humanitario, se lanzó un nuevo proceso de capacitación con trabajadores de la salud de todo el país, en colaboración con la Universidad Técnica Equinoccial (UTE). En coordinación estrecha con el Ministerio de Salud y ACNUR, se seleccionó a los 30 participantes de la primera cohorte en la frontera norte. El objetivo es fortalecer sus capacidades de respuesta en temas de salud mental, con énfasis especial en el cuidado de los equipos y el armado de una red territorial. De esta manera, se busca que las personas capacitadas tengan herramientas concretas que les permitan mejorar la resolución de las demandas locales, y al mismo tiempo alivianar la carga de los servicios y acortar la brecha de atención en salud mental. Está planificada una segunda cohorte en la frontera sur, con el mismo número de participantes. Se está trabajando con una metodología mixta, donde los estudiantes pueden hacer el curso de autoaprendizaje en la plataforma general y se complementa con sesiones sincrónicas en la plataforma local, con tutorías, discusión de casos y foros, con el objetivo de fortalecer la red en todo el proceso.
Finalmente, la oficina de la OPS en Ecuador ha tenido una especial preocupación por cuidar la salud mental y el bienestar de su equipo. Es por ello que continúa con un proceso de acompañamiento, sostenido por cerca de un año. Este espacio, de participación voluntaria, es un lugar seguro para poder compartir experiencias y preocupaciones, encontrar formas de mejorar la práctica y sentirse mejor en general. Además, se ha transformado en un dispositivo interesante para fortalecer lazos entre las personas del equipo en esta época donde la virtualidad y el distanciamiento físico han sido un desafío.