Buenos Aires, 14 de julio de 2009 (OPS/OMS) - Como algunos de nuestros lectores más asiduos pueden saber, la historia de la Revista Panamericana de Salud Pública/Pan American Journal of Public Health es aún más larga que su nombre. Se remonta a una era cuando los ministerios de salud y las escuelas de salud pública —claramente diferenciadas de las de medicina— empezaban a formar parte de los gobiernos y las universidades latinoamericanas. En ese momento, la escritura científica era todavía un arte incipiente. Los descubrimientos de latinoamericanos tan destacados como Oswaldo Cruz y Carlos Finlay habían creado gran revuelo en la Convención Sanitaria Internacional de las Repúblicas Americanas. Sus logros desataron las pasiones de generaciones sucesivas de investigadores para proseguir el progreso científico por el bien común y ayudaron a consolidar un espíritu de cooperación y solidaridad panamericana.
El debut oportuno del Boletín Panamericano de Sanidad —el primer precursor de la Revista— en mayo de 1922 ofreció un foro regional para el intercambio de conceptos científicos e ideas emergentes. Como una de las revistas más antiguas que explícitamente promovía el discurso de la salud internacional, su distinguido redactor jefe Arístides Alcibíades Moll la canalizó a las autoridades de salud pública, los profesores universitarios y los salubristas en ejercicio ansiosos por enterarse de los nuevos resultados científicos y sus posibles aplicaciones.
A lo largo de sus ocho decenios de publicación continua, la misión de la Revista ha sido sistemáticamente la de responder a las necesidades de sus destinatarios y producir una publicación que refleje los tiempos cambiantes, la transformación de las prioridades y la evolución de la tecnología.
Así como el nuevo nombre de la Revista en 1923 (Boletín de la Oficina Sanitaria Panamericana) anunció la creciente visibilidad de la institución fundadora como una entidad viable regional, la creación del Bulletin of the Pan American Health Organization en 1966 coincidió con el surgimiento reciente de Jamaica y Trinidad y Tabago como países soberanos, precursores de un proceso que con el tiempo culminó en la independencia de un número suficiente de países del Caribe de habla inglesa para rivalizar el enfoque hasta entonces decididamente "latinoamericano" de las publicaciones científicas de la OPS.
En los años noventa, a medida que el mundo transitaba hacia la diversidad cultural y las economías mundiales, la revista emblemática de la Organización aceptó los nuevos retos y en 1997 se fusionó con el Boletín y adoptó su nombre actual, como una revista científica mensual trilingüe (español, inglés, portugués) que publica investigación científica original. Hoy, como de costumbre, ofrece un vehículo para los resultados de investigación en el campo de la salud pública y presenta las tendencias sociopolíticas que influyen en la dirección general de las actividades de salud pública en las Américas. Un componente fundamental, quizás el menos visible, de la capacidad de respuesta al cambio, ha sido la inquietud de la Revista por proporcionar acceso a su contenido mediante los formatos más apropiados para la mayor parte de lectores. Poco después de su fusión, la revista se encontró ante la encrucijada de una publicación tradicional frente a una virtual.
Respondiendo a las posibilidades de las nuevas tecnologías de información, se inició la publicación de texto completo en línea.
Desde entonces, el número de suscriptores que utilizan este medio se ha incrementado, a medida que la capacidad de acceso electrónico ha aumentado.
Nuestros lectores en esta categoría —distribuidos en 82 países— actualmente pueden consultar el contenido en el propio sitio web de la Revista (http://journal.paho.org), al cual se puede acceder también por medio de la página inicial del sitio web de la OPS, o en el sitio de SciELO Salud Pública (http://scielosp.org). Las encuestas de lectores realizadas en 2002 y 2008 indicaron que la preferencia por la versión electrónica había aumentado más del doble en el intervalo entre los dos estudios. A finales de 2008, la OPS llevó a cabo una reunión de expertos en difusión del conocimiento científico, con el propósito de plantear una visión del futuro de la Revista y analizar las estrategias para optimizar sus operaciones y recursos mientras continúa brindando a sus usuarios un servicio de la más alta calidad posible. Uno de los principales temas fue la conveniencia de integrar plenamente la Revista dentro del conjunto de las otras fuentes de información de la OPS frecuentemente visitadas y difundidas a través de los portales institucionales. Asimismo, hubo consenso en que las tecnologías de información al alcance de la Organización representan el vehículo más eficaz para aumentar la exposición y visibilidad del contenido de la Revista y que las iniciativas innovadoras de distribución, como la formación de redes sociales, brindan una oportunidad para el crecimiento exponencial.
"La esfera de publicación científica del mundo ha evolucionado de manera rápida y constante por las nuevas tecnologías de información y comunicación. Los cambios en las políticas de publicación —especialmente en respuesta a la creciente demanda de acceso gratuito— también han cambiado los modelos de trabajo", observó uno de participantes del taller. "La Revista está colocada idealmente para asumir una función de liderazgo en este escenario cambiante, en particular dado el fortalecimiento de su factor de impacto y el prestigio y reconocimiento generalizado en las Américas y más allá de la Región."
Los participantes en la reunión también cuestionaron la conveniencia de mantener la versión impresa de la Revista, en vista de la drástica reducción del tiraje en los últimos años. Otros factores citados incluyeron los costos crecientes de distribución e impresión, así como las consecuencias para el medio ambiente. El grupo recomendó que se considerara la posibilidad de descontinuar la versión impresa de la Revista, para optimizar la utilización de los recursos y racionalizar su reasignación. Con base en este análisis, se ha decidido publicar la Revista en formato exclusivamente electrónico a partir del número de julio de 2009.
Para los que han seguido su historia, este cambio marca un hito más en la vida de un octogenario confiable, si bien dinámico, cuya longevidad puede atribuirse a una búsqueda incesante de relevancia, su dedicación a la difusión eficaz de conocimiento fundamental de salud pública y la capacidad de adaptación y respuesta a las exigencias de un mundo cambiante.