Choloma, Cortés, Diciembre 2020
Con tan solo 23 años de edad Sharon Estefany Arzú Marcelino, joven garífuna, estudiante de enfermería, llena de sueños y dotes serviciales nos cuenta su historia como colaboradora del proyecto "Salvando Vidas en tiempos de COVID-19" en Choloma, Cortés.
Con gran esfuerzo y perseverancia la joven esbelta de piel morena y de ojos grandes color marrón, está a punto de culminar su carrera de licenciatura en enfermería en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), ayudándose para costear sus estudios haciendo pasteles, galletas y ceviches.
Durante la pandemia Sharon ha sabido organizar su tiempo para llevar sus clases virtuales y colaborar con la OPS/OMS, Organización que le identificó para que apoyara en el componente de Comunicación de Riesgos y Movilización Comunitaria dentro del Proyecto Salvando Vidas en tiempos de la COVID-19 de las Naciones Unidas.“Ayudar a mis hermanos cholomeños es mi prioridad, es lo que me gusta hacer en estos momentos, y aunque yo no esté afectada siento como si un familiar lo estuviera, por eso colaboro en mi comunidad”.
Desde pequeña me ha gustado la enfermería, mi mamá me compraba estetoscopios de juguete y yo examinaba a mis muñecas
Su desempeño consiste en dar charlas educativas casa a casa en las zonas priorizadas del municipio más poblado del departamento de Cortés. Esta joven garífuna ha tenido grandes retos durante su trabajo comunitario, pero lo que no imaginó vivir en carne propia es la tragedia y desolación que enfrentan las familias afectadas tras el paso de los fenómenos naturales Eta y Iota.
Para cumplir con su objetivo, ella visita los albergues junto al médico asignado, da charlas en alusión a la prevención de enfermedades crónicas no transmisibles, vectoriales y la COVID-19 convirtiéndose en la mano derecha del personal sanitario; además, toma signos vitales, hace pruebas rápidas para detectar la COVID-19, aplica inyecciones y otras actividades que hace con mucha satisfacción.
“Desde pequeña me ha gustado la enfermería, mi mamá me compraba estetoscopios de juguete y yo examinaba a mis muñecas, fue ahí donde descubrí que me encantaba ayudar a los demás y cuando me dieron la oportunidad de colaborar con este proyecto que me genera un subsidio como ingreso, no lo dudé porque me apasiona servir” mencionó Arzú, entre gestos de alegría y motivación.
Apoyé en varias áreas y me di cuenta que las personas necesitan bastante ayuda... pero cuando uno les explica de una mejor forma entienden y entonces actúan
De repente vemos como su rostro se entristece y eso se debe a la pérdida de su madre, cuando tenía solo 12 años de edad, de su padre conoce muy poco, su gran apoyo es su hermano para lograr sus sueños y seguir llevando salud a su comunidad.
“Yo estaba en primero de ciclo mi madre falleció un ocho de abril de 2010 de muerte natural, ha sido bastante difícil, pero trato que no me afecte mucho, hago voluntariado y colaboraciones para demostrarle a los demás que se puede servir con amor y al mismo tiempo lo hago por ella, para salir adelante aunque no tenga la persona más importante en mi vida”.
Asimismo, nos relató lo que ha significado para ella esta experiencia con OPS; “Apoyé en varias áreas y me di cuenta que las personas necesitan bastante ayuda, desde cómo llevar una higiene personal hasta prevenir enfermedades porque ellos solo saben lo básico, pero cuando uno les explica de una mejor forma entienden y entonces actúan” comentó.
Sharon recuerda momentos difíciles que se viven en los albergues, espacios que aprovecha para poner todo su tiempo y dedicación a los más necesitados, “ver sufrir a las madres que hace poco tuvieron a sus hijos, ver que duermen en el piso, también ver personas de la tercera edad que padecen enfermedades de base, la mayoría perdió su hogar y todo lo que tenían, eso es muy doloroso”, relató la joven con su voz entrecortada.
Finalmente, Arzú dijo que continuará luchando y estudiando para que la comunidad se proteja y recupere la salud. De esta manera se despide la estudiante soñadora que, a su corta edad, se ha convertido en una heroína de la salud, que no pierde la esperanza de ver a su comunidad resurgir de esta catástrofe.