Washington, D.C., 28 de septiembre de 2017 (OPS/OMS) - Ministros de Salud y otras autoridades que participan de la 29ª Conferencia Sanitaria Panamericana de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) acordaron una nueva agenda de salud para combatir enfermedades y alcanzar la salud universal para 2030, así como acciones para fortalecer el control del tabaco, mantener la eliminación del sarampión y la rubéola, y mejorar la salud de los pueblos indígenas, afrodescendientes y romaníes.
Nueva Agenda de Salud Sostenible para las Américas 2030
Los líderes de la Salud de las Américas han aprobado un ambicioso y amplio programa para combatir las enfermedades y hacer que los sistemas de salud en sus países sean universales y sostenibles para el año 2030.
La Agenda de Salud Sostenible para las Américas 2030 (ASSA 2030), que toma su inspiración en la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, fue adoptada de manera unánime durante la 29ª Conferencia Sanitaria Panamericana.
La nueva agenda compromete a los países a alcanzar 11 objetivos y 60 metas que se utilizarán para medir los progresos hacia esos objetivos. Éstos van desde alcanzar la cobertura universal en salud hasta terminar con la epidemia de VIH/sida en las Américas, todos los objetivos mirando hacia 2030.
Hacia un continente libre de humo
Altas autoridades de salud de toda la región se comprometieron a adoptar legislación para el establecimiento de ambientes 100% libres de humo de tabaco en todos los países de la región para 2022, una de las medidas consideradas como más eficaces por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para controlar la epidemia de tabaquismo y prevenir enfermedades asociadas.
Actualmente, 17 de 35 países de la región que son miembros de la OPS carecen de normativas nacionales que establezcan ambientes 100% libres de humo de tabaco en todo lugar público y de trabajo cerrado y en el transporte público.
Esta medida es considerada una de las cuatro "best buys" o "mejores inversiones" para la prevención y control de las enfermedades no transmisibles, junto con la inclusión de advertencias sanitarias grandes y con imágenes en todos los paquetes de tabaco, el aumento de los impuestos al tabaco, y la prohibición total de la publicidad, promoción y patrocinio del tabaco.
La nueva estrategia apunta a acelerar la aplicación de estas cuatro medidas que forman parte del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco (CMCT), ratificado en 2005, y cuya aplicación ha sido desigual en una región con cerca de 127 millones de fumadores.
Mantener la eliminación de la rubéola y el sarampión
En 2015, las Américas fue declarada libre de transmisión endémica de la rubéola y del síndrome de rubéola congénita, y en 2016, del sarampión. Esta eliminación -que la región fue la primera en el mundo en alcanzar- fue el punto culminante de un esfuerzo de 22 años que incluyó la vacunación masiva contra el sarampión, la parotiditis y la rubéola en todo el continente.
Sin embargo, dado que el virus del sarampión es sumamente contagioso y que sigue en circulación, al igual que el virus de la rubéola, en el resto del mundo, la Región corre el riesgo de que ocurran brotes de estas enfermedades.
Con el fin de mantener esta eliminación, ministros de Salud de la Región aprobaron un plan de acción que establece cuatro líneas estratégicas: garantizar el acceso universal a los servicios de vacunación; fortalecer la vigilancia; desarrollar la capacidad nacional y operativa; y establecer mecanismos estándares para brindar una respuesta rápida frente a los casos importados.
Compromiso con la salud de los pueblos indígenas, afrodescendientes y romaníes
Los delegados también adoptaron unanueva política sobre etnicidad y salud mediante la cual se comprometen a eliminar los obstáculos a los que se enfrentan los pueblos indígenas, los afrodescendientes y los romaníes en el ámbito de la salud.
En general, en la Región son frecuentes los resultados deficientes en materia de salud en relación con estos grupos étnicos. La mortalidad materna e infantil en las poblaciones indígenas y los afrodescendientes es habitualmente más alta. En algunos países, las tasas de infección por el VIH son nueve veces mayores en la población afrodescendiente que en las personas de raza blanca, y los índices de desnutrición infantil en la población indígena son superiores a los de la población general. Estas poblaciones también tienden a tener tasas más altas de violencia contra la mujer y de suicidio, según se indica en esta nueva política.
Las disparidades de salud que afectan a estos grupos étnicos son el resultado de diversos obstáculos en el acceso a servicios de salud, como los obstáculos geográficos, económicos y culturales.
Esta nueva política se centra en las siguientes cinco líneas estratégicas con el objetivo mejorar la situación en salud de los grupos étnicos: generación de evidencia, con especial hincapié en datos desglosados por grupo étnico; impulso de la acción en materia de políticas para determinar y cerrar las brechas en materia de políticas; participación social para crear y fortalecer las alianzas con los distintos grupos étnicos; reconocimiento del conocimiento ancestral y la medicina tradicional, y fortalecimiento de los modelos de salud intercultural; y desarrollo de capacidades en los profesionales de la salud y trabajadores de salud comunitarios.