La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto severo en la salud mental y el bienestar de las personas en todo el mundo. También ha interrumpido el acceso a los servicios de salud mental y suscitado preocupación por el aumento de las conductas suicidas.

Las poblaciones indígenas y afrodescendientes de la Región de las Américas han estado históricamente sujetas a inequidades económicas y sociales sistémicas. El acceso a los servicios de atención médica esenciales puede haber disminuido como resultado de la pandemia, exponiendo a estas comunidades a un mayor riesgo de contraer COVID-19 y no recibir la atención adecuada. El resultado es una mayor vulnerabilidad psicosocial, en la que los jóvenes indígenas corren un riesgo particularmente mayor.

Este proyecto es una iniciativa de colaboración entre la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) y la Agencia de Salud Pública de Canadá (PHAC), y fue financiado por PHAC. Su objetivo es apoyar y fortalecer las respuestas gubernamentales y comunitarias de Salud Mental y Apoyo Psicosocial (SMAPS) para minimizar el sufrimiento y mejorar la salud mental y el bienestar psicosocial de las poblaciones indígenas y afrodescendientes afectadas por la pandemia de COVID-19.

Cada uno de los países que participaron se vio afectado por la pandemia de diferentes maneras y sus poblaciones indígenas y afrodescendientes recurrieron a diferentes mecanismos de afrontamiento en respuesta a ella.