Washington, 24 de agosto del 2017 (OPS/OMS)-. El número de jóvenes de comunidades agrícolas vulnerables en Centroamérica que ha desarrollado una forma grave de insuficiencia renal de origen incierto ha aumentado. Por eso, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha publicado nuevas recomendaciones para ayudar a los países a fortalecer o crear sistemas de vigilancia de esta epidemia que no está relacionada con la diabetes ni con la hipertensión.
Los casos de esta enfermedad renal crónica se concentran principalmente en hombres jóvenes que viven en comunidades agrícolas de ingresos bajos y parecen estar asociados con factores como contaminantes ambientales (por ejemplo, productos agroquímicos), condiciones de trabajo deficientes y una ingesta de agua insuficiente durante la jornada laboral con temperaturas altas. En algunos casos, se ha encontrado que la enfermedad comenzó hace diez años o más.
En la nueva publicación Epidemia de enfermedad renal crónica en comunidades agrícolas de Centroamérica: Definición de casos, base metodológica y enfoques para la vigilancia de salud pública se presenta el contexto de esta epidemia, en el que se incluyen las características epidemiológicas y los principales factores de riesgo hipotéticos, una descripción de las características clínicas y patológicas, definiciones de casos para la vigilancia, y la base metodológica y enfoques para vigilancia de salud pública.
En las orientaciones de la OPS se hace hincapié en que los sistemas de salud necesitan contar con mejor información epidemiológica para responder a esta epidemia y se describen las estrategias que estos sistemas pueden aplicar para realizar las vigilancias pasiva, activa y la basada en la población mediante encuestas. Estas estrategias pueden ayudar a determinar las personas que estarían en riesgo de sufrir insuficiencia renal que podrían beneficiarse de intervenciones para reducir los riesgos o de tratamientos para mejorar el control de la enfermedad.
Este tipo de enfermedad renal crónica asociada a causas no tradicionales, que se trata fundamentalmente de una forma de nefritis intersticial crónica, ha alcanzado proporciones epidémicas, por lo que ha afectado a comunidades enteras y ha saturado los sistemas de salud. Según un análisis reciente, entre 1997 y 2013, más de 60.000 personas murieron a causa de una insuficiencia renal en Centroamérica. La enfermedad se caracteriza por la aparición progresiva de insuficiencia renal que, dado que en las etapas iniciales no se manifiestan síntomas, a menudo se diagnostica en una etapa muy tardía, en la que los pacientes tendrían que someterse a un tratamiento de reemplazo renal para sobrevivir.
Los datos disponibles sobre la enfermedad renal crónica en general, asociada tanto a causas tradicionales como a causas no tradicionales, indican que las hospitalizaciones por esta enfermedad aumentaron un 50% entre 2005 y 2012 en El Salvador; por lo que esta enfermedad fue la causa principal de hospitalización en el país. Casi 1500 de estas hospitalizaciones correspondieron a menores de 19 años, un número excepcionalmente alto.
En 2013, representantes de los países centroamericanos y de la República Dominicana celebraron una Reunión de Alto Nivel sobre Enfermedad Renal Crónica de Causas no Tradicionales y emitieron la Declaración de San Salvador, en la que se reconoce la enfermedad renal crónica como un problema grave de salud pública que requiere medidas urgentes.
Esta enfermedad renal de origen incierto en comunidades agrícolas de Centroamérica fue declarada un problema grave de salud pública por las autoridades de salud en el Consejo Directivo de la OPS en 2013. En esta reunión los ministros de salud de toda la Región de las Américas expresaron su preocupación y se comprometieron a apoyar las iniciativas de investigación y de mitigación. También observaron que se habían perdido miles de vida e instaron a redoblar los esfuerzos para investigar y abordar los factores ambientales y ocupacionales que se consideran que son la causa del problema.
Esta nueva publicación responde a la solicitud de las autoridades de salud a la OPS de proporcionar un marco para la vigilancia sistemática de la enfermedad renal crónica asociada con causas tradicionales y no tradicionales en los países afectados. El marco incluye un mecanismo de vigilancia pasivo basado en los registros de mortalidad y en el registro de la población en tratamiento de diálisis oen la fase terminal de una enfermedad renal. En la publicación también se recomienda la vigilancia activa basada en la vigilancia centinela en comunidades y en profesiones específicas, así como la vigilancia basada en la población mediante la realización de encuestas transversales reiteradas, como el método STEPS de la OMS, un enfoque progresivo en la vigilancia de las enfermedades no transmisibles.
Además del fortalecimiento de la vigilancia, la OPS está trabajando con el fin de aumentar la capacidad de los equipos de atención primaria para abordar la enfermedad. En ese sentido, ha desarrollado un curso en línea centrado en la prevención y el manejo de la enfermedad, que actualmente cuenta con 6600 profesionales de la salud inscritos.
La OPS seguirá propugnando mejoras en la salud ambiental y ocupacional, promoviendo la movilización de recursos y prestando apoyo técnico para mejorar la vigilancia y detallar una agenda de investigación para combatir la enfermedad.
Enlaces
- Epidemia de enfermedad renal crónica en comunidades agrícolas de Centroamérica: Definición de casos, base metodológica y enfoques para la vigilancia de salud pública
- Documento CD52/8: La enfermedad renal crónica en comunidades agrícolas de Centroamérica
- Prevención y Manejo de la Enfermedad Renal Crónica para Equipos del Primer Nivel de Atención: https://mooc.campusvirtualsp.org/enrol/index.php?id=13