En un reconocimiento bien recibido de las metas de desarrollo acordadas a nivel mundial, el gobierno de los Estados Unidos renovó su compromiso con la salud de las mujeres y las niñas en todo el mundo. El compromiso fue expresado por la Secretaria de Estado de los Estados Unidos, Hillary Clinton, durante la conmemoración del 15.o aniversario de la Conferencia de El Cairo.
En un reconocimiento bien recibido de las metas de desarrollo acordadas a nivel mundial, el gobierno de los Estados Unidos renovó su compromiso con la salud de las mujeres y las niñas en todo el mundo.
El compromiso renovado de los Estados Unidos fue expresado la semana pasada por la Secretaria de Estado de los Estados Unidos, Hillary Clinton, durante la conmemoración del 15.o aniversario de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo (CIPD), conocida como la Conferencia de El Cairo.
En sus observaciones del 8 de enero la Secretaria Clinton prometió el apoyo de los Estados Unidos a las iniciativas para alcanzar las metas establecidas por la Conferencia de El Cairo y los Objetivos de Desarrollo del Milenio, en particular los que se relacionan con las mujeres y las niñas.
"Recibimos con beneplácito el apoyo de la Secretaria Clinton a estas metas tan importantes para la salud de la mujer", dijo la Directora de la OPS, doctora Mirta Roses. "Sabemos que la salud y el bienestar de la mujer son fundamentales para la salud y el bienestar de las familias y las comunidades, así como para el desarrollo económico y social de los países. También sabemos que la mejor forma de abordar la salud de la mujer es un enfoque integral que comprenda servicios de salud reproductiva eficaces y asequibles".
En la Conferencia de El Cairo de 1994, ciento setenta países respaldaron la meta de velar por el derecho básico de todas las parejas y de las personas para alcanzar el nivel más alto de salud sexual y reproductiva, lo que abarca el derecho de decidir con libertad y responsabilidad el número de hijos, el espaciamiento entre los embarazos y el mejor momento para tener hijos, además de contar con la información y los medios necesarios para lograrlo.
La Secretaria Clinton observó en su discurso que 15 años más tarde, millones de mujeres de todo el mundo todavía carecen de acceso a los servicios de salud reproductiva, en especial a la planificación familiar y a la atención de salud de la madre. Esto contribuye a que las tasas de mortalidad materna sean inadmisiblemente altas e impide que las mujeres participen plenamente en la vida de sus comunidades.
En la Región de las Américas, cada año mueren más de 20.000 madres por causa del embarazo y el parto. Muchas de estas defunciones resultan de embarazos de adolescentes o de complicaciones de abortos realizados en condiciones peligrosas.
La OPS ha venido colaborando con el gobierno de los Estados Unidos para reducir la morbilidad y la mortalidad de las mujeres y mejorar su salud en las etapas clave de la vida, como son el embarazo, el parto, el período neonatal, la niñez y la adolescencia, así como para mejorar la salud sexual y reproductiva, además de promover el envejecimiento activo y con buena salud, tanto para las mujeres como para los hombres.
"La salud reproductiva no debe considerarse en forma aislada, sino que debe formar parte de un proceso continuo de la atención", dijo la doctora Gina Tambini, jefa del programa de Salud Familiar y Comunitaria de la OPS. "Esto significa que todos los programas y los servicios de salud, los proveedores y los miembros de la comunidad deben intervenir para abordar mejor los retos planteados por estos problemas".
Entre las iniciativas de la OPS centradas en la salud de la mujer se encuentra la Iniciativa regional para la eliminación de la transmisión maternoinfantil del VIH y de la sífilis congénita en América Latina y el Caribe. Esta iniciativa, lanzada en el 2008 por la OPS, el UNICEF y el ONUSIDA, busca eliminar la transmisión vertical del VIH y la sífilis congénita para el 2015, mediante la prevención y el tratamiento. Actualmente, apenas 54% de las embarazadas infectadas con el VIH en la región reciben tratamiento antirretrovírico para prevenir la transmisión maternoinfantil del virus, mientras que en la región ocurren anualmente 450.000 casos de sífilis gestacional en embarazadas. Como parte de su plan de acción, la iniciativa requiere el fortalecimiento de los sistemas de salud en general y la integración de los servicios para la infección por el VIH con los servicios de salud sexual y reproductiva, salud neonatal, y salud familiar y comunitaria.
La OPS está impulsando también la estrategia y plan de acción regionales sobre la prevención y el control del cáncer cervicouterino, que promueve el mejoramiento del acceso y de la calidad de los servicios de tamizaje y tratamiento, con miras a reducir la cifra calculada de 86.000 casos nuevos y 33.000 defunciones anuales por cáncer cervicouterino en América Latina y el Caribe.
La OPS fue fundada en 1902 y es la organización de salud pública más antigua del mundo. Colabora con todos los países de las Américas para mejorar la salud y la calidad de vida de la población de las Américas y es la Oficina Regional para las Américas de la Organización Mundial de la Salud (OMS).