Los defectos congénitos contribuyen hasta con el 21% de la mortalidad de los menores de 5 años en América Latina y el Caribe (ALC); la epidemia de síndrome congénito por el virus del Zika constituyó una situación que impulsó el reconocimiento de la relevancia de tales condiciones.
Fortalecer la visibilidad de los defectos congénitos en términos de vigilancia y respuesta es una prioridad en la Región de las Américas y requiere de la participación de todos los actores. Los responsables por la formulación e implementación de politicas, los equipos de salud, la sociedad y sus organizaciones, son actores centrales para brindar una respuesta adecuada y oportuna.
Entre las acciones clave para potenciar al máximo la vigilancia, la prevención y la atención de los defectos congénitos en América Latina y el Caribe, identificadas en la declaración de consenso elaborada como producto final de la Conferencia internacional sobre defectos congénitos y discapacidades en el mundo en desarrollo (ICBD), coordinada por March of Dimes, se incluyen: 1) mejorar la vigilancia; 2) reducir los factores de riesgo asociados a defectos congénitos; 3) fortificar los alimentos de primera necesidad; 4) prevenir y tratar las infecciones asociadas con los defectos congénitos; 5) instituir programas de tamizaje a los recién nacidos; 6) prestar atención y servicios a las personas con defectos congénitos y discapacidades; 7) hacer participar a los gobiernos, la sociedad civil y los organismos internacionales; y 8) promover la investigación sobre los defectos congénitos.
Implementar y fortalecer las acciones mencionadas y reducir el impacto de los defectos congénitos en niñas y niños, familias y comunidades requiere de la participación y compromiso de todos los actores. Para descargar la declaración (en inglés), pulse aquí.