La preparación adecuada antes de que sucedan estos eventos, puede reducir el impacto sobre la salud y la vida de la población
Washington, D.C., 27 de junio de 2013 (OPS/OMS)- Ante el inicio de la temporada de huracanes y lluvias, la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) recomienda a la población y a los servicios de salud adoptar las medidas de preparación adecuadas, porque pueden ayudar a reducir el impacto de estos eventos naturales en la salud y vida de las personas.
La temporada de huracanes de 2013 se inició de manera oficial el 15 de mayo en el Pacífico. El 1 de junio comenzó en los países que tienen costas y territorios marítimos sobre el Océano Atlántico, Mar Caribe y Golfo de México. Esta temporada se extenderá hasta el 30 de noviembre de este mismo año.
Aunque los huracanes son inevitables, su impacto sobre la salud y la vida se puede reducir con una preparación adecuada a nivel personal y de la familia, como por ejemplo, a través de medidas que permitan cuidar el agua, los alimentos y el entorno, así como también con previsiones para garantizar el funcionamiento de los hospitales y centros de salud.
La OPS/OMS recomienda a las personas contar con un plan personal y familiar ante la posibilidad de enfrentar tormentas tropicales y huracanes. Todos los integrantes de la familia deben saber qué hacer en caso de emergencias. En este plan se deben considerar los riesgos del entorno y acordar un lugar seguro de reunión en caso de emergencia.
Otro aspecto importante es tener preparado un paquete con ropa, alimentos no perecederos, agua, una radio portátil, una linterna, baterías y los documentos más importantes protegidos en una bolsa impermeable. Si en la familia hay alguna persona que necesita medicación, por ejemplo para una enfermedad crónica, se deben incluir también los medicamentos prescritos por el médico.
"Cuando se produce una emergencia, la vida es lo primero. Ante una alerta, es necesario mantenerse informado y seguir las indicaciones de las autoridades en cada momento" destacó Ciro Ugarte, gerente del Área de Preparativos para Situaciones de Emergencia y Socorro en Casos de Desastre de la OPS/OMS. "En situaciones de emergencia, hay tres aspectos clave a tener en cuenta para proteger la salud de la población: el manejo adecuado del agua y los alimentos, cuidados especiales a las personas más vulnerables, y asegurar que los servicios de salud continúen operativos", subrayó.
Hospitales seguros frente a huracanes
Los hospitales y las instalaciones de salud deben ser accesibles y tener capacidad de soportar una tormenta o un huracán, tanto en su estructura como en las líneas vitales (electricidad, agua, gases medicinales y comunicaciones), equipos médicos y suministros. En estas situaciones debe ser prioritario proteger a los hospitales y a otras infraestructuras críticas, así como asegurar la continuidad de los servicios de salud y restablecerlos si se dañaran.
Ante una posible emergencia, el personal de salud estará en mejores condiciones de cumplir su papel si está entrenado y cuenta con planes de repuesta a emergencias actualizados, probados mediante simulaciones o simulacros previos.
"Es necesario que el personal de salud se mantenga en coordinación con las autoridades responsables de alertas tempranas, Defensa Civil y organismos para activar los planes de emergencia cuando sea necesario", afirmó Ugarte.
En 1976 la OPS/OMS creó el Área de Preparativos para Situaciones de Emergencia y Socorro en Casos de Desastre con el objetivo principal de apoyar al sector salud en el fortalecimiento de los programas nacionales para la reducción de desastres y su interacción con todos los sectores involucrados en los mismos.
La OPS fue fundada en 1902 y es la organización internacional de salud pública más antigua del mundo. Trabaja con todos los países del continente para mejorar la salud y la calidad de vida de las personas de la región. Actúa como la Oficina Regional para las Américas de la OMS y es también la agencia especializada de salud del sistema interamericano.