La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha identificado la urbanización como uno de los principales desafíos para la salud pública en el siglo XXI. Por lo general, se analiza en términos negativos, incluidos los brotes infecciosos, los estilos de vida poco saludables y las amenazas ambientales. Sin embargo, las ciudades ofrecen importantes oportunidades para mejorar la salud pública a través de políticas y acciones que mejoran la salud. Los ministerios nacionales generalmente asumen la responsabilidad de promover la salud y el bienestar de un país, pero los líderes de las ciudades son aliados clave para lograr los objetivos nacionales de salud pública entre una gran parte de la población.
Este informe es un llamado a los líderes de las ciudades para que acepten el desafío y muestren al mundo cómo la acción local puede ayudar a resolver los problemas de salud globales.
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