En toda América, el tratamiento disponible dista mucho de satisfacer las necesidades de salud mental

En el Día Mundial de la Salud Mental, los expertos instan a la integración de los servicios de salud mental en la atención primaria de salud

Washington, D.C., 9 de octubre del 2009 (OPS) -
Los expertos en salud mental de los Estados Unidos y América Latina dicen que la falta de financiamiento de los servicios de salud mental y su falta de integración en la atención primaria de salud han dado lugar a que la mayor parte de las personas en el continente americano no reciban la atención de salud mental que necesitan. 

"Es un problema universal al que no escapa ningún país o sociedad y afecta a las mujeres y los hombres de todas las edades, a los ricos y a los pobres, a los que viven en zonas rurales y en zonas urbanas" explicó el doctor José Luis di Fabio, gerente del Área de Tecnología, Atención de la Salud e Investigación de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). 

Cerca de una de cada cuatro personas en la región sufrirá alguna forma de enfermedad mental en algún momento de la vida y, gracias a los adelantos científicos y médicos, existen tratamientos eficaces para la mayoría de estas enfermedades. Sin embargo, la mayor parte de los enfermos en todo el continente no reciben tratamiento alguno. 

"Hay una distancia enorme entre lo que se necesita urgentemente y lo que está disponible para reducir la carga de los trastornos mentales" agregó el doctor Di Fabio. 

Sus observaciones se formularon durante una presentación de tipo panel que tuvo lugar esta semana en la sede de la OPS en ocasión del Día Mundial de la Salud Mental, que se celebra cada año el 10 de octubre.

En América Latina y el Caribe, la "brecha del tratamiento" de la salud mental -el porcentaje de personas que padece algún un trastorno mental y que no está recibiendo tratamiento- comprende de 59% en el caso de la depresión grave a 71% para el abuso del alcohol o problemas de dependencia, según datos de la OPS. Los expertos que integraron el panel sostuvieron estas brechas -en países de todo el continente- se debían principalmente a una escasez de fondos y de recursos humanos para los servicios de salud mental y al hecho de que estos servicios no están bien integrados en la atención primaria de salud. 

Los países latinoamericanos destinan un promedio de menos de 2% del presupuesto nacional de salud a la salud mental, dijo el doctor Jorge Rodríguez, asesor principal de la OPS en materia de salud mental. La mayor parte de este gasto (hasta 90% en algunos países) está dirigido a los hospitales psiquiátricos en lugar de destinarse a los servicios primarios de salud o la atención de las comunidades. 

Rodríguez sostuvo que debe ser una prioridad máxima revertir este modelo al integrar los servicios de salud mental en la atención primaria. De esta forma, las personas pueden obtener acceso a servicios de salud mental más cercanos a sus hogares, las familias pueden permanecer juntas y tanto los pacientes como los miembros de la familia pueden mantener sus actividades diarias normales. 

Además, basar los servicios de salud mental en la atención primaria reduce al mínimo el estigma y la discriminación, y elimina el riesgo de que ocurran violaciones de los derechos humanos como sucede en algunos hospitales psiquiátricos, agregó Rodríguez. 

La integración de los servicios de salud mental en la atención primaria es un tema central de la nueva estrategia y plan de acción de la OPS sobre salud mental, que fue aprobada por los ministros de salud de toda América en la reunión del Consejo Directivo de la OPS que tuvo lugar el mes pasado. 

El nuevo plan se centra en ejecutar las leyes y los planes de los países para la reforma de la atención de la salud mental, mejoras en el tratamiento y la atención para el buen desarrollo mental de la niñez, prestación de servicios de salud mental en la atención primaria de salud, el desarrollo de recursos humanos para la salud mental y la mejora del acceso y el uso de información científica en esta área. 

Como primera medida para ejecutar el nuevo plan, Rodríguez explicó que veinte países de América Latina y el Caribe han evaluado sus propios sistemas de atención de la salud mental. 

El reto de integrar los servicios de salud mental en la atención primaria es igualmente urgente en los Estados Unidos, de acuerdo con el doctor Thomas Wise, profesor de Psiquiatría en la Universidad George Washington y Jefe de Psiquiatría en el Inova Health System en Virginia. 

"Se trata de un problema mundial, pero en los Estados Unidos, no tenemos ningún tipo de integración", dijo Wise. 

Además de mejorar el acceso a la atención de la salud mental, la integración de los servicios de salud mental es también importante debido a los fuertes vínculos entre la enfermedad mental y la enfermedad física. 

Por ejemplo, en los Estados Unidos, una de cada cuatro personas que padece dependencia del alcohol sufre de depresión grave y las personas con trastornos mentales viven veinte años menos en promedio que las personas que no los tienen, dijo el doctor Eric Goplerud, Profesor investigador de la Universidad George Washington y Director del Centro para la Política Sanitaria Integrada del Comportamiento de dicha universidad. Cerca de 20% de esta esperanza de vida menor se debe al suicidio, según explicó Goplerud. Pero la mayoría se debe a la incidencia mayor de enfermedades crónicas como las cardiopatías y el cáncer, que a su vez se vinculan con elevadas tasas de tabaquismo, que van del 75 al 85% en las personas que padecen alguna enfermedad mental, así como con tasas mayores de consumo nocivo de alcohol y medicamentos. 

Esta actividad en ocasión del Día Mundial de la Salud Mental fue organizada por la OPS y la Federación Mundial de Salud Mental. 

La Organización Panamericana de la Salud, fundada en 1902, trabaja con todo los países de la Región de las Américas para mejorar la salud y la calidad de vida de sus pueblos. Su secretaría además es la Oficina Regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

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