Washington, 21 de septiembre de 2017 (OPS / OMS) - Expertos en desastres de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) están lidiando con las secuelas de dos terremotos de gran magnitud en México y dos huracanes de categoría 5 en el Caribe, enfocándose en los riesgos de salud que resultan de las emergencias.
Un terremoto de 7,1 grados en la escala de Richter golpeó México cerca de Puebla el martes por la tarde, derrumbando muchos edificios, causando al menos 249 muertes, y dejando a unas 1.800 personas heridas. Siguió a un terremoto del 7 de septiembre en el sur de México, a unas 400 millas de distancia, que fue de 8.1 en la escala de Richter. México informó que ninguno de los 94 establecimientos de salud de la Ciudad de México sufrió daños severos y que todos ellos están completamente o parcialmente operativos, aunque 45 edificios de la ciudad se derrumbaron y algunos más están en muy mal estado.
En una reunión del Grupo de Trabajo sobre Desastres hoy, la OPS recibió información actualizada del personal del Caribe que trabaja para ayudar a las islas y territorios afectados por los huracanes María e Irma, y de la oficina de la OPS en México.
"Nuestro equipo pudo llegar ayer a Dominica con medicamentos y suministros y se fue caminado al hospital, donde verificó que es parcialmente operativa con 101 pacientes, pero los servicios críticos como la diálisis y los servicios de sangre no están funcionando", dijo Ciro Ugarte , Director del Departamento de Emergencias en Salud de la OPS. Dijo que el personal está trabajando con apoyo de varios servicios militares y otros socios.
Los suministros médicos están siendo distribuidos y expertos están evaluando el daño en Dominica, donde calculan que el 85% de los hogares han sido dañados y que el agua y los alimentos son escasos. Unos 20 muertos y muchos heridos fueron reportados desde Dominica, y el personal de la OPS está trabajando para coordinar la evacuación de pacientes que necesitan diálisis urgente para el tratamiento, posiblemente a la República Dominicana.
Ugarte señaló que el personal local está proporcionando atención médica urgente y la OPS está identificando áreas donde se necesita ayuda adicional y desplegando expertos en varios campos para evaluar y ayudar a los países afectados por los huracanes.
"La salud es un factor central en estas emergencias, ya sean terremotos o huracanes. Los riesgos son diferentes y tenemos que adaptar los enfoques a las necesidades de los países ", dijo Ugarte.
En las islas caribeñas afectadas, los alimentos, el agua y los medicamentos son vitales, al igual que la detección temprana de cualquier brote de enfermedades, ya sea por saneamiento inadecuado en los refugios o al aumento de vectores de enfermedades como mosquitos y roedores. La pérdida de electricidad afecta a los centros de salud y hospitales e impide el cuidado oportuno de algunos pacientes, así como el almacenamiento y la distribución de las vacunas, observó Ugarte.
Ugarte señaló que los sistemas de salud en México y en el Caribe han estado trabajando para fortalecer sus hospitales y hacerlos seguros antes de los desastres, utilizando el Índice de Seguridad Hospitalaria de la OPS y otras herramientas. Añadió que el trabajo ha ayudado a evitar daños debidos a desastres naturales y permitir que los hospitales sigan funcionando.
En respuesta a un llamamiento a los donantes, el Departamento para el Desarrollo Internacional del Reino Unido (DFID) ha aportado 2,5 millones de libras esterlinas para apoyar las necesidades urgentes en el Caribe, incluyendo el restablecimiento del acceso a los servicios sanitarios críticos en las zonas afectadas, aumento de los riesgos de enfermedades transmitidas por el agua, transmitidas por vectores y por roedores, garantizando el acceso a agua potable y saneamiento e higiene adecuados en las zonas afectadas, y apoyo logístico y coordinación de la asistencia humanitaria.