El importante desarrollo en salud digital que ha tenido Uruguay en la última década lo destaca en la región y por eso, del 6 al 8 de junio, una delegación de funcionarios del Ministerio de Salud de El Salvador (MINSAL), con el apoyo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), visitó este país, para conocer experiencias e intercambiar buenas prácticas. “Uruguay lleva pasos más adelantados en relación a muchos países de la región y para nosotros es importante acompañar esta delegación de El Salvador para ver cuáles son las potencialidades y las limitaciones que tuvieron en esta agenda de implementación y marcar las rutas críticas dentro de El Salvador para poder avanzar y obtener resultados como los que tiene Uruguay”, explicó Ángel Manuel Álvarez, consultor de Enfermedades Transmisibles e Inmunización de la sede de OPS en El Salvador.
Las OPS trabaja por el establecimiento de la cooperación sur-sur. Tanto salvadoreños como uruguayos expresaron que fue un intercambio mutuo y que demostró que todos los países “tienen mucho para dar y recibir”.
Transformación digital a la vista
Bajo la coordinación de la Representación de OPS en Uruguay, el intercambio incluyó exposiciones de técnicos y profesionales de Uruguay, entrevistas con personal clave, revisión de documentación y visitas a instituciones de salud públicas y privadas.
Ricardo Ruano, director de Tecnologías Sanitarias del MINSAL destacó que durante la misión pudieron ver la implementación de la historia clínica electrónica nacional (HCEN) y la interoperabilidad, que es lo que permite que el intercambio de información sea interpretado por sistemas de diferentes instituciones de salud.
Ruano valoró que el proyecto de teleultrasonografía para el control prenatal que desarrolla el Centro Hospitalario Pereira Rossell -referencia de la atención de la mujer y pediátrica de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE)- “disminuye la brecha de acceso” de mujeres que están lejos de la capital del país.
La delegación también tomó contacto con el Nodo nacional de información para mamografías que funciona en el Instituto Nacional del Cáncer (INCA-ASSE). Robinson Rodríguez, presidente de la Comisión Honoraria de Lucha contra el Cáncer y director del INCA, reseñó que el nodo permite la atención de mujeres que están en “lugares tan distantes como podría ser Artigas, que estamos a 620 kilómetros, en donde de repente no se cuenta con un mamógrafo o, si se cuenta, no se cuenta con un médico especialista en informarlo”. Ahora la imagen llega al nodo del INCA, en donde se descarga, y los especialistas hacen el diagnóstico sin que la paciente tenga que trasladarse. Ruano catalogó como “muy interesante” esta experiencia y adelantó que buscará implementarla en el área de la telesalud.
La telemedicina en el sistema de emergencias fue otra experiencia que rescató Ruano. “Fue muy enriquecedor ver la teleasistencia a través de un monitor” mediante el cual se mantiene el contacto con las personas mientras son trasladadas en ambulancias, dijo, así como “poder ver en vivo cómo se están recibiendo las llamadas”, cómo se responden las consultas y se hace el seguimiento de pacientes, destacó. “Es muy importante para plantearlo al SEM que es nuestro Sistema de Emergencias Médicas”, añadió, al tiempo que evocó las barreras geográficas de territorios rodeados de ríos y montañas.
En Uruguay, la telemedicina recibió un fuerte impulso durante la pandemia por COVID-19, cuando se aprobó la Ley de Telemedicina. Óscar Gianneo, asesor de la Dirección General de la Salud del Ministerio de Salud Pública (MSP) de Uruguay, resumió que la ley permitió “incorporar esa modalidad de atención de forma protegida, regulada, dentro de las prestaciones a fin de poder brindar una atención y un seguimiento a todos sus usuarios” y que posibilitó la atención y el seguimiento no sólo de pacientes con COVID-19 sino también de personas con patologías crónicas.
Enlace a video sistematización de la visita:
Avances en El Salvador
Durante la pandemia que se dio “una verdadera explosión de la transformación digital en El Salvador”, evaluó William Hoyos, director de Monitoreo Estratégico de Servicios de Salud del MINSAL. Relató que “existían algunos cimientos importantes pero muy pequeños”, de 2007, cuando se avanzó en la conformación de un expediente clínico electrónico que comprendía la agenda médica y el registro de algunos datos pero señaló que “eran casi 54 sistemas dispersos y atomizados que no se comunicaban entre sí y es la pandemia la que hace ver la necesidad de integrar toda esta información en un solo sistema”.
A partir de 2020 el MINSAL potenció el expediente clínico electrónico, para lo que desarrolló el Sistema Integrado de Salud (SIS), un “sistema nativo creado por desarrollo basado en software libre y hecho por salvadoreños”, subrayó Hoyos. Agregó que comenzó a usarse en el hospital El Salvador, creado durante la pandemia para la asistencia de COVID-19, y que luego se dio “un vuelco en la estrategia” y se extendió al primer nivel de atención ambulatorio y a los hospitales. Para la capacitación del personal de salud, se recurrió al aprendizaje por pares, en el que equipos multidisciplinarios compuestos por un médico, una enfermera y un informático concurren durante una semana a los centros de salud para acompañar la implementación del sistema, algo que “ha hecho que el personal se apropie”, describió.
Desde noviembre de 2021 hasta junio, la conectividad de los centros de primer nivel de atención en El Salvador creció de 30% a 70%. “Estamos captando datos en tiempo real que no solamente son de beneficio del paciente de forma directa al tomar la mejor evidencia sino que también nos permite llegar a tomar decisiones gerenciales o decisiones importantes desde el punto de vista ministerial para dar la mejor salud”, acotó.
En paralelo, El Salvador creó el certificado digital de vacunación de covid-19 acreditable por la Comisión Europea y logró ser uno de los primeros países de la región en tenerlo.
La “Hoja de ruta para la transformación digital del sector de la salud en la Región de las Américas” aprobada por los estados miembros de la OPS en junio de 2021 “es un guion en el que vamos transitando”, dijo Hoyos. “En nuestro caso, la implementación ha sido muy rápida, tan rápida a veces que la normativa y la gobernanza se nos van quedando atrás sin embargo están en esa hoja de ruta y sabemos que debemos cumplir estos hitos para tener una reforma integral”, afirmó.
Entre las acciones más urgentes a emprender, Hoyos señaló la necesidad de cubrir el 30% de conectividad y, paralelamente, fortalecer la gobernanza. “Es de vital importancia empezar a darle manejo a la infoestructura, todo esto de la interoperabilidad, el uso de estándares, la utilización de los datos a través de la ciencia de datos, la inteligencia de negocios”, enumeró, e insistió en los beneficios clínicos pero también en la toma de decisiones tácticos “poder brindar la mejor atención basada en la evidencia”.
Gobernanza de Salud en Uruguay
Uruguay es “un modelo a seguir” por haber desarrollado un proceso “muy ordenado que cuenta con cimientos muy importantes de gobernanza”, valoró Hoyos.
Ima León, directora de Sistemas de Información del MSP, contextualizó este proceso. Expresó que en 2008 se cristalizó la reforma del sistema de salud, que priorizó el rol rector del MSP y que se identificó la necesidad de contar con potentes sistemas de información, puesto que hasta el momento eran “sumamente fragmentados y segmentados”. Entre los desafíos actuales, León mencionó que “el modelo de gobernanza sigue siendo un modelo aún fragmentado en las distintas unidades ejecutoras del MSP” y observó que “si bien se está trabajando en extraer datos de la historia clínica, todavía nos queda un camino por recorrer” para usar la información “desde la mirada de la salud pública”, para la elaboración de políticas y evaluar el desempeño del sistema.
Rosario Berterreche, consultora nacional de OPS, detalló que Uruguay comenzó a desarrollar la estrategia digital en salud en 2011 y que en 2012 se creó el programa Salud.uy, que “tiene el cometido de implementar estrategias de intensificación del uso de las tecnologías de la información y la comunicación a nivel de todo el ecosistema de salud, tanto a nivel de los prestadores como del MSP”, aclaró.
Salud.uy, que está integrado por Presidencia de la República, el Ministerio de Economía y Finanzas, el MSP y la Agencia de Gobierno Electrónico y Sociedad de la Información y del Conocimiento (AGESIC), que conforman el comité de dirección del programa. Hebert Paguas, director ejecutivo de AGESIC, explicó que hay “dos órganos rectores: uno que es el MSP, con sus políticas sanitarias, y otro que es la agencia de gobierno electrónico, con las políticas de transformación digital”.
Una particularidad de Uruguay es la forma de trabajo que implementó a partir de 2012. Berterreche resumió que las políticas son diseñadas por el comité de dirección de Salud.uy que articula, a su vez, con consejos asesores en los que participan el MSP, los prestadores de salud, organizaciones no gubernamentales, la academia, representantes de sindicatos y de los usuarios, que son espacios en los que se discuten los lineamientos y se acuerdan estrategias de implementación a nivel del país; además, el comité cuenta con grupos asesores de profesionales de la salud. Esta forma de trabajo les permite a los prestadores de salud compartir experiencias y “reflexionar buscando siempre las mejores prácticas”, puntualizó Berterreche.
El director ejecutivo de AGESIC añadió que Salud.uy “es una plataforma que nuclea y que dicta las líneas de interoperabilidad para el resto del sistema” pero que “los propietarios, los dueños del negocio, son los prestadores privados y públicos de la salud; nosotros establecemos las reglas, los mecanismos y los estándares de interoperabilidad que deben cumplir”.
Uno de los productos más importantes que ha elaborado Saldu.uy es la HCEN, que “se implementó en un proceso de cinco etapas en las que se fueron fijando metas para los prestadores”, sintetizó Berterreche. “Hoy podemos decir que tenemos una historia clínica que funciona en todos los prestadores integrales y en el resto de las instituciones de salud de nuestro país que integra toda la información del usuario”, agregó la consultora. A su entender, hubo “un antes y un después, porque no es lo mismo asistir a un usuario en un contexto clínico asistencial en el que que desconocemos totalmente sus antecedentes” que hacerlo con toda la información que haya sido generada por cualquier institución de salud del país. “Realmente la toma de decisiones es mucho más acertada y la calidad de atención es mucho mejor”, remarcó.
“El modelo de gobernanza, el ecosistema de salud digital, el espíritu de colaboración, de solidaridad, de trabajo colaborativo, colectivo, la discusión, la reflexión permanente sumado al marco normativo que los prestadores tenían que cumplir, ha permitido que este proceso se haya dado en un tiempo que si bien lleva años, es muy breve para todo lo que se ha logrado, y por eso hoy somos un referente a nivel regional”, destacó.
La HCEN ha registrado hasta ahora más de 170 millones de documentos clínicos, detalló Paguas y agregó que, en paralelo, se implementó la historia clínica oncológica. Subrayó, además, el trabajo de Salud.uy durante la pandemia de COVID-19, con la creación de un certificado de vacunación interoperable con la Unión Europea; el desarrollo, en 15 días, de la aplicación de Coronavirus Uy que centraliza información individual y de la población, y la creación de la agenda de vacunación que permitió dar hasta ahora más de 8.000.000 de dosis. Entre los próximos retos, Paguas mencionó la creación de la receta electrónica nacional, la disposición electrónica de medicamentos y continuar avanzando en la adopción de la HCEN.