Washington, DC, 2 de abril de 2020 (OPS)- Un llamamiento a donantes de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) busca obtener 94,8 millones de dólares para ejecutar medidas de salud pública prioritarias que ayuden a los países de América Latina y el Caribe a enfrentar la pandemia por la enfermedad por el coronavirus 2019 (COVID-19).
Los fondos se destinarán a la Estrategia de Respuesta de la OPS, que está alineada con la de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y tiene por objetivos salvar vidas y desacelerar la transmisión del virus a fin de mitigar el impacto que éste puede tener en los servicios y en la salud de la población, principalmente en los países que más necesitan ayuda. Los recursos apoyarán la estrategia hasta septiembre de 2020, pero a medida que el brote evolucione, es probable que las necesidades aumenten.
“La propagación de la COVID-19 en la región se está acelerando y debemos intensificar las acciones para frenarla”, afirmó la Directora de la OPS, Carissa F. Etienne. “Este nuevo virus ha demostrado que puede sobrecargar los servicios de salud hasta en los países más desarrollados”, indicó Etienne y agregó: “necesitamos invertir más para proteger los más vulnerables, incluidos los trabajadores de salud, y salvar vidas”.
El primer caso en Latinoamérica y el Caribe fue reportado en Brasil el 26 de febrero del 2020 y en menos de un mes se dispersó a 48 países y territorios en la región. Hasta el 1 de abril, 51 países y territorios de las Américas registraron 216.912 casos confirmados y 4.565 muertes por la COVID-19. En los últimos diez días, los casos confirmados se multiplicaron por diez. Actualmente, Estados Unidos es el país con la mayoría de los casos en el mundo y el 86% de los casos en el continente.
Las cinco líneas de acción prioritarias de la estrategia de la OPS buscarán apoyar la detección temprana de casos a través de los sistemas de vigilancia existentes; asegurar la capacidad de diagnóstico oportuno de los laboratorios con las pruebas y los reactivos necesarios; prevenir y el controlar infecciones por la COVID-19 en los servicios de salud; optimizar la capacidad de los sistemas de salud locales para manejar los casos y atender en forma segura, y aportar a la difusión de información a la población para que pueda conocer sus riesgos y tomar medidas para protegerse y proteger a sus seres queridos.