• Mario Alvarado

Discapacidad y salud mental, un efecto ignorado de la pandemia

La emergencia por Covid-19 ha representado un riesgo extra para muchas personas con discapacidad. Sin embargo, el aislamiento, que permite proteger su salud física, puede llegar a tener repercusiones negativas en su salud mental.

SAN JOSÉ, Costa Rica 27 de julio de 2021 —Mario Alvarado Porras es un apasionado de las ciencias. Matemáticas, programación, ingeniería, informática. A los 51 años, asesora empresas como consultor independiente en la creación de sitios web inclusivos, una especialidad que ha desarrollado con estudios de posgrado. Hoy trabaja desde su casa, en una pequeña oficina en la que lo acompañan tres monitores y una silla ergonómica de alto nivel. Pero hasta marzo de 2020, este no era su espacio de trabajo. .

Antes de la pandemia, viajaba todos los días hasta la empresa. La rutina incluía manejar hasta la oficina, ver a sus colegas, participar en reuniones y finalizar los pendientes. Cuando daba el día por terminado era momento de regresar a descansar a su casa. “Me sentía como que formaba parte de algo importante”, recuerda Mario al referirse a sus tareas.

Efectos silenciosos de la pandemia: la salud mental en personas con discapacidad

A comienzos del mes de marzo de 2020, la empresa tomó la decisión de pasarlo a teletrabajo para no exponerlo al riesgo de contagio de Covid-19. Mario es hipertenso y sufre una parálisis en la parte derecha de su cuerpo, entre otras condiciones que lo vuelven más vulnerable ante el virus. Como resultado de la nueva realidad, sus responsabilidades laborales disminuyeron y, con ellas, también sus interacciones diarias con el equipo.

“A veces empiezo con una lucha conmigo mismo de querer levantarme o no, ese es el dilema. Pero ya sé que hay que levantarse”, explica Mario al referirse a su día a día en la actualidad. Y agrega: “Escuchaba una frase de Darwin que decía que aquí no sobrevive ni el más grande ni el que más grita, sino el que mejor se adapta. Creo que todavía estoy en ese proceso de adaptación”. Él es parte del 18% de personas mayores de edad que, según la Encuesta Nacional sobre Discapacidad 2018, tienen alguna discapacidad en Costa Rica. De acuerdo con Naciones Unidas, a nivel mundial, alrededor de unos mil millones de personas viven con discapacidad, el 15% de la población. Sin embargo, no hay datos (globales o nacionales) respecto al impacto de la pandemia en esta población mundial. En este sentido, la ONU ha reiterado la necesidad de dar protagonismo a las necesidades de las personas con discapacidad, para responder a las desigualdades y a las amenazas que genera la pandemia en este grupo.

Mario Alvarado
Mario working

En el caso de Mario, sus condiciones lo obligan a visitar periódicamente el hospital, para recibir medicamentos o asistir a sus citas regulares de control. Pero las visitas a los centros de salud no son el aspecto más difícil que ha enfrentado en el contexto de la pandemia. El aislamiento al que debe someterse para evitar el contagio le ha traído como consecuencia dificultades en su salud mental. “Me pusieron en tratamiento psicológico. Después fue empeorando el asunto y me trasladaron al psiquiátrico y comencé tomando algún tipo de psicotrópico. Eso me permite mantenerme relativamente estable”, dice Mario sobre cómo debió enfrentar los primeros meses de la pandemia.

La salud mental de las personas con discapacidad es un eje poco analizado en Costa Rica. De hecho, la Encuesta Nacional sobre Discapacidad no incluye componentes específicos sobre el tema. A Mario le ha ayudado a enfrentar la soledad la compañía de su novio, Gabriel, algunos días de la semana y el apoyo de Chayo, quien realiza las labores domésticas y de cocina dos veces a la semana. También sus pasatiempos se han convertido en pilares centrales para su bienestar. Los videojuegos, la tecnología y los espacios de relajación en la terraza han sido claves para mantener el ánimo.

Desde que iniciaron las medidas de aislamiento —relata Mario—, muchas de sus amistades han dejado de contactarlo, tanto en lo físico como en lo virtual. “Los compañeros, la familia, los amigos confundieron el ambiente de cuarentena con el tema del olvido. El que me mantenga permanentemente en la casa por razones de pandemia, no significa que no podamos comunicarnos de alguna manera, darnos apoyo a través de muchos medios”, reflexiona.

Mario sabe que la pandemia estará presente por algunos meses más, pero, como el verdadero experto en reinventarse que ha sido a lo largo de su vida, dedica su tiempo y recursos para continuar adaptándose al contexto.