Buenos Aires, 1 de diciembre 2009 (OPS).- Organizaciones de la sociedad civil, de derechos humanos, académicas e internacionales, entre otros, abrazarán a las 15.30 el Congreso nacional, con el fin de apoyar la Ley de Salud Mental, que cuenta con media sanción de Diputados y será tratada hoy en la Cámara alta.
El proyecto es el resultado de un proceso de intercambios, consensos y discusiones transitado a lo largo de los últimos tres años con diferentes actores involucrados, como la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, direcciones de salud mental de varias provincias, instituciones y servicios públicos de salud mental, organizaciones de usuarios y de familiares, miembros del Poder Judicial y expertos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
La propuesta aprobada en Diputados avanza en la adecuación de la legislación interna a los estándares internacionales de derechos humanos, incluyendo la recientemente aprobada Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de Naciones Unidas y cumple con la sanción de una ley marco de salud mental que fija un piso mínimo de derechos y garantías del debido proceso para todas las personas y en todo el país.
"La ley significa un importante avance en la legislación específica para Argentina y la colocaría a la altura de los más avanzados de la región", señaló Hugo Cohen, asesor subregional en Salud Mental para Sudamérica de la OPS/OMS. Según el especialista, la norma promoverá la "gradual y progresiva sustitución de los hospitales psiquiátricos por servicios basados en la comunidad; dará accesibilidad a quienes necesitan tratamiento; impulsará el desarrollo de servicios necesarios como internación en hospitales generales, internación ambulatoria y domiciliaria".
Cohen agregó que la nueva norma también implicará capacitación para el personal de salud; apoyos para las familias y la construcción de casas de medio camino y hogares de tránsito.
Según estudios de la OPS, entre el 65 y el 85 por ciento de las personas con diversos trastornos mentales (depresión, alcoholismo, demencias, psicosis, epilepsia) en los países en desarrollo no acceden a tratamiento alguno. El alcoholismo y la depresión encabezan el conjunto de problemas de salud, sumado a la escasez de servicios para atenderlos.
Para contrarrestar esta situación, la OMS convoca a reducir esa brecha desactivando progresivamente los hospitales psiquiátricos que demandan cerca del 80 por ciento del presupuesto para salud mental, reorientando y reconvirtiendo al recurso humano y financiero hacia el sistema general de salud y el correspondiente compromiso intersectorial.
Entre quienes instan a convertir en ley el proyecto figuran la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, el Cels, la APDH, el Frente de Artistas del Borda, la Red Internacional de Buenas Prácticas en Salud Mental y Salud de Base; la Red Nacional de Familiares, Usuarios y Voluntarios, y la OPS.