Controlar la presión arterial elevada es una de las estrategias clave para reducir la carga de enfermedades cardiovasculares en las Américas. Con el apoyo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y los Centros de Control de Enfermedades y Prevención (CDC), cuatro países, Barbados, Chile, Colombia y Cuba, están llevando a cabo una intervención con un abordaje novedoso, que está ya demostrando resultados prometedores en la mejora de las tasas de control de hipertensión.
La OPS y los CDC desarrollaron el Proyecto de Estandarización del Tratamiento de Hipertensión en el 2013, con el fin de mejorar las bajas tasas de control de hipertensión en la región y ayudar a los países a lograr la meta mundial de la reducción relativa del 25% en la prevalencia de la presión arterial elevada para el 2025. El proyecto se basó en las experiencias exitosas en los Estados Unidos y Canadá, las cuales han demostrado que se pueden lograr mejoras en el control de la hipertensión utilizando protocolos de tratamiento basados en la evidencia, con un núcleo de medicamentos, la redistribución de tareas en el equipo de salud y la creación de registros para asegurar el seguimiento del paciente.
En Barbados, la Universidad de West Indies y la Coalición para un Caribe Saludable trabajó con el Ministerio de Salud para realizar el piloto del proyecto de estandarización en dos clínicas de salud pública, en colaboración con la OPS y los CDC. La intervención incorporó los cuatro elementos principales mencionados anteriormente. Al concluir el piloto a los dos años, las tasas de control de hipertensión incrementaron de 51% a 66% en la población hipertensa atendida.
El proyecto se extendió a continuación a otros países que cumplían dos criterios principales: por un lado tener un sistema de salud orientado a la atención primaria y en segundo, contar con el compromiso político para realizarlo. La OPS, con el apoyo de los CDC, han proporcionado cooperación técnica para ejecutar el proyecto de reducción de riesgos cardiovasculares a través del control de hipertensión en Chile, Colombia y Cuba. Los tres países lo han implementado en centros de salud, utilizando un abordaje innovador que incluye el algoritmo de tratamiento simplificado y basado en la evidencia, la disponibilidad y la accesibilidad de un núcleo de medicamentos de alta calidad, un registro de pacientes hipertensos para su monitoreo y la evaluación de desempeño y redistribución de tareas entre los miembros del equipo de atención primaria.
En Cuba, después de un año de implementación en la provincia de Matanzas, las tasas de control de hipertensión han subido de 59% al 68% en la población atendida. Este resultado ha impulsado la incorporación del algoritmo de tratamiento simplificado y basado en la evidencia a las guías clínicas nacionales para el manejo de la hipertensión. Los equipos de atención primaria de todo el país cuentan ahora una nueva herramienta para el control de hipertensión.
En Chile, el proyecto ha logrado aumentar altas tasas de control entre los hipertensos atendidos en los dos sitios demostrativos de 59% a los 65% y de 85% a 87% respectivamente. Los datos agregados están siendo utilizados para proveer retroalimentación oportuna sobre los indicadores claves de hipertensión a los equipos de atención primaria para promover mejoras en el desempeño. Adicionalmente el proyecto ha contribuido a la reducción de barreras regulatorias a la introducción de medicamentos combinados, al pilotear una combinación de fármacos en un solo comprimido, que han demostrado en otros contextos reducir obstáculos a la adherencia en los pacientes. Colombia ha registrado un cambio sustancial en las tasas de control entre los pacientes en los centros de demostración, donde las tasas han aumentado del 46% al 78% en un periodo de 20 meses.
Aumento de las tasas de control de hipertensión
En los tres países, la intervención ha logrado incrementar las tasas de control de hipertensión en todos los sitios de demostración en el corto periodo comprendido entre un año y medio y dos años. Un logro sobresaliente es el consenso logrado para los nuevos algoritmos de tratamiento simplificados y basados en la evidencia. Las guías clínicas usualmente dan a los médicos un alto número de opciones de tratamiento farmacológico: pueden elegir hasta 50 medicamentos diferentes, con la posibilidad de generar hasta 100 combinaciones o más. Los algoritmos simplifican tratamientos hacia un grupo más reducido de medicamentos núcleo, lo que incrementa el cumplimiento terapéutico y facilita que todo el equipo de atención primaria entienda el tratamiento.
Aunque estos resultados iniciales se han obtenido en un limitado número de clínicas, prometen un mayor control de la hipertensión en toda la población a través de expansión de estos esfuerzos. La OPS está utilizando hipertensión como un punto de entrada para la mejora de la atención de las enfermedades cardiovasculares. En alineamiento con la iniciativa "Global HEARTS", este enfoque busca ayudar a los equipos de atención primaria a realizar una transición hacia cambios en los sistemas de salud de una manera progresiva.