El apoyo y la promoción de la lactancia materna deben formar parte de las actividades de control de la epidemia en Haití
Washington, D. C., 18 de noviembre del 2010 (OPS). Durante la presente epidemia de cólera, practicar la lactancia materna es esencial para salvar la vida de los bebés en Haití, afirman los expertos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Según muestran las investigaciones, la leche de las madres con cólera contiene factores inmunitarios contra la enfermedad. Ello significa que la lactancia materna estimula el sistema inmunitario del bebé, a la vez que elimina los riesgos que entraña el consumo de agua contaminada, ya sea directamente o mezclada con la preparación para lactantes.
El cólera puede ser especialmente peligroso para los bebés y los niños pequeños, que en Haití presentan un riesgo de muerte particularmente alto porque muchos están desnutridos y tienen menos reservas para combatir la deshidratación. Los bebés y niños pequeños de los que se sospeche que tienen cólera tienen que recibir tratamiento médico inmediatamente.
Dados los problemas de saneamiento y abastecimiento de agua potable que hay en Haití, practicar la lactancia materna es una importante estrategia de prevención durante la epidemia en curso.
"La lactancia materna ayuda a proteger la salud de los bebés en todas partes," ha afirmado la Directora de la OPS, Dra. Mirta Roses. "Pero es especialmente importante en Haití, y particularmente en este momento crítico. Tenemos que promover activamente la lactancia materna como parte integrante de nuestros esfuerzos para combatir el cólera."
La OPS/OMS y el UNICEF recomiendan que, en todas partes, durante los seis primeros meses de vida la alimentación de los bebés sea exclusivamente la lactancia materna. Después, los bebés deben seguir siendo amamantados hasta los dos años, mientras reciben también alimentos complementarios.
En Haití, las madres deberían proteger no solo a los bebés sino también a los demás miembros de la familia, ofreciéndoles únicamente alimentos cocinados, que hay que servir cuando aún están calientes.
Si los bebés no son amamantados, deberían utilizarse preparaciones que vienen ya listas para su uso. Sin embargo, deben vigilarse cuidadosamente la distribución y el uso de los sucedáneos de la leche materna para asegurarse de que solo las madres designadas los reciban. Las directrices internacionales dicen que todas las adquisiciones de preparaciones deben coordinarse con el UNICEF. No se recomiendan las donaciones de preparaciones para lactantes, botellas y tetinas, ni las leches en polvo, porque la distribución no controlada de estos productos puede poner en peligro la vida de los lactantes.
Las madres de las que conste que están infectadas por el VIH deben alimentar a sus bebés exclusivamente al pecho durante los seis primeros meses, y prolongar la lactancia durante 12 meses. En esos casos, también debe proporcionarse a la madre o al bebé, o a ambos, tratamiento antirretroviral.