Con motivo de la conmemoración del Día Mundial de la Salud, la Directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Dra Mirta Roses, estuvo de visita oficial en Uruguay, se reunió con el Presidente José Mujica y con las Comisiones Sanitarias del Parlamento, firmó convenios con la Facultad de Medicina y con la Intendencia Municipal de Montevideo. En entrevista con el diario El Observador de Uruguay la directora de la OPS conversa entre otros temas, sobre el avance y los desafíos de la reforma de la salud, la migración de los profesionales, y la adaptación del mundo a una población que cada vez vive más años.
Montevideo, Uruguay, 11 de abril de 2011.-
A tres años de la implementación de la reforma de la salud, ¿cuál es su evaluación del sistema?
La reforma tuvo de base varios aspectos positivos. Fue implementada por fases y acuerdos progresivos de la sociedad, lo que no sucedió en países de la región que sancionaron leyes en el mismo sentido. Acordar los objetivos también fue una de las claves de éxito. La reforma ha logrado mayor equidad, inclusión y cobertura. Además se ha logrado incrementar el presupuesto, a pesar de que estos años ha habido mucha incertidumbre en la economía mundial. El cambio de administración ha demostrado la continuidad de la reforma como política de Estado.
¿Cuáles serían los tres principales flancos débiles en materia sanitaria de Uruguay?
Un aspecto muy importante a fortalecer, por ejemplo, es la política farmacéutica. En Uruguay todavía es muy fácil la autoprescripción. Otro aspecto fundamental es el acceso a tecnología compleja, que hace falta en el país. También en cuanto a recursos humanos se debe mejorar bastante.
En una entrevista que usted le concedió a El Observador en 2008 destacó que uno de los problemas era la disparidad entre Montevideo y el interior. Ahora el gobierno planea instalar un sistema de salud rural, ¿cree que es una solución al problema?
Sí, siempre y cuando haya una definición de la red de servicios. La población rural tiene necesidades concretas. El sistema está hecho para reducir inequidades, pero a veces el propio sistema puede volverse muy injusto. Hay que tener en cuenta la capacidad de movilización de los recursos humanos, que en una amplia mayoría viven en las ciudades y tiene resistencia a ir al medio rural.
En la misma entrevista, usted señaló el envejecimiento como un problema uruguayo. Esta tendencia no se ha revertido (e incluso en algún año ha aumentado). Según OPS, ¿qué acciones se deberían tomar al respecto?
Lo que sucede, a nivel mundial, es que cambió la expectativa de vida y los mecanismos de organización social no se han podido adaptar a ese cambio. Los sistemas estatales están pensados según una expectativa de vida de fines del siglo XIX, cuando la gente moría en torno a los 50 años. Hoy las personas viven más años y se sucede lo que llamamos un proceso de extensión de la maduración. El principal problema hoy, tanto en la región como en Uruguay, lo estamos teniendo entre los adolescentes y los jóvenes. De hecho, es muy posible que este sea el año cuando las gráficas de las tendencias entre la mortalidad infantil y la mortalidad adolescente se crucen y prevalezca la adolescente. Habrá más muertes adolescentes que infantiles. Tenemos una buena atención y cobertura de los niños, pero luego esos niños crecen y comienzan a tomar alcohol, a fumar, a experimentar con drogas, se compran una moto, se deprimen y llegan al suicidio. Hay una grave falencia en la atención a los jóvenes.
¿De qué se habló en la reunión que mantuvo con el presidente Mujica?
Uno de los temas que tocamos fue el dengue y la conducta que tienen los uruguayos en cuanto a la limpieza de sus hogares. También tratamos el tema de la aftosa, tanto en la región como en Uruguay, y los progresos que se han logrado. El otro gran tema importante fue la demanda que enfrenta Uruguay por parte de la tabacalera Philips Morris. La OPS está operando como amicus curis, o sea colaborando con el Estado uruguayo en forma conjunta la presentación legal del caso. Uruguay no se ha excedido para nada en el convenio marco que la tabacalera dice que violó.
Con la reforma sanitaria en EEUU, ya se están viendo fenómenos de migración de profesionales uruguayos. ¿Esta amenaza se siente en toda América Latina? ¿Qué mecanismos se prevén aplicar la revertir esta situación?
El fenómeno no es nuevo. En este caso concreto, no creo que tenga un impacto directo. Desde siempre los países del norte han sido aspiradoras de profesionales y no profesionales de América Latina. En el caso concreto de Estados Unidos, la formación de profesionales es desmedidamente cara. En Europa existen muchas restricciones para los estudios médicos. Estas dos situaciones generan que estos mercados sean atractivos para profesionales en salud latinoamericanos. El norte hace ofertas suculentas y paga mejor que aquí.
Fuente: Diario "El Observador", Edición Lunes 11 de abril de 2011, Montevideo, Uruguay.