Las personas que viven con afecciones de salud mental son de las más vulnerables de la sociedad, ya que son víctimas de enormes prejuicios, situaciones de discriminación y violaciones de sus derechos fundamentales. A lo largo de la historia, se ha negado a las personas con discapacidad, y en particular a aquellas con afecciones de salud mental, la posibilidad de tomar decisiones y ejercer el control de manera personal e individual en todas las esferas de su vida.
Para que un país promueva y proteja efectivamente los derechos humanos y las libertades fundamentales de las personas con afecciones de salud mental es fundamental la adopción de instrumentos de salud mental (políticas, planes, leyes, programas y presupuesto, entre otros) que protejan específicamente los derechos de dichas personas y que sean conformes con las convenciones y las normas internacionales de derechos humanos.
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