Promoviendo partos culturalmente seguros en Argentina
“Fue hermoso porque en ese momento -durante el parto- no me sentí tan desamparada, me sentí segura. Antes, las mujeres se sentían solas, encerradas, pero ahora cambió totalmente”, señala Cecilia Ailam, paciente del hospital San Roque de la ciudad de Embarcación, en la provincia argentina de Salta.
Se trata de una de las mujeres beneficiadas gracias a la validación y aplicación de una herramienta brindada por la OPS/OMS que promueve el parto culturalmente seguro y respetado para comunidades indígenas, lo cual constituye una iniciativa inédita en esa zona.
En realidad, son más de 3.200 las mujeres en edad fértil de pueblos originarios del norte argentino que pueden beneficiarse de esta iniciativa que promueve el parto culturalmente seguro para las mujeres indígenas propuesta por la OPS/OMS, la cual fue aplicada en una maternidad segura centrada en la familia de Salta. “Por primera vez se ha fortalecido el inicio del vínculo entre lo que es la medicina obstétrica ancestral o tradicional y la medicina obstétrica formal”, destacó la subsecretaria de Medicina Social de la provincia, Marisa Alvarez.
“Se busca fomentar el empoderamiento de la mujer, su autonomía, su capacidad de decisión sobre su cuerpo y sobre la forma que quiere dar a luz”, explicó la asesora regional en Diversidad Cultural de la OPS/OMS, Sandra del Pino.
Se busca sumar competencias en salud intercultural en los trabajadores sanitarios de la provincia, superar diferencias culturales y de comunicación, adaptar los espacios públicos con referencias culturales y de idiomas originarios e incorporar elementos y prácticas propias de los pueblos indígenas, incluyendo además la elección sobre la posición del parto.
Esta iniciativa tiene como objetivo contribuir a reducir las desigualdades en salud materna e infantil, promover el empoderamiento de las mujeres y su capacidad de decisión, impulsar modelos para la atención del parto con una perspectiva intercultural, propiciar acciones para mejorar la calidad, la calidez, la atención oportuna y el buen trato, contribuyendo a la aceptabilidad de los servicios de salud.
“Estoy feliz de saber que ahora tenemos familia en el hospital, teniendo en cuenta que antes teníamos muchas complicaciones. Uno tenía que dar muchas vueltas con el tema de salud y ahora tenemos especialistas y todo”, resalta Juana Ortega, partera de comunidad originaria Fwiñol.
La iniciativa se comenzó a implementar en el hospital San Roque de Embarcación, en cuya área operativa viven 6.212 mujeres en edad fértil, de ellas 3.207 pertenecientes a pueblos originarios, principalmente de la comunidad wichí.
Esta iniciativa se combinó con espacios de intercambios entre los distintos actores involucrados en este tema en la provincia, como parte de las actividades de cooperación que se desarrollan en este territorio. “La herramienta ha sido muy favorable para afianzar contenidos que teníamos pendientes, conocer pautas de cómo es el pensamiento de las comunidades y mejorar las dificultades que teníamos en comunicación para acceder a lo que ellos necesitan”, detalló la obstetra del hospital de Embarcación Claudia Maturana.
“Es fundamental trabajar esto en el contexto de los diálogos interculturales, fomentando el intercambio entre las personas que están en los servicios de salud y las personas de las comunidades, de manera que se pueda abordar de manera efectiva cuáles son las diferencias, cuáles son las necesidades”, sostuvo del Pino.
Escuela Tekove, formando profesionales de salud indígenas de y para las comunidades en Bolivia
Francisco Huatiari fue elegido por el pueblo indígena Chiquitano, de la comunidad Mercedes del municipio de Concepción en el departamento de Santa Cruz, para asistir a la Escuela de Salud Tekove Katu y formarse como enfermero. Isidro Machina, de origen guaraní, e Israel Milton, proveniente del pueblo Weenhayek, están también en la Escuela estudiando Salud Ambiental.
¿Qué tienen en común estos jóvenes indígenas bolivianos? Todos son originarios de pueblos indígenas de las tierras bajas y altas de Bolivia y han sido elegidos en asambleas comunales para formarse en la Escuela de salud Tekove Katu, creada hace 39 años en el Chaco boliviano, en el municipio de Gutiérrez, departamento de Santa Cruz.
Estos trabajadores de la salud se han convertido desde hace tres décadas en los verdaderos promotores de salud en decenas de comunidades rurales de Bolivia.
La Escuela de “vida plena”
El proceso de formación y capacitación en la Escuela se realiza bajo el sistema modular, con períodos presenciales y de prácticas. Después de un año, los jóvenes indígenas asumen el compromiso de retornar a sus comunidades para prevenir enfermedades, atender a los enfermos y ayudar en asuntos esenciales e integrales como apoyar a las familias sobre sus derechos, el tratamiento y consumo de agua segura, el manejo de los alimentos y la nutrición adecuada, los cuidados en la vivienda saludable para prevenir males, proteger el territorio, contar con energía, apoyar a la educación bilingüe y brindar acceso a los servicios con interculturalidad.
La historia de la Escuela de salud Tekove Katu – que en guaraní significa vida saludable o vida plena- tiene como base el movimiento popular de los años '70 que se resume en la Declaración de Alma - Ata sobre Atención Primaria de Salud (APS), que fue, entre otras cosas, un impulsor para reforzar la organización del pueblo Guaraní.
“En el concepto indígena la idea de la salud no es la ausencia de la enfermedad. Si no hay agua, no hay salud. Si no hay tierra, no hay salud. Si no hay acceso a los sistemas básicos y a la vivienda, no hay salud”, retrata así parte de la filosofía que existe entre los pueblos indígenas sobre la salud Francisco Cosmi, el responsable de la implementación del convenio de salud entre la Iglesia y el Estado boliviano para el funcionamiento de la Escuela.
Su director, el reverendo padre Tarcisio Ciavatti es su impulsor hace más de 40 años, junto a un equipo de voluntarios italianos y bolivianos. Hasta la fecha, la Escuela ha formado más de 1000 jóvenes promotores de salud
Aprender haciendo
Con el apoyo de la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS), la Escuela implementó un programa de capacitación y formación especializado en mejora de las condiciones del acceso a los servicios de agua, saneamiento, residuos e higiene en establecimientos de salud y comunidades del Chaco boliviano.
Bajo una carta acuerdo “Salud sin fronteras en el Chaco boliviano”, la OPS/OMS desembolsó un financiamiento de 20 mil dólares para que la Escuela desarrolle un proyecto de generación de capacidades y mejoramiento de las condiciones de acceso al agua, entre otros, con tres componentes: Capacitación, investigación, e infraestructura y materiales e insumos en comunidades necesitadas de la región chaqueña.
Parteras indígenas y profesionales de salud estrechan lazos para garantizar partos seguros en Paraguay
El Dr. Yeison Fariña sonríe y bromea con las parteras indígenas. Ha sabido construir con ellas una relación de confianza y empatía para salvar vidas y traer bebés al mundo minimizando los riesgos para la madre y el recién nacido. “Las parteras son, en su mayoría, analfabetas. Por ello hicimos las cartillas educativas con ilustraciones que les permitan reconocer los signos de alarma, y derivarlas a un centro de salud”, cuenta Fariña.
La acción que relata es parte del Código Rojo Comunitario. El Código Rojo es una metodología cuyo objetivo es atender de manera eficaz y oportuna los casos de emergencias obstétricas, enfatizando las principales causas de mortalidad materna: hemorragia grave o hipertensión en el embarazo. Dentro de este mismo plan se involucra a la comunidad para que pueda detectar y accionar en caso de riesgo de embarazadas, o recién nacidos.
Fariña es un médico joven que trabaja en la Unidad de Salud Familiar (USS) La Leona, en la Comunidad La Patria en el Chaco Paraguayo, a 500 km de Asunción, donde cinco parteras indígenas fueron capacitadas para identificar signos de alarma en las embarazadas, y derivarlas al puesto de salud.
Ellas participaron de los encuentros de “Enriquecimiento mutuo”, una metodología intercultural que busca establecer un puente entre los servicios de salud y el saber ancestral de las parteras.
En el territorio chaqueño, existen zonas alejadas de los centros urbanos, y las posibilidades de trasladar de urgencia a una paciente a un centro de atención son difíciles. Por ello, integrar a la comunidad en el cuidado de la salud es vital en el territorio paraguayo. La cooperación técnica de la OPS/OMS ha contribuido en la reducción de la mortalidad materna mediante el fortalecimiento de las capacidades de manejo de las emergencias obstétricas en la red de servicios de salud, a través de la aplicación del código rojo clínico. En el 2017 se reportaron oficialmente 78 muertes maternas y en el 2018 fueron reportadas un total de 74 muertes (con una reducción del 5% anual).
Hacia la salud universal en el Gran Chaco Suramericano
La iniciativa Hacia la Salud Universal de la Población del Gran Chaco Suramericano se propuso reducir las muertes de madres, recién nacidos y niños menores de 5 años. Al fortalecer los servicios de salud culturalmente apropiados para las poblaciones indígenas y rurales, se impulsaron intervenciones para el acceso a agua segura, salud nutricional y la respuesta a emergencias como sequías o inundaciones, entre otros. La OPS, con la participación de Brasil como Cooperante Técnico, ha ayudado para que la salud universal sea una realidad para la población del Gran Chaco Suramericano, sin dejar a nadie atrás.