Cada año, el 6% de los hogares en Bolivia enfrentan gastos catastróficos en salud y el consiguiente empobrecimiento. En ausencia de mecanismos de protección eficaces, los grupos desatendidos, en particular las comunidades indígenas y los trabajadores informales, son los más vulnerables a los altos gastos de salud de su bolsillo. Con el sector informal más grande del mundo, una proporción significativa de la fuerza laboral de Bolivia carece de cobertura de seguro médico. El gasto en salud catastrófico de su bolsillo limita el acceso a los servicios de salud y hace descarrilar los esfuerzos hacia la cobertura universal de salud. Para abordar estas inequidades en salud y barreras financieras, el gobierno boliviano introdujo ambiciosas reformas de salud en 2019 a través del modelo del Sistema Único de Salud.
Bolivia es uno de los pocos países a nivel mundial que implementa un modelo de cobertura universal de salud, centrando el derecho a la atención médica. El gobierno boliviano se propuso brindar cobertura universal y gratuita al 50% de la población, un aumento del doble de las tasas de cobertura anteriores, protegiendo a aproximadamente cinco millones de bolivianos desatendidos y sin seguro. La Oficina de País de la OMS / OPS en Bolivia (OMA) encabezó la formulación de la Política de Atención Universal de Salud de Bolivia, facilitando discusiones entre organizaciones sociales que representan a comunidades marginadas, representantes médicos y varias agencias gubernamentales, para asegurar la aceptación de múltiples partes interesadas. De enero a marzo de 2019, la OMA trabajó en estrecha colaboración con el Ministerio de Salud (MoH) para desarrollar un plan de implementación y crear un grupo de trabajo central. El equipo regional de la OMS / OPS facilitó sesiones técnicas y de conocimiento para desarrollar el entendimiento del Ministerio de Salud en torno a los aspectos cruciales y las implicaciones de la política universal de salud, incluido el financiamiento de la gobernanza, la gestión de los servicios de salud y las redes integradas de servicios de salud.
Los esfuerzos de la OMA para promover el modelo del Sistema Único de Salud (SUS) de Bolivia generaron resultados significativos.
Aumento del gasto en salud: como resultado de las sesiones de conocimiento profundo dirigidas por la OMA sobre financiamiento de la salud con el Ministerio de Salud, se asignó un fondo adicional de USD 200 millones para financiar la nueva política de salud en el primer año de implementación: mejora de equipos y suministros de salud y la contratación de recursos humanos adicionales. En la última década (2010-2019), Bolivia triplicó el gasto público en salud, elevó el gasto público en atención primaria de salud al 37% y superó a otros países de la región que promedian menos del 15%. Bolivia es ahora uno de los tres países latinoamericanos que recientemente han avanzado cerca de alcanzar la meta de destinar el 6% del PIB al gasto público en salud. Al vincularse con múltiples partes interesadas, la OMA se aseguró de que la implementación del SUS se convirtiera en una prioridad clave no solo para el Ministerio de Salud, sino también para los donantes y otras agencias de desarrollo del país. Los esfuerzos de promoción de la OMA canalizaron recursos de la Cooperación Coreana, el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, AECID, hacia el avance del SUS. Por ejemplo, un proyecto del Banco Mundial de USD 250 millones, originalmente destinado a construir 10 hospitales secundarios, se redirigió parcialmente hacia el fortalecimiento de los servicios de atención primaria de salud para satisfacer un aumento de la demanda de servicios provocado por el SUS en ocho redes integradas de prestación de servicios de salud (RISS). en La Paz y El Alto.
Fortalecimiento de los servicios de atención primaria de salud: el aumento del gasto en salud permitió mejoras en la infraestructura de salud, el equipo y la distribución equitativa de los recursos humanos, en particular en los centros de atención primaria de salud. La OMA llevó a cabo un análisis de la escasez de personal sanitario e identificó las deficiencias en la disponibilidad de médicos especialistas en todo el país. Posteriormente, la OMA utilizó estos hallazgos, estimados en una escasez de alrededor de 3000 especialistas en salud, para abogar por financiamiento para la capacitación de especialistas en salud adicionales. cuidado: satisfacer la mayoría de las necesidades de salud de las personas a través de servicios prestados directamente en la comunidad donde viven. Se asignaron alrededor de 2500 equipos de trabajadores de la salud al 70% de los municipios locales, fortaleciendo los servicios de atención primaria de salud de primer nivel y priorizando la salud comunitaria preventiva. Bolivia es ahora uno de los tres países de la región con más del 30% de la fuerza laboral de salud comprometida con la salud comunitaria de primer nivel. Reducción del gasto de bolsillo: la mejora de los servicios en el nivel primario de salud, dio como resultado la prevención y el diagnóstico temprano de los principales tipos de enfermedades crónicas no transmisibles y, en consecuencia, redujo el gasto de los hogares en salud. La contribución de los gastos de bolsillo a los presupuestos hospitalarios de nivel terciario se redujo drásticamente del 65% en 2018 al 19% en 2020.
Las reformas de salud de Bolivia, a través del modelo del Sistema Único de Salud (SUS), aumentaron el gasto público en salud, fortalecieron los servicios primarios de salud y redujeron los gastos de bolsillo de las comunidades vulnerables.
La COVID-19 destacó la necesidad y trascendencia del modelo de salud de Bolivia. A pesar de las limitaciones creadas por la pandemia y el malestar social generalizado debido a los controvertidos resultados de las elecciones presidenciales, los establecimientos de salud pública en Bolivia ofrecieron servicios de salud esenciales ininterrumpidos. suministros médicos, particularmente a nivel de atención primaria de salud, en los 339 municipios del país. El SUS fortaleció la atención de primer nivel con énfasis en la vigilancia epidemiológica, las clínicas vecinales y los servicios de salud para las comunidades marginadas; en algunos municipios, el SUS apoyó los programas de salud existentes (por ejemplo: SAFCI y MISALUD), a cargo de los servicios esenciales de salud. El SUS abolió la afiliación previa en diferentes niveles de establecimientos de salud y se garantizó a todos los bolivianos el acceso al tratamiento COVID-19 disponible. Los servicios gratuitos mitigaron (incluso parcialmente) el enorme impacto económico de los grupos marginados y vulnerables de la pandemia. Si el SUS no se hubiera lanzado un año antes de la pandemia, la respuesta de Bolivia al COVID-19 habría estado menos preparada. El modelo de salud de Bolivia, por lo tanto, encierra la promesa de un sistema de salud fortalecido para resistir el impacto de futuras emergencias de salud.