Los servicios de salud reanudan progresivamente la atención, tras la etapa de rescate y tratamiento inmediato de los heridos por el terremoto que afectó al Ecuador el pasado 16 de abril. Sin embargo, varios hospitales, centros y puestos de salud fueron fuertemente afectados, según indicó una evaluación realizada por el Ministerio de Salud del Ecuador (MSP), con el apoyo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Los servicios de salud reanudan progresivamente la atención, tras la etapa de rescate y tratamiento inmediato de los heridos por el terremoto que afectó al Ecuador el pasado 16 de abril. Sin embargo, varios hospitales, centros y puestos de salud fueron fuertemente afectados, según indicó una evaluación realizada por el Ministerio de Salud del Ecuador (MSP), con el apoyo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
El Hospital Rodríguez Zambrano de Manta, el más importante de la región afectada con 220 camas, presenta daños físicos; de mobiliario; avería de los ascensores; falta de luz; problemas en la base del pórtico de ingreso al área de consulta externa, que tuvo que ser demolido; entre otras afectaciones.
No se encontraron evidencias de daños en las columnas y vigas, por lo que probablemente pondrá volver a funcionar luego de las reparaciones. Ese es uno de los hallazgos de la evaluación preliminar conducida por el Ministerio, con el apoyo de técnicos expertos en hospitales seguros de la OPS y de otros organismos.
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Las normas de la mayoría de los países determinan que los edificios sean diseñados y construidos para no colapsar frente a sismos de intensidad moderada. Dichas normas tienen como objetivo el proteger la vida de los ocupantes. Sin embargo, esas normas no son suficientes para los hospitales. Los criterios de "hospitales seguros" indican que los establecimientos de salud tienen que permanecer accesibles y funcionando a su máxima capacidad y en su misma infraestructura inmediatamente después de un sismo, huracán, o cualquier otro fenómeno natural.
El hospital de Manta fue construida en 1988, antes de la elaboración de las recomendaciones para hospitales seguros. No fue hasta el 2004 que el Consejo Directivo de la OPS aprobó una resolución exhortando a los Estados Miembros "a que establezcan la meta de que todos los hospitales nuevos se construyan con un nivel de protección que garantice mejor su capacidad de seguir funcionando en las situaciones de desastre; y a que implanten medidas adecuadas de mitigación para reforzar los establecimientos de salud existentes, especialmente los que brindan atención primaria".
Además del hospital de Manta, los técnicos del MSP y de la OPS evaluaron los componentes estructurales (cimientos, columnas, vigas y muros importantes) y los no estructurales (paredes, ventanas, redes eléctricas, hidráulicas, sanitarias, sistemas de calefacción, ventilación, aire acondicionado, mobiliario y equipos) de otros cinco hospitales en Portoviejo, Jipijapa, Paján, Bahía de Caráquez y Chone. Los dos últimos sufrieron daños estructurales importantes y no podrán ser reparados.
Los equipos de evaluación también revisaron las condiciones de seguridad de docenas de centros de salud. Los informes del estado de la infraestructura de salud están siendo valorados por el Ministerio de Salud Pública para determinar las acciones de reparación, reforzamiento o reconstrucción.