Washington DC, 24 de mayo de 2021 (OPS) - Expertos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Federación Mundial de Asociaciones de Salud Pública (WFPHA, por sus siglas en inglés) discutieron sobre los desafíos y los mejores enfoques para implementar las funciones esenciales de salud pública (FESP) en la respuesta a la pandemia de COVID-19. El evento, “Avanzar en las funciones esenciales de salud pública para prevenir la próxima pandemia”, se realizó virtualmente el 6 de mayo y fue facilitado por Bettina Borisch, Directora Ejecutiva de WFPHA.
James Fitzgerald, Director de Sistemas y Servicios de Salud de la OPS/OMS, definió las funciones esenciales de salud pública como “las capacidades de las autoridades de salud, en todos los niveles institucionales y junto con la sociedad civil, para fortalecer los sistemas de salud y garantizar un ejercicio pleno del derecho a la salud, actuando sobre los factores de riesgo y los determinantes sociales que tienen un efecto en la salud de la población”.
En diciembre de 2020, la OPS lanzó la publicación “Las funciones esenciales de la salud pública en las Américas. Una renovación para el siglo XXI. Marco conceptual y descripción” e instó a los países de las Américas a renovar las funciones esenciales de salud pública para brindar servicios y acciones de salud pública de calidad, enfrentar epidemias y avanzar hacia la salud universal. La nueva definición de las FESP busca ayudar a superar “la fragilidad de los sistemas de salud para responder a las necesidades de la población”, dijo Fitzgerald.
Esta propuesta renovada tiene una perspectiva institucional en términos de las capacidades del Estado y de la sociedad para ejercer funciones esenciales para proteger la salud de la población. Otra característica del enfoque es el reconocimiento de que la capacidad de liderazgo y rectoría de las autoridades de salud requiere fortalecimiento para asegurar la aplicación efectiva de las FESP en todos los niveles institucionales.
La pandemia ha interrumpido muchos servicios esenciales de salud, incluidos los programas de salud que ayuda a las personas a controlar afecciones como enfermedades crónicas, VIH, tuberculosis y malaria, programas de inmunización y programas para madres y el niños. Los sectores más vulnerables de la población se han visto afectados de manera desproporcionada por la COVID-19.
“Los estudios realizados por la OPS y la Organización Mundial de la Salud muestran que los grupos en situaciones de vulnerabilidad se ven más afectados por tasas más altas de infección de COVID-19, por peor gravedad de la enfermedad, por falta de acceso a tratamientos y por tasas de mortalidad más altas”, dijo James Fitzgerald. "La COVID-19 ha ampliado las barreras existentes en el acceso a la salud, particularmente en las comunidades más vulnerables".
La OPS está apoyando a los países en el desarrollo de planes y políticas integrales para fortalecer las funciones esenciales de salud pública como una agenda intersectorial y del sector de la salud.
“Reducir las desigualdades es un eje central para todas las fases del proceso de recuperación”, dijo Fitzgerald. “Los países deben trabajar para minimizar el impacto financiero de esta emergencia de salud pública en los más vulnerables eliminando las barreras a la atención, proporcionando redes de seguridad financiera y apoyando las necesidades básicas”.
La actividad contó con el apoyo de la WFPHA y de la Universidad de Ginebra. La WFPHA es una sociedad profesional mundial que representa y apoya el amplio campo de la salud pública a nivel internacional para marcar la diferencia en la salud de las personas en el mundo. Acceda a la grabación aquí