Washington D.C., 13 de octubre de 2021 (OPS). En los últimos 20 años uno de cada cuatro desastres en el mundo, ocurrió en América Latina y el Caribe, generando más de 289,000 muertes y afectando a más de 276 millones de personas con un estimado de pérdidas por más de 1,2 trillones de dólares. Estas cifras resaltan la importancia crítica que los países cuenten con sistemas capaces de prevenir nuevos riesgos, reducir los existentes y aumentar la resiliencia, como establecen las siete metas mundiales del Marco de Sendai.
Cada 13 de octubre se conmemora el Día Internacional para la Reducción de Riesgos de Desastres y este año se enfatiza la importancia de mejorar la cooperación internacional para ayudar a los países en desarrollo a establecer sistemas de protección adecuados, objetivo que se enmarca en la meta mundial para el 2021 del Marco de Sendai.
Las estrategias adecuadas de reducción de riesgos disminuyen el número de personas afectadas y el impacto económico que pueden tener los desastres. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) orienta a los estados miembros en sus estrategias de reducción del riesgo de desastres a través del Plan de Acción para la Reducción del Riesgo de Desastres 2016-2021, que proporciona el marco operativo para la reducción del riesgo de desastres en el sector de la salud.
La OPS también da seguimiento constante a la implementación de este Plan de Acción y es así como el Departamento de Emergencias en Salud organizó el pasado 12 de agosto de 2021, una reunión técnica con 24 países cuyos hallazgos y acuerdos resultantes informarán la agenda de la VII Plataforma Regional para la Reducción del Riesgo de Desastres en Las Américas y el Caribe que se realizará del 1 al 4 de noviembre 2021.
El sector salud tiene un rol fundamental en la reducción del riesgo de desastres. Los establecimientos de salud necesitan ser seguros y permanecer operativos durante e inmediatamente después de eventos adversos. Con la iniciativa “Smart Hospitals”, la OPS trabaja para establecer hospitales seguros, verdes y sostenibles, optimizando la resiliencia, fortaleciendo aspectos estructurales y operacionales y dotándolos de tecnologías verdes.
Asimismo, el aspecto diferencial de atención a poblaciones con necesidades diversas como población indígena o personas con discapacidad es clave en la reducción y gestión del riesgo de desastres.
Teniendo en cuenta que en América Latina existen alrededor de 85 millones de personas con algún tipo de discapacidad, la OPS también ha contribuido con la metodología INGRID que busca fortalecer la inclusión plena y efectiva de las personas con discapacidad en los planes de reducción del riesgo de desastres. A través de la Red de Gestión Inclusiva del Riesgo de Desastres de Latinoamérica y el Caribe, la OPS colabora en el impulso de la participación efectiva y la inclusión de las personas con discapacidad.
Igualmente, la OPS, como integrante de la Red de Conocimiento Indígena y Reducción del Riesgo de Desastres, contribuye a fortalecer a las comunidades indígenas en las Américas y aumentar la influencia indígena en las decisiones sobre reducción del riesgo de desastres con un enfoque en la salud.