Washington, DC, 1 de octubre de 2019 (OPS)—Los ministros de Salud de las Américas que participan del 57.o Consejo Directivo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) acordaron hoy poner en marcha un enfoque colectivo para eliminar una treintena de enfermedades infecciosas y condiciones relacionadas en la región para 2030.
La Iniciativa de la OPS para la eliminación de enfermedades: Política para aplicar un enfoque integrado y sostenible de las enfermedades transmisibles en la Región de las Américas identitica que la infección por el VIH, la sífilis, las hepatitis B y C, la esquistosomiasis, el tracoma, la enfermedad de Chagas, la malaria, el cólera y la rabia humana, entre otras, tienen potencial de ser eliminadas.
“Más allá del costo humano, las enfermedades transmisibles tienen también grandes repercusiones económicas en los sistemas de salud”, afirmó la Directora de la OPS, Carissa F. Etienne. “Un enfoque colectivo y de alcance regional permitirá consolidar los esfuerzos como los recursos para prevenir las epidemias y, finalmente, terminar con estas enfermedades de una vez y para siempre”, agregó.
La propuesta reconoce que alcanzar la meta de eliminación no depende únicamente del sector de la salud, y requiere definir funciones y responsabilidades claras de los actores involucrados en la agenda de eliminación, tanto dentro como fuera del gobierno.
Nuevo informe sobre inequidades en salud en las Américas
El segundo día del 57.o Consejo Directivo también fue testigo del lanzamiento de “Sociedades justas: equidad en la salud y vida digna”, un nuevo informe de la Comisión sobre Equidad y Desigualdades en Salud en las Américas de la OPS, que propone objetivos prioritarios y medidas específicas para reducir las inequidades en materia de salud (lee el comunicado de prensa).
Según el informe, gran parte de los resultados deficientes en materia de salud en la Región no están determinados por la biología sino por las estructuras sociales que perpetúan la discriminación mediante, por ejemplo, un acceso desigual a la educación, a un trabajo digno, a los ingresos y a la protección social.
A raíz de estas inequidades estructurales, algunos grupos en la Región de las Américas siguen teniendo que enfrentar desigualdades en materia de salud, que se registran tanto entre los países como dentro de ellos, como consecuencia de su posición socioeconómica, etnicidad, género, orientación sexual, discapacidad o condición de migrantes, afirma la Comisión en su informe.
Las inequidades comienzan al nacer —en Bolivia, por ejemplo, la tasa de mortalidad en menores de 5 años para los niños indígenas es tres veces mayor que la de los niños que no son indígenas— y duran hasta el final de la vida; la esperanza de vida para las mujeres en Haití es tan solo de 66 años, mientras para las mujeres en Canadá es de 84 años.
Las recomendaciones proponen un enfoque renovado en los grupos que han quedado más atrás, además de enfoques de todo el gobierno para abordar la inequidad y la colaboración con otros sectores distintos al de la salud.