El suicidio es un problema de salud pública importante pero a menudo descuidado, rodeado de estigmas, mitos y tabúes. Cada caso de suicidio es una tragedia que afecta gravemente no sólo a los individuos, sino también a las familias y las comunidades. Cada año, más de 703.000 personas se quitan la vida tras numerosos intentos de suicidio, lo que corresponde a una muerte cada 40 segundos. Desde que la OMS declaró al COVID-19 como una pandemia en marzo de 2020, más individuos experimentan pérdida, sufrimiento y estrés. Centrarse en la prevención del suicidio es especialmente importante para crear vínculos sociales, promover la toma de conciencia y ofrecer esperanza. Acercarse a los seres queridos por su salud mental y su bienestar podría salvarles la vida.
El tercer informe regional sobre la mortalidad por suicidio, publicado en marzo de 2021, indicó que este problema sigue siendo una prioridad de salud pública en la Región de las Américas. Los suicidios son prevenibles con intervenciones oportunas, basadas en la evidencia y a menudo de bajo costo. En junio de 2021, la OMS lanzó LIVE LIFE – VIVIR LA VIDA (en inglés y francés), una guía de implementación que consta de cuatro intervenciones clave, para prevenir el suicidio en todo el mundo. Un enfoque multisectorial es fundamental para involucrar a la sociedad y a las partes interesadas en un esfuerzo de colaboración.
- En la Región de las Américas se notificó un promedio de 98,000 muertes por suicidio al año entre 2015 y 2019, siendo la tasa de suicidio en América del Norte y el Caribe no hispano superior a la tasa regional.
- Alrededor del 79% de los suicidios en la Región ocurren en hombres. La tasa de suicidio ajustada por edad entre los varones es más de tres veces superior a la de las mujeres.
- El suicidio es la tercera causa de muerte entre los jóvenes de 20 a 24 años en las Américas. Las personas de 45 a 59 años tienen la tasa de suicidio más alta de la Región, seguidas por las de 70 años o más.
- El suicidio es la quinta causa más importante de AVAD en las Américas, con un rango de casi nueve veces considerando el porcentaje de la carga total, desde el 0,4% en Antigua y Barbuda hasta el 3,6% en Surinam.
- En 2019, el AVAD ajustado por la edad para ambos sexos más alto es en Guyana, con más de 3200 años por cada 100.000 habitantes, seguido de 1772 años en Surinam y 1462 en Uruguay..
- La asfixia, las armas de fuego, la intoxicación con drogas y alcohol y el envenenamiento con plaguicidas y productos químicos son los cuatro métodos más utilizados para el suicidio, que representan el 91% de todos los suicidios en la Región.
El abordar la complejidad de las conductas suicidas comienza por identificar los factores de riesgo y de protección. Los factores de riesgo clave abarcan desde los sistemas sanitarios y la sociedad hasta los niveles comunitario, relacional e individual. Entre ellos se encuentran las barreras de acceso a la atención de salud, las catástrofes, las guerras y los conflictos, los intentos de suicidio anteriores, etc. Estos factores suelen actuar de forma acumulativa para aumentar la vulnerabilidad a la conducta suicida. Aunque la relación entre el suicidio y los trastornos mentales está bien establecida, muchos suicidios también pueden producirse de forma impulsiva en momentos de crisis, como una pérdida económica. Algunos factores de protección son las relaciones personales sólidas, las creencias religiosas o espirituales y las estrategias de afrontamiento y prácticas de bienestar positivas.
Mitigar los factores de riesgo para reducir los medios de suicidio y potenciar los factores de protección para fomentar la resiliencia, pueden reducir de manera eficaz las tasas de suicidio. Por ejemplo, el suicidio impulsivo puede prevenirse restringiendo el acceso a los medios letales. Sin embargo, la prevención del suicidio no se ha abordado adecuadamente en muchos países debido a la falta de toma de conciencia sobre el suicidio como un importante problema de salud pública, lo que impide que la gente busque ayuda. El subregistro y la clasificación errónea son problemas más importantes en los suicidios que en otras causas de muerte, debido a su sensibilidad y a su ilegalidad en algunos países. El reto es real y hay que tomar medidas.
La OPS se esfuerza por trabajar con todas las partes interesadas en la prevención de los suicidios en las Américas. La meta 3.4 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas se propone reducir en un tercio la mortalidad prematura para 2030. En consonancia con la meta, el actual Plan Estratégico 2020-2025 de la OPS incluyó al suicidio como un indicador para evaluar en la Región de las Américas. .
Cada cinco años, la Unidad de Salud Mental y Uso de Sustancias de la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS), en conjunto con el Centro de Colaboración de la OMS en el Centro Universitario Brown, produce un informe regional sobre la mortalidad por suicidio en las Américas. La OPS ha publicado tres informes en esta serie, cada uno de los cuales evaluó el período 2000-2004, 2005-2009 y 2010-2014. Actualmente, se está trabajando en la cuarta publicación, que analiza el período 2015-2019. Estos informes presentan una visión general de la mortalidad por suicidio en las Américas, categorizada por subregiones y países, edad, género y métodos de suicidio. Se necesitaría que los países aportaran datos con mayor frecuencia para publicar los informes de forma más oportuna para la toma de decisiones.
El ATLAS de Salud Mental es un proyecto de la OMS que hace un seguimiento de los avances de los países en el logro de los objetivos del Plan de Acción de Salud Mental 2013-2030, que apoya a los países en su esfuerzo por cumplir la Meta 3.4 de los ODS. La serie de informes ATLAS desde el año 2000 marca el trabajo sustancial de la OPS en la planificación y cotejo de datos con el fin de reducir un 10% la tasa de suicidio en la Región. Específicamente, la pregunta 11 de la encuesta ATLAS, Promoción y prevención de la salud mental, analiza la existencia de una estrategia nacional de prevención del suicidio, programas asociados y capacitación, que podrían fortalecer el sistema de información sobre la promoción de la salud mental.
En 2016, la OPS publicó un informe sobre "Prevención de la conducta suicida". Esta publicación fue concebida como una herramienta práctica que proporciona información esencial para comprender mejor las conductas suicidas y las principales estrategias para combatirlas, desde el registro hasta la evaluación de las intervenciones, considerando los enfoques ya en marcha en la Región.
La unidad técnica de la OPS proporciona apoyo técnico a los países para desarrollar estrategias nacionales de prevención del suicidio. Estas estrategias son esenciales para elevar la prevención del suicidio en la agenda nacional. El portal de datos NMH también está disponible en la página web de la OPS para mapear la carga del suicidio en la Región.
Como parte del desarrollo de capacidades para la prevención del suicidio, la OPS celebra el Día Mundial de la Prevención del Suicidio. El tema de 2021-2023 es "Crear esperanza a través de la acción" Cada año, la OPS prepara una serie de productos de comunicación dirigidos a organizaciones y personal del sector de la salud, los servicios sociales y la educación para impulsar cambios de comportamiento en la prevención del suicidio.
La unidad también ha elaborado material educativo sobre la prevención del suicidio para profesionales. El curso virtual interactivo, “Prevención de la autolesión y el suicidio: empoderamiento de los profesionales de atención primaria de salud” , ofrece formación completa sobre autolesiones/suicidio y está disponible en el Campus Virtual de Salud Pública de la OPS. Utilizando la sección de la GI-mhGAP de la OMS sobre autolesiones/suicidio, la OPS apoya a los países para que capaciten a los proveedores de atención primaria de salud y a los trabajadores humanitarios, en entornos de atención de salud no especializados, sobre la prevención del suicidio mediante la evaluación, el manejo y el seguimiento. Además, la OPS ofrece formación y seminarios web dirigidos a periodistas para que informen de manera responsable al público acerca del suicidio, de forma que se reduzca el estigma, se promueva la búsqueda de atención y se exprese esperanza.