Washington, DC, 18 de febrero de 2011 (OPS)- Algunas enfermedades desatendidas que afectan principalmente a las poblaciones pobres o marginadas de las Américas podrían eliminarse o reducirse como problemas de salud pública si se administraran más medicinas, se intensificara la vacunación y se hicieran mejoras en el agua y el saneamiento, según un nuevo estudio de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
En un artículo publicado en la revista Neglected Tropical Diseases de la Biblioteca Pública de Ciencia (PLoS), los autores analizan la presencia de filariasis linfática, oncocercosis, esquistosomiasis, rabia humana transmitida por perros, tracoma y parásitos transmitidos por contacto con el suelo en los "puntos conflictivos" donde ocurren e identifican áreas fundamentales para las intervenciones.
"Este análisis", según el documento, "sugiere que la meta de la eliminación como problema de salud pública o la reducción drástica de las enfermedades desatendidas seleccionadas puede alcanzarse en la Región. La concentración de la mayoría de las enfermedades desatendidas y los esfuerzos de los países, apoyados por organizaciones y donantes internacionales, plantean una situación positiva para combatir las enfermedades desatendidas en las Américas".
Por primera vez, los expertos identificaron las zonas específicas donde se encuentran estas enfermedades desatendidas en 108 estados o provincias que tienen una o más de las enfermedades, así como 36 áreas o "puntos conflictivos principales" y donde varias de ellas se superponen. Según los autores, es necesario adoptar enfoques integrados que combinen el diagnóstico y los métodos de tratamiento actuales con las mejoras ambientales para lograr el control. Los ministros de salud de las Américas han instado a la OPS a que movilice recursos y preste cooperación técnica para eliminar estas enfermedades.
La esquistosomiasis, una enfermedad parasitaria crónica causada por duelas sanguíneas o gusanos trematodos, se encuentra en Brasil, Santa Lucía, Suriname y Venezuela y afecta hasta a 3 millones de personas en las Américas, mientras que 25 millones más están en riesgo. Las personas se infectan cuando las formas larvarias del parásito, liberadas por caracoles de agua dulce, penetran en la piel durante el contacto con aguas infestadas. Para combatir la enfermedad, se administra un tratamiento preventivo con prazicuantel para desparasitar a los niños en edad escolar. También deben mejorarse los sistemas de eliminación de desechos y de acceso al agua potable.
La filariasis linfática, o elefantiasis, es una de las enfermedades tropicales más graves debido a que causa invalidez y desfigura a quienes la padecen; se encuentra en Brasil, la República Dominicana, Guyana y Haití; actualmente, en las Américas, hasta 11 millones de personas siguen expuestas al riesgo de contraer la infección. La filariasis se transmite por picaduras de mosquitos, que pasan los gusanos parásitos filiformes de una persona infectada a otra. La meta en las Américas es eliminar la enfermedad como problema de salud pública mediante la administración en masa de medicamentos todos los años, aumentando la vigilancia y controlando la discapacidad.
La oncocercosis o ceguera del río es una enfermedad parasitaria desatendida transmitida por la picadura de mosquitos simúlidos pequeños que se reproducen en arroyos y ríos de corrientes rápidas. Se encuentra en algunas áreas de Brasil, Colombia, Ecuador, Guatemala, México y Venezuela y afecta a unas 180.000 personas, entre ellas grupos autóctonos yanomami en la Amazonía y mayas en Centroamérica. Gracias a un programa de eliminación para las Américas, la transmisión se ha reducido considerablemente y desde 1995 no se han notificado nuevos casos de oncocercosis.
Aunque en las Américas se ha notificado una reducción de 90% de los casos de rabia humana transmitida por los perros, en 10 países todavía ocurre un número reducido de casos. Los esfuerzos apoyados por el Programa Regional de la OPS de Eliminación de la Rabia han incluido campañas masivas de vacunación para perros, profilaxis para personas mordidas por animales, vigilancia y promoción de la causa. En la mayoría de los países el riesgo persiste en los animales, de manera que los esfuerzos de control y de promoción de la causa tienen que seguir, opinan los autores.
Los helmintos transmitidos por contacto con el suelo, o gusanos intestinales, infectan a una proporción significativa de latinoamericanos, especialmente en los barrios pobres y entre algunas tribus de amerindios. Los medicamentos antihelmínticos como el albendazol y el mebendazol pueden reducir estas infecciones, según el estudio. Las mejoras en el saneamiento básico y la educación son también cruciales para reducir estas y otras enfermedades tropicales desatendidas.
Los autores del estudio, expertos que trabajan actualmente o que trabajaron en la OPS, concluyen que "Ya se cuenta con planes y directrices para eliminar o controlar las enfermedades seleccionadas, y con medios eficaces como medicamentos y técnicas de diagnóstico que permiten dar apoyo a los sistemas de vigilancia. Para que se eliminen estas enfermedades, hay que hacer hincapié a nivel de país en las decisiones basadas en datos probatorios destinadas a fortalecer los sistemas de vigilancia sanitaria, localización de las enfermedades para determinar cuáles son los "puntos conflictivos" restantes, además de identificar las áreas geopolíticas donde las enfermedades se superponen ("puntos conflictivos principales").
La Organización Panamericana de la Salud, que también funciona como Oficina Regional para las Américas de la Organización Mundial de la Salud, trabaja con todo los países de las Américas para mejorar la salud y la calidad de vida de sus pueblos.