Washington, DC, 10 de Octubre de 2015 (OPS / OMS) — Los servicios de salud mental basados en la comunidad e integradas con la atención primaria de salud son la mejor manera de asegurar que las personas con problemas de salud mental pueden obtener la atención que necesitan, manteniendo su dignidad y protegiendo sus derechos humanos.
Este enfoque ha sido respaldado en varias ocasiones por los países miembros de la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) en los últimos 25 años. En el Día Mundial de la Salud Mental, que se celebra cada 10 de octubre, los expertos de la OPS/OMS instan a que se continúen los esfuerzos para desplazar el gasto de salud mental en los hospitales psiquiátricos hacia los servicios basados en la comunidad, que son descentralizados, participativos, integrados, y que se centran en la prevención.
"Muchos países de América Latina y el Caribe siguen gastando la mayor parte de su financiación para la salud mental en los hospitales psiquiátricos, a expensas de las clínicas de la comunidad y de la atención ambulatoria", dijo Dévora Kestel, jefa de la Unidad de Salud Mental y Consumo de Sustancias de la OPS/OMS. "Esto efectivamente le niega el derecho a vivir y trabajar en la comunidad a muchas personas con enfermedades mentales. En muchos países, la atención de la salud mental es muy difícil de encontrar fuera de esas instituciones", explicó.
En conjunción con el Día de la Salud Mental, expertos en salud mental de todas las Américas se reúnen en Santiago de Chile, el 13 de octubre, para conmemorar el 25 aniversario de la Declaración de Caracas, una promesa firmada en 1990 en la capital de Venezuela, para trazar un camino que buscaba mejorar los sistemas de salud mental de la región. En la declaración, se promovió la atención de salud basada en la comunidad y llamó a todos los países a tratar a las personas con enfermedades mentales en plena conformidad con las normas internacionales de derechos humanos.
Si bien se ha avanzado desde entonces, las ganancias han sido lentas, dijo Kestel. Una encuesta de 2013 de la OPS encontró que 20 de 27 países de América Latina y el Caribe con hospitales psiquiátricos, dedicaban más de la mitad de sus presupuestos de salud mental a tales instituciones. En 14 de los países, la proporción era de más del 80%.
El año pasado, las autoridades de salud de toda la región abogaron una vez más por enfrentar los problemas persistentes en la atención de salud mental. Se comprometieron a garantizar servicios de salud mental efectivos y programas de prevención, para acelerar el cuidado y la rehabilitación basados en la comunidad, así como fortalecer los recursos humanos en salud mental para mejorar la capacidad de respuesta de los servicios.
Dada la experiencia del último cuarto de siglo, indicó Kestel, las autoridades de salud tienen que trabajar duro para esos puntos.
"Sabemos que una de cada cuatro personas sufrirá una enfermedad mental en algún momento de su vida. Y en un momento dado, del 20 al 25% de la población de las Américas sufre de trastornos mentales", explicó la experta. "Sin embargo, la mayoría de estas personas no tienen acceso a los servicios que necesitan. Aunque muchos países de nuestra región han avanzado significativamente desde la Declaración Caracas, con la ayuda de la OPS/OMS, todavía queda mucho por hacer para asegurar que todas las personas que sufren de trastornos mentales puedan encontrar el tratamiento que necesitan", concluyó.