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Los ectoparásitos son patógenos que generalmente infectan solo las capas superficiales de la piel. Aunque el término ectoparásitos puede incluir artrópodos chupadores de sangre temporalmente, como los mosquitos, este término se usa generalmente de manera más estricta para referirse a patógenos como garrapatas, pulgas, piojos, moscas parasitarias y ácaros que se adhieren a la piel y permanecen allí durante períodos de tiempo relativamente largos.
Entre las ectoparasitosis hay una familia de enfermedades de importancia en la salud pública denominadas enfermedades epidérmicas parasitarias de la piel. Las enfermedades parasitarias en este grupo tienen la característica de que en las interacciones parásito-huésped se limitan a las capas superiores de la piel. Son frecuentes en entornos de escasos recursos y se asocian con una importante morbilidad.
Entre las ectoparasitosis hay una familia de enfermedades de importancia en la salud pública denominadas enfermedades epidérmicas parasitarias de la piel. Las enfermedades parasitarias en este grupo tienen la característica de que en las interacciones parásito-huésped se limitan a las capas superiores de la piel. Las seis principales enfermedades epidérmicas parasitarias de la piel son sarna, pediculosis (capitis, cuerpo y pubis), tungiasis y larvas migratorias cutáneas relacionadas con anquilostomas. Son frecuentes en entornos de escasos recursos y se asocian con una importante morbilidad.
Los datos confiables sobre la epidemiología, inmunología y terapia de las enfermedades epidérmicas parasitarias de la piel y sobre la biología de los patógenos siguen siendo escasos. Mientras que la pediculosis y la sarna son ubicuas, la larva migrans cutánea y la tungiasis (enfermedad de la pulga de arena) ocurren principalmente en climas cálidos. La prevalencia de ectoparasitosis en la población general suele ser baja, pero puede ser muy alta en grupos de población vulnerables.
Las enfermedades epidérmicas parasitarias de la piel ocurren de forma esporádica, endémica o epidémica. La prevalencia de ectoparasitosis en la población general es baja, pero puede llegar a ser alta en los grupos vulnerables. Por ejemplo, la tungiasis generalmente afecta a menos del 1% de la población en un área endémica, pero en comunidades económicamente desfavorecidas, la prevalencia en los niños puede ser de hasta el 80%. En algunas poblaciones indígenas de la selva amazónica, casi todos los individuos tienen piojos. El estigma, la falta de acceso a la atención médica y el comportamiento de riesgo son las razones por las cuales las enfermedades epidérmicas parasitarias de la piel con frecuencia progresan sin tratamiento y por qué en las poblaciones pobres en recursos es común la morbilidad grave. La urbanización incontrolada en curso en muchos países en desarrollo hace probable que este grupo de enfermedades siga siendo la principal enfermedad parasitaria para las personas que viven en la pobreza extrema. Las ectoparasitosis de interés en la salud pública se incluyeron como parte de las enfermedades para las cuales la epidemiología regional la situación necesita ser evaluada.