“No podemos esperar. A menos que el mundo actúe con urgencia, la resistencia a los antimicrobianos tendrá repercusiones desastrosas dentro de una generación”.
Esta recomendación que hicieron en 2019 expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), en un informe preparado para el Secretario General de las Naciones Unidas, el portugués António Guterres, refleja el impacto que tiene y que tendrá a futuro la resistencia antimicrobiana.
Por eso mismo, afirma el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, director General de la OMS, “la resistencia a los antimicrobianos (RAM) es uno de los mayores desafíos para la salud de nuestro tiempo y no podemos ignorarlo ni dejar que sean nuestros hijos quienes lo resuelvan”.
Llamado a los padres
El uso inapropiado y excesivo de los antimicrobianos es el principal factor que determina la aparición de patógenos multirresistentes en las diferentes poblaciones y, en el caso de los niños, son los padres y cuidadores, grandes responsables de su protección y cuidado, evitando costumbres tan nocivas como la automedicación.
“Los niños, en este caso, son las víctimas inocentes de una conducta totalmente inadecuada. Son un grupo especial desde el punto de vista médico. Ellos no son ‘adultos pequeños’, son niños con todo lo que implica estar en el proceso de crecimiento y desarrollo. El riesgo de automedicarlos puede ser muy grande”, explica el doctor Enrique Gutiérrez Saravia, infectólogo pediatra, delegado por Colombia ante la Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica (SLIPE).
Considera que tomar medicamentos a ‘motu propio’ o administrarlos a los niños es un tremendo error que “puede empeorar una enfermedad en curso, además del riesgo de aparición de efectos adversos no considerados, de una intoxicación por una dosis inadecuada, de enmascar un problema mayor y, si se trata de antibióticos, de seleccionar gérmenes resistentes”.
La situación empeora cuando son los dependientes de las farmacias los encargados de ‘recomendar’ los antibióticos, aún sabiendo que estos medicamentos solo deben ser expedidos bajo receta médica y que esta es exigida por las regulaciones locales en algunas ciudades.
Como resultado, y sin querer, estamos formando una generación de niños que serán en unas décadas adultos en peligro por el impacto en la salud pública que significan las infecciones por bacterias multirresistentes o súper bacterias, como ya se llama a algunas de ellas. Adicionalmente, la línea de desarrollo de nuevas moléculas avanza muy lentamente y su disponibilidad es reducida en países emergentes.
“El mal uso de los antibióticos en pediatría está creando serios problemas de multirresistencia a diversos tipos de antibióticos, que pueden limitar el tratamiento de infecciones ahora y cuando sean adultos”, reitera el doctor Enrique Gutiérrez Saravia.
Conozca su ambiente
El panorama actual preocupa. Infecciones como la tuberculosis han resurgido y se han encontrado cepas de Mycobacterium tuberculosis XDR (extremadamente resistentes a los antibióticos). Igual pasa con algunas formas de diarrea, un serio problema en niños y que puede ser ocasionado por virus, parásitos o bacterias con altas tasas de resistencia a los antimicrobianos, generando una elevada mortalidad.
También hay una alta morbimortalidad derivada de enfermedades infecciosas respiratorias, como la neumonía o enfermedades del Sistema Nervioso Central, como la mengitis, que pueden ser de origen viral, bacteriano o fúngico, las cuales suelen complicarse fácilmente y dejar secuelas irreversibles. Una de las razones es la limitada eficacia de las terapias antimicrobianas usualmente empleadas, como precisa el documento del Plan Nacional de Respuesta a la Resistencia a los Antimicrobianos, resultado de un trabajo multidisciplinar realizado en Colombia y presentado en 2018.
Para frenar esa problemática que amenaza la salud mundial, incluyendo la salud de los niños, porque nos estamos quedando sin herramientas terapeuticas para tratar las verdaderas infecciones, el doctor Gutiérrez recomienda dos tareas clave: educación e información.
Recuerda el especialista que:
- La fiebre en niños no necesariamente indica el uso de antibióticos. Es muy frecuente su abuso.
- Los estados gripales, algunos episodios de diarreas de origen viral y las otalgias son otros casos médicos en donde es muy común el abuso de antibióticos, sin ser la alternativa en estos casos.
- El ejemplo es clave y la mejor manera de prevenir que los niños de hoy a futuro se automediquen o, peor aún, que sean adultos con alto riesgo de infecciones por bacterias multirresistentes, es enseñarles el verdadero valor de una medicina, nunca automedicarlos ni acudir a los consejos de los amigos, vecinos o familiares para resolver una situación que afecte la salud; sino atender las indicaciones de los profesionales sanitarios.
- De igual forma es importante verificar siempre la fecha de vencimiento de los medicamentos y desechar, en los sitios previstos para ello, todo medicamento sobrante, lo que elimina otra tentación, como es la de utilizarlo para cuando aparezca otra enfermedad.
En tanto, la OPS/OMS insisten en que:
- Son las bacterias, y no los seres humanos ni los animales, las que se vuelven resistentes a los antibióticos. Estas bacterias farmacorresistentes pueden causar infecciones que son más difíciles de tratar que las no resistentes.
- Es necesario que se cambie urgentemente la forma de prescribir y utilizar los antibióticos. Aunque se desarrollen nuevos medicamentos, si no se modifican los comportamientos actuales, la resistencia a los antibióticos seguirá avanzando y representando una grave amenaza.
- Los cambios de comportamiento también deben incluir medidas destinadas a evitar la automedicación, reducir la propagación de las infecciones, a través de la vacunación, promover el lavado de las manos y una buena higiene alimentaria.